sábado, 31 de enero de 2015

EL AMOR: ESA COSA TAN RARA (II). “LOS INOCENTES” DE OSWALDO REYNOSO

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Frase con la que termina el libro "Los Inocentes" en graffitti
¡No pues, jugador! Haz desoído aquella regla básica que señala: Cuando una hembrita que te atrae te hace saber que le interesas, al toque debes asegurar boleto, porque la invitación tiene fecha de vencimiento muy corta y otro puede aprovechar la oferta. Como te pasó a ti, Colorete.
¡En cosas del amor no te puedes quedar dormido pe', causa!
También espero que hayas aprendido que si una gila del barrio, con el paso de los años te sigue llamando por tu apodo, es porque ahí, tú, perdiste varón.
Que tu experiencia contada en el libro “Los Inocentes” del escritor peruano Oswaldo Reynoso, nos sirva de ejemplo para entender que con el amor hay que tener cuidado, porque el amor… es una cosa tan rara.

9 de la noche. Cantina del japonés. En la radiola la guaracha: “Marina”.
(Estoy enamorado de Marina
una muchacha bella alabastrina
como ella no hace caso de mis cuitas
y yo me vuelvo loco por su amor)
Humo. Luz naranja y guaracha. Cubiletes y cebada para todos. ¡Ay Juanita, Juanita, Juanita! Estoy enamorado de Juanita. Una muchacha bella alabastrina. ¿Qué será alabastrina?
(El día que la encuentre sola, sola
entonces le diré que la quiero).
Es su fiesta. Su cumpleaños. Y esta noche sin falta le caigo. De todas maneras. Sin pierde. Es su fiesta.
(y por un beso que pondré en su boca
sabrá que yo la quiero de verdad).
Los Inocentes, serie fotográfica,
Colectivo Supayfotos
Bailaré con ella. Solo. Solo. Y no podrá decir que no. ¿Quieres ser mi gila? Bueno. Beso. Sí. Su guaracha preferida. Carambola lo contó. En ropa de baño guarachaba en Agua Dulce. “Carambola, si supieras lo de recuerdos que me trae esa guaracha”. Pero a mí, la guaracha me pone triste. Pero triste de triste. Triste de no sé qué. Parece que las maracas revolvieran en el fondo de mi pecho una culebra ardiente. Y luego una como espada de fuego se me clavara en la garganta. Y a penas si puedo decir tu nombre: Juanita. Juanita. Juanita. Y lo digo como si tomara un poco de miel quemante. Juanita. Juanita. Pero la guaracha me pone triste. Sufrido.
         (─¿Qué pasa, Colorete, te has comido la singüeso?
         ─Déjalo, que está templado.
         ─Ves lo que te pasa por cirio.
         ─Colorete, chupa y di que es menta).
Juanita. Juanita. Cuando te veo sufro. Cuando no, también. No sé qué hacer. Esta noche te saco a bailar. Guaracha, no, Bolero, Bolero. Me apretaré a tu cuerpo. Te oleré de cerca. Y si puedo, te beso. Palabra.
         (Marina, Marina tu boca yo quiero besar).
Quiero ser como Carambola. O como Natkinkón. Ellos ríen y se alegran con guarachas. En los tonos son de Triana. En cambio yo me pongo corto. Tímido. Y me la paso chupando. Las muchachas arregladas y bonitas que van a los tonos dan miedo. Meten miedo. Imposible hablarles: tembladera y tartamudeo. Y si miran como diciéndome: ¿Por qué no me sacas a bailar? Tiemblo y me escondo. Mi campo es la calle. La Collera… Ahí soy atrevido. En la calle soy el capazote Colorete. Pero en los tonos me achico. Soy un cobarde.
         (Marina, Marina, Marina, contigo me quiero casar).
         (─Pucha, si estás en la luna.
         ─¿Qué te pasa, Colorete?
         ─No le hagan caso. Antes de los tonos siempre se pone así.)
Quinta Heeren, Barrios Altos, Lima
Esta noche no podrá decir que no. Estará alegre. Es su cumpleaños. Y estoy bien firme. Mi peluca está recortada. No hay caso, Manos Voladoras: un artista. Mis zapatos de gamuza. Estreno pilcha azul y corbata de seda italiana bien bacán. La cara está que arde. Claro, si no había nada que afeitar. Pero este señor, tuvo que afeitarse, para estar presentado. Le llevo un regalo. Un prendedor de plata. Caro. Caro. El doctor ese es buena gente. Me dio mosca. Le dije: Para mañana necesito azules. No es para mí, aclaré: es cumpleaños de mi gila. La próxima semana tendré que ir a su casa. ¡Qué se le va hacer!
