viernes, 24 de agosto de 2012

THE BEATLES Y BOB DYLAN, INFLUENCIAS MUTUAS

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Si bien es cierto que en el universo de la música popular hay nombres cuya mención son un distintivo, la marca de un estilo único, inigualable, irrepetible, excluyente, cuerpos celestes que brillan con luz propia, puntos de inicio de la historia, nombres que son como líneas que corren paralelas de modo infinito sin punto en el cual se le cruce otra, ¿qué ocurre cuando una de estas líneas se encuentran con otra que corre con la misma luminosidad, el mismo sello de inigualable, irrepetible, excluyente, esto es, con otro punto de inicio de la historia que viene con el mismo ímpetu creativo y en el mismo nivel, pero en sentido inverso?

Al igual que en campo de la Física el choque de partículas produce el Big Bang (el inicio de todo), ese hecho ha de producir una eclosión cultural.
Esto ocurrió en 1964, el día en que The Beatles conocieron a Bob Dylan, o el día que Bob Dylan conoció a The Beatles. Fue el comienzo de la Época Dorada del Rock & Roll.

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The Beatles y Dylan, no obstante haberse iniciado en el mundo de la música con un mismo propósito, ser tan grandes como Elvis, lo acometieron por caminos distintos. Ellos a través del Rock & Roll; él a través del folk *.
Estadounidense nacido en Duluth, Minnesota, contemporáneo -por edad- con John, Paul, George y Ringo, Dylan, cuyo verdadero nombre es Robert Allen Zimmerman, desde muy pequeño se aficionó a la guitarra y a la poesía pero una vez que oyó a Hank Williams y a Bill Haley, la música pasó a ser parte importante de su vida. Formó pequeños grupos que tocaban temas de blues y rock and roll un par de años antes que John Lennon formara su primera banda los Quarrymen. Se aficionó también a la música country.
Existe, hasta hoy, la equívoca idea que la aparición del rock and roll en los Estados Unidos de mediados de los 50’s arrasó toda otra manifestación de música popular y que atrajo la atención unánime de adolescentes y jóvenes cuando lo cierto es que, tanto el country como el folk, nunca dejaron de gozar del aprecio y lealtad de estos en diversas partes del territorio de la unión. Incluso, para los estudiantes comprometidos en política, el folk resultaba un medio idóneo y más elevado para la trasmisión de ideas que el rock and roll puesto que estaba desprovisto de todo tipo de fornitura. En el folk lo que importaba era el mensaje y cómo se transmitía, esto es, la letra y la melodía, no la pose.
Dylan, se aficionó al folk y decidió ingresar al negocio de la música como un cantante de ese género. Pesó en su decisión el haber ingresado a la universidad en momentos que recrudecían violentamente los problemas sociales de siempre, como la discriminación racial y de grupos minoritarios, agregado a ello el que su país se involucraba, nuevamente, en una guerra en tierras lejanas sin justificación aparente, Vietnam. Era inicios de los 60’s, época que surge las denominada canción protesta.
Pero, quizá, y sobre todo, peso más el haber conocido la gesta de Woody Guthrie **, de quién incluso usurpó su identidad. Woody era el Master del folk y del canto de protesta.
En la misma época que The Beatles se van a Hamburgo a tocar en antros en donde obtendrían la capacitación suficiente para conquistar el mundo, Dylan abandona la universidad y tan solo con su guitarra acústica y una harmónica que se la cuelga al cuello, recorrió diversos lugares del territorio de los Estados Unidos tocando en pequeños clubes lo que, del mismo modo que a sus colegas ingleses, le permite mejorar su técnica musical. Paralelamente desarrolló su vena poética.
Dylan asumió su carrera desde un punto de vista intelectual (era adicto a Rimbaud, Dylan Thomas -de quien tomo parte de su nombre-, de Shakespeare) lo que le permitió rodearse de mucha gente que lo abasteció de ideas, de información, de planteamientos políticos que de una manera clara y concreta transvasó en sus primeras canciones. La multiplicidad de temas tratados que tocaban la conciencia llamó la atención de un gran público. Dylan abordó los temas cotidianos, aquellos que se discutían en las calles, incluso trató sobre el amor, pero a un nivel más profundo. Finalmente viajó a Nueva York e hizo del Grenwich Village su hogar y centro de operaciones. Tocó en clubes del género, lugar a donde recalaban santones del movimiento folk, como Peter Seeger y Jack Elliot y una jovencísima estrella femenina, Joan Baez.
Dylan no tardó en destacar y hacerse de un nombre en una ciudad tan difícil como la gran manzana. Tocó en salas y festivales importantes del circuito. En el otoño de 1961 fue fichado por la CBS y antes que culmine ese año, graba su primer álbum “Bob Dylan” que es lanzado a la venta a inicios del siguiente año.
Puede decirse que su camino al estrellato se inició antes que el de los Beatles, pero a diferencia de estos, que tras su regreso de Alemania, el lanzamiento de su primer disco (Love Me Do) y la aclamación unánime de la juventud inglesa estuvo exento de baches o vaivenes; el de Bob encontró resistencia e incomprensión. No era su pose, no era su facha lo que incomodaba a algunos. Era la letra de sus canciones, que transitaron rápidamente de una brutal claridad a un lirismo que embelleció su mensaje, pero no por ello menos cortante y puntiagudo.
El Show de Ed Sullivan tuvo un significado diferente para los de Liverpool que para el de Minnesota.
A Dylan le rechazaron su participación en 1962, no pasó el casting. La disquera que contrató a Bob comienza a dar signos de arrepentirse de ello. No es que no venda. Son sus canciones. Por aquellos días escribe uno de sus temas clásicos (el primero) Blowin’ in the wind.
En 1963 cruza el Atlántico en sentido contrario al que lo harían The Beatles un año después. Es su primer viaje a Londres, Inglaterra. Se presenta en la televisión local y no gusta. De vuelta en Nueva York graba su primer álbum exitoso: Freewheelin’. Todas sus presentaciones son exitosas. Ed Sullivan lo invita a su show, ya no requiere casting, pero finalmente les jode que decida cantar John Birch Society Blues un tema que satiriza la caza de brujas desatada por el gobierno contra todos aquellos a los que considera sospechosos de ser agentes del comunismo. Se le retira la invitación. Como el programa es de la CBS Televisión, la discográfica CBS queda advertida y retira del álbum Freewheelin’ la canción John Birch Society Blues. Lo tildan de mal cantante. Otra vez, no es él, son sus canciones. La revista Times lo ningunea. Blowin’ in the wind resulta un éxito en las voces de Peter, Paul & Mary, trió folk. Participa junto a Joan Baez en el festival de Newport, famoso festival de la música folk en el que muy pronto Dylan dejará una huella imborrable. Su status en el ambiente de la canción protesta le permite ser invitado a participar en una marcha a Washington por los Derechos Civiles denominada Marcha sobre Washington por la Libertad y el Trabajo. En ésta, Martin Luther King, delante del monumento a Lincoln, pronunció su famoso discurso I Have a Dream (Tengo un sueño) a favor de la armonía racial. Dylan termina muy bien el año, con el reconocimiento masivo del público aunque no de los medios.
Cuántas veces un hombre debe alzar la vista
Antes que pueda ver el cielo?
Cuántos oídos debe tener un hombre
Antes que pueda escuchar a la gente llorar?
Cuántas muertes tendrán que pasar hasta que el sepa
Que mucha gente ha muerto?
La respuesta, mi amigo, está flotando en el viento.
(Blowin’ in the wind - Bob Dylan- 1963)
1964, año vital para The Beatles y para Dylan. Las partículas están a punto de colisionar. Dylan lanza una advertencia, The Times They Are A-changin’, canción fundamental en su carrera y en la que conmina a los padres a cambiar de actitud frente a sus hijos o atenerse a las consecuencias (fue un vaticinio del surgimiento de la contracultura, el verano del amor y el flower power). En enero se lanza el álbum del mismo nombre.
En febrero, los Beatles cruzan el Atlántico y llegan a Nueva York. Primera aparición del cuarteto en la televisión estadounidense. El programa: Ed Sullivan Show. John, Paul, George y Ringo conquistan América. Cinco de sus canciones ocuparan pronto los primeros lugares en la lista de las diez mejores de la Billboard Magazine. Explota la Beatlemanía. Dylan se encuentra en la carretera, con su guitarra y harmónica en una “gira” informal por pequeños pueblos, cantando a la vera del camino, subido en una Pick Up. Se entera de la llegada de los Beatles, de la posición de sus canciones en las listas. Reconoce que ellos se le adelantaron en su meta de ser tan grande como Elvis. No obstante, considera que son huecos aunque dotados de una gran capacidad musical. Le hacen revivir su interés por el rock and roll.
Oh si, Voy a decirte algo
Creo que lo entenderás
Cuando te lo diga quiero estrechar tu mano,
Quiero estrechar tu mano
Oh por favor, dime que me dejarás coger tu mano
Quiero estrechar tu mano
Cuando te toco me siento tan feliz
Es una sensación tal que no puedo ocultar mi amor
No puedo ocultarlo
Si, tú tienes eso Creo que lo entenderás
Cuando te lo diga, Quiero estrechar tu mano
(I Wanna Hold Your Hand - The Beatles - 1963)
Según la historia, ese mismo año, George un día va a casa de John y le hace escuchar unos discos de Dylan. Causa un enorme impacto en John, quien se replantea la temática de sus canciones. La profesionalidad de los Beatles sale a relucir. En ese momento dominan el mundo de la música. A Estados Unidos lo tienen metido en el bolsillo. Son más grandes que Elvis. Tienen dinero. Pero escuchan, toman atención, aprenden, reconocen méritos ajenos. Surge el interés en conocer personalmente a Bob Dylan.