         (Mira cómo sufro tú debes amarme
         No debes martirizarme
         que esto lo castiga Dios).
Juanita, Juanita, por qué me desprecias. No me hagas sufrir, que Dios lo castiga. No soy feo, que digamos. Al contrario. Quién no quisiera tener mi pinta. Las gilas se me echan. Si vieras los ojos que ponen cuando me miran de frente. Pero yo me burlo de ellas. Mirándolas, me muerdo los labios. Cierro los puños. Suspiro.
         (Mira cómo sufro tú debes amarme
         No debes martirizarme
         No, no, no..)
No. No podré olvidar el día que por primera vez te vi. Tú eras nuevita en el barrio. Reciencito te habías cambiado a la Quinta. De arriba abajo y de abajo arriba te la pasabas la tarde. Quince años tenías. Un día alguien me trajo un recado. Un paquete pequeño. Al abrirlo encontré un colorete y un papel escrito: “Te amo”.
J.
Pucha, si casi me muero de alegría. Pero como siempre tuve miedo. Tan solo te miraba de lejos. Cómo no me declaré. Ya hubieras sido mi gila. Soy un cobarde. Cuando llegó el verano, con Juanita, con sus amigas y con la collera me fui a Agua Dulce. Juanita, risueña y escandalosa, cantaba en el tranvía. Triste y callado, sufría de tan sólo mirarla. En la playa, no sé por qué, quise verla desnuda. Cuando entró a su carpa, me eché en la arena y, despacito, levanté la lona. ¡Para todo tengo mala suerte! Se había venido con la ropa de baño puesta debajo del vestido.
Chorrillos, Mariella Agois /1980
En la playa, Juanita ─dorada, color canela─, corrió y saltó sobre la espuma. Al fondo el mar verde. Y, aquí, sobre la arena caliente, sufría. Recuerdo que luego me puse de pie y entré a su carpa. Cogí su ropa. Tenía un olor suave, húmedo. No sé qué recuerdo de infancia me tomó por entero. Cerré los ojos y como un licor caliente sentí en mi cuerpo. Salí a la carrera, me metí en el mar. Al regresar, ya por la tarde, al barrio, no podía resistir sus ojos negros, negros, negros.
         (─¿Jugamos la cebada?
         ─¿Juegas, Colorete?
         ─No, yo pago todo. Tengo plata).
Juanita, ahora, estás muy cambiada. Pero yo sé que sólo es cáscara. Estoy seguro que basta una palabra mía para que seas la chicoquita de quince años. Ahora, siempre me arrochas. Los muchachos dicen que te has vuelto planera. Pero planera con otros. Con los que no son del barrio. Esta noche le abrazo. Te regalo el prendedor. Y te digo despacito: ¿Quieres ser mi gila?
         (─¿Nos vamos?
         ─A lo mejor ya no alcanzamos pato).
"Tuiss",
Piero Quijano
Baile. Baile. Baile. Vestidos de colores. Sudor y música. La habitación demasiado estrecha para tanta gente. Los viejos están chupa que chupa. La cocina se llena de comadres acomedidas, de vecinas intrusas, de gallinas en escabeche y de caldo de pollo. Humo de cigarro fino y brillantina. Perfume picante de axilas femeninas. Se baila alegre la guaracha. Triste el bolero. Carambola está pegado a la mano de Alicia. El príncipe los mira de reojo y se va a la cantina. El Rosquita, gracioso, como siempre, baila solo. Y Natkinkon dirige la orquesta del disco. Cara de Ángel busca a Gilda. No pudo venir, está un poco indispuesta, le dicen, y queda triste. Colorete espera a Juanita. Juanita sale del dormitorio del brazo de su tío. 
Japiverdituyú…
Colorete se esconde. Terminan los aplausos y las vivas a la dueña del santo. Luego, solos, Juanita y su Tío bailan un vals de Strauss. Colorete sufre. Termina el vals y Colorete busca a Juanita.
         ─Feliz cumpleaños, Juanita.
         ─Gracias, Colorete.
         ─Te regalo.
         ─Gracias, después lo veré. Guárdamelo, ¿ya?
         ─¿Bai… bailamos?
         ─Disculpa, pero estoy cansada.
         ─Pero si recién, es que yo, yo…
         ─Luego nos vemos, Colorete. Que te diviertas.
Juanita, sobre un taco, dio una vuelta en redondo y coqueta y ágil se dirigió a Javier Montero, estudiante de Derecho.
         ─Javier, ¿me enseñas ese nuevo paso de tuiss?

Edición Estruendomudo
[“Los inocentes”: Oswaldo Reynoso. Estruendomudo E.I.R.L. Cuadernos Esenciales 12, Lima, año 2011. Edición corregida por el autor. De venta en librerías Crisol, Ibero, Época.]

Notas:

- Oswaldo Reynoso escribió el libro de cuentos “Los Inocentes” entre los meses de junio y octubre de 1960 y constituye, junto a “Día Domingo” (cuento que forma parte del libro “Los Jefes” y “Los Cachorros” de Mario Vargas Llosa), las primeras historias del universo adolescente de la Lima moderna, diferenciándose en el hecho que Cara de Ángel, Carambola, El Príncipe, Colorete, El Rosquita, Natkinkón, -personajes de “Los Inocentes”- son una collera de los Barrios Altos, un barrio populoso del centro de la ciudad de Lima; mientras que Miguel, Rubén, El Melanés, Francisco, Tobías y El Escolar -del cuento “Día Domingo”- son chicos de Miraflores, un distrito residencial y comercial del sur de la ciudad.

- De las dos obras, “Los Inocentes” tiene más trascendencia porque incorpora el habla cruda y descarnada de los adolescentes y porque escarba en la psicología de cada uno de sus personajes principales. Se dice que con esta obra Reynoso inició la corriente del realismo urbano.

“Los Inocentes” trata la historia de cinco chicos cuyas edades oscilan entre los 16 y 17 años, que comienzan a vislumbrar un futuro incierto y a los que la gran ciudad solo les reserva sus ambientes marginales y la calle, constituyendo el amor de las chicas (gilas) la redención que no llega.

Edición  La Rama florida /1961
- La primera edición de la obra estuvo a cargo de la editorial La Rama Florida, de Javier Sologuren y se publicó en 1961 con un tiraje de 500 ejemplares con un dibujo de Ruiz Durand en la tapa, que mostraba cuerpos desnudos, edición que tuvo una circulación casi clandestina. Posteriormente la editorial Populibros, dirigida por Manuel Scorza, le propuso a Oswaldo Reynoso publicar su libro de cuentos con un mayor tiraje y mayor soporte publicitario (lo que representaba para Reynoso, mejores ingresos), siempre y cuando autorice el cambio del título de la obra, a lo que inicialmente Reynoso se negó rotundamente, para luego ceder. Así, el libro se publicó luego, por un tiempo, con el nombre de “Lima en Rock, relatos de collera”.

- Oswaldo Reynoso señaló en una entrevista que le hizo Enrique Planas, que en la época que escribió “Los Inocentes” en Lima se oía boleros, guarachas, a la sonora Matancera, a Los Platters, al cantante Nat King Cole, pero casi nada de rock'n'roll.

Lo cierto es que sólo una vez se utiliza la palabra “roc” en toda la obra, para expresar no una canción, un baile o una corriente musical, sino para describir la personalidad del personaje El Príncipe. Oswaldo Reynoso explicó que en el Perú de finales  de los 50's, la onda del rock'n'roll no vino con la música o cantantes o bandas sino a través de películas de Marlon Brando o James Dean, por lo que la palabra rock'n'roll expresaba más un comportamiento o una actitud.