The Beatles tienen todo listo para su primera gira por los Estados Unidos. Organizan una fiesta en honor a Bob Dylan. A decir de Paul, sus miras y percepción de las cosas cambiaron cuando lo conoció. The Beatles han sido tocados por la fuerza de Bob.
En un aparte, Bob se sincera con John y le dice que las canciones de los Beatles no dicen nada, carecen de contenido. John asimila el mensaje.
Este es el día en que Bob Dylan enseña a The Beatles usar la marihuana.

Segundo encuentro. Él se encuentra de visita nuevamente en Londres, lleva a cabo unas presentaciones en el Royal Albert Hall. Él también es un buen profesional. En una entrevista con la revista Melody Maker reconoce la “clase” del pop británico.
Luego de observar desde el back-stage una presentación de la banda, Dylan compra una guitarra eléctrica. Regresa a Nueva York con su aspecto cambiado. Viste prendas de Carnaby Street, botas tipo beatle y gafas oscuras. Sorprende a sus habituales. Algo está sucediendo.
Ya en Freewheelin’ algunos de sus temas denotaban influjos de rock and roll. Lo mismo ocurre en The Times They Are A -changin’ y no deja de suceder en su cuarto álbum Another Side of Bob Dylan que se ubica entre los primeros veinte de los Estados Unidos y los primeros ocho del Reino Unido.
Mientras tanto se desata la invasión británica. The Animals, The Rolling Stones llegan a América.
Se estrena la película de The Beatles, A Hard Day’s Night y se publica su banda sonora que contiene una selección exquisita de temas avant-garde compuestos íntegramente por Lennon & McCartney. Bob Dylan bajo seudónimo colabora en discos de bandas rockeras.
Venid padres y madres
de todas partes de la tierra
y no critiquéis
lo que no podéis entender,
vuestros hijos e hijas
están fuera de vuestro control
vuestro viejo camino
está carcomido,
por favor, dejad paso al nuevo
si no podéis echar una mano
porque los tiempos están cambiando
(The Times They Are A -changin’ - Bob Dylan - 1964)
Año 1965, aparecen los primeros signos del cambio producto de la “colisión” de las dos fuerzas creativas. Bob Dylan comienza la grabación de su nuevo álbum Bring It All Back Home con temas rock como Subterranean Homesick Blues y Maggie’s Farm, entre otros. Lanzado a la venta, el álbum llega a ocupar el puesto número 6 en los Estados Unidos y el puesto 1 en Inglaterra. Nuevo viaje a Londres, esta vez lo esperan fanáticas histéricas en el aeropuerto. Comienza su gira inglesa junto a Joan Baez. Hace una nueva presentación en el Royal Albert Hall. La BBC transmite un especial de Bob Dylan en el mes de junio.