Edición Populibros
- Oswaldo Reynoso nació en la ciudad de Arequipa el 10 de abril de 1931 y es, además de escritor, educador. Cuando se publicó por primera vez su libro, surgieron voces de protesta calificándolo de obsceno y solicitando se le quite a Reynoso el título de profesor. Para la época en que se publicó por primera vez “Los Inocentes”. Oswaldo Reynoso enseñaba en la Universidad Enrique Guzmán y Valle “La Cantuta”.

Tras una circulación casi subterránea por casi tres décadas, hacía los 80’s comenzó a publicarse extractos de la obra en libros escolares, lo que acrecentó su fama como una obra literaria de culto.

- Entre otras obras de Reynoso tenemos el poemario “Luzbel” (1955), “En octubre no hay milagros” (1966), “El escarabajo y el hombre” (1970), “En busca de Aladino” (1993), “Los eunucos inmortales” (1995), “El goce de la piel” (2005), “Las tres estaciones” (2006), “En busca de la sonrisa encontrada” (2012) y “Arequipa, lámpara incandescente” (2014).

- Marina” es una canción escrita y grabada originalmente por el compositor y cantante ítalo-belga Rocco Granata en 1959. Carlos Argentino (cuyo nombre verdadero fue Israel Vitenszteim) la grabó en ritmo de guaracha para su disco “La voz triunfal de Carlos Argentino” del sello DIMSA, año 1960. En el Perú, la Sonora de Lucho Macedo hiso su versión con la voz de Manolo Castro para el sello MAG en 1968.

Los Inocentes, serie
fotográfica,
Colectivo Supayfotos
- Muchos desconocen que la canción “The Twiss” no es una canción original de Chubby Checker sino de Hank Ballard & The Midnighters quienes la grabaron y lanzaron a la venta en 1959 como lado B de un sencillo que no tuvo mayor repercusión en el mercado discográfico. La versión de Chubby Checker es del año 1960 y fue la que se convirtió en un éxito arrollador desplazando al rock&roll a inicios de esa década. La historia cuenta que Ballard había sido invitado para una presentación televisada de la canción, pero debido a que tenía otros compromisos, el conductor del programa contrató a Checker por tener un timbre vocal similar al de Ballard. El hecho es que la presentación prendió una mecha que no se apagaría hasta mediados de los 60’s, teniendo a Checker como padre del escurridizo ritmo y no a Ballard.

- “Con mi corazón te espero” es la canción que lanzó a la fama al cantante cubano Roberto Ledesma en el año 1960 y sirvió para dar nombre a su primer álbum. Fue escrita por Humberto Suárez y antes que Ledesma la grabara no había tenido resultado con otros artistas. El respaldo musical estuvo a cargo de la orquesta de José Delgado.

“Con mi corazón te espero” es la canción -estoy seguro- que Colorete se fue a escuchar en la radiola de la cantina del japonés luego que saliera a escondidas de la casa de Juanita, aguantándose las lágrimas de varón herido.

Oswaldo Reynoso
Soundtrack:

Marina: Carlos Argentino (1960)
The Twiss: Chubby Checker (1960)
Marina: Rocco Granata (1959)
The Twiss: Hank Ballard & The Midnighters (1959)
Con mi corazón te espero: Roberto Ledesma (1960)

Concepto, introducción y notas:
MAX MARRUFFO S.

2 comentarios:

  1. Lo que importa es que también hable de música ¿No te parece?

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    1. Hola, Alí. El libro de Reynoso no habla de música. A lo que me he querido referir es al hecho que a muchos les causaba extrañeza por qué lo titularon alguna vez "Lima en rock". Como lo he indicado, no hay alusión alguna a esa música, solo aparece una vez la palabra "roc" para referirse a la forma de ser de uno de los personajes ("el Príncipe es el más roc de todos"). Quizás, lo que se quiso expresar con el título era algo así como: historias de adolescentes rebeldes, utilizando la palabra "rock" nuevamente para referirse a forma de comportarse en una época determinada en Lima.
      Gracias por visitarnos nuevamente Alí. Me dijiste que me escribirías.

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