Con el álbum Bring It All Back Home, Dylan había provocado el rechazo de los puristas del folk que lo consideraron un desvío en su música, pero no esperaban que el siguiente confirme su paso a las filas del Rock & Roll. En julio se pone a la venta el sencillo Like a Rolling Stone*** y se presenta en el Festival de música folk de Newport con una banda “eléctrica” sin su acostumbrada guitarra acústica y harmónica. Inicia su presentación con Like a Rolling…, el ruido es ensordecedor. Los folkie’s lo abuchean, lo llaman traidor. Les ha destrozado el corazón, no lo pueden creer. Joan Baez, su colega de giras, su madrina, la mujer con la que se le vincula sentimentalmente, también lo llama traidor. Ante los medios, Bob se reafirma en lo hecho y señala que no le interesan las críticas. Se publica el álbum Highway 61 Revisited, escala el puesto 3 en América y el 4 en Inglaterra. Like a Rolling Stone, que es su primer surco, llega a ocupar el puesto 2 en los Estados Unidos y el 4 en Inglaterra.
Hubo una época en la cual te vestías muy bien
arrojabas una moneda a los mendigos, en tu plenitud.
¿No es verdad?
La gente te advertía:"Ten cuidado, muñeca, puedes caer"
pero tu pensabas que estaban bromeando.
Acostumbrabas reírte
de todos aquellos que andaban por ahí
ahora ya no hablas tan alto
ahora no pareces tan orgullosa
de tener que mendigar tu siguiente comida.
¿Cómo se siente?
¿Cómo se siente?
Estar sin hogar
como una completa desconocida
como una piedra que rueda.
(Like a Rolling Stone - Bob Dylan - 1965)
Highway 61 Revisited constituyó el giro, el cambio de rumbo, el punto de inflexión de la música de Rock & Roll. A partir de ese momento, las canciones de Rock & Roll pasan a tener contenido lo que elevara a esta música a la categoría de arte. Los “adultos” caen en la cuenta que dejó de ser sólo una manifestación de rebeldía, ahora, es un medio de expresión, de difusión del pensamiento, arma de reivindicación. Cantantes y bandas son influenciados en el acto y la calidad de sus trabajos mejorará considerablemente. Este influjo se extenderá incluso hasta la siguiente década.

A finales de 1964, en Los Angeles, Roger McGuinn forma la banda The Byrds. Asiste al estreno de A hard day's night de los Beatles y se queda maravillado con la guitarra Rickenbacker de doce cuerdas de George. Corre a comprarse una igual. Le hace unos arreglos a los acordes de Mr. Tambourine Man de Bob Dylan. El cover es lanzado a la venta a mediados del 65 y constituye un éxito rotundo de la joven banda de Los Angeles - California. Llegará al puesto número 1 en ambos lados del Atlántico.
Hey! Sr. de la pandereta, tócame una canción
No tengo sueño y no voy a ninguna parte.
Hey! Sr. de la pandereta, tócame una canción
En el cascabeleo de la mañana te seguiré.
Dame una vuelta en el torbellino de tu nave mágica
Me han despojado de mis sentidos, mis manos no sienten al apretar,
Los dedos de mis pies demasiado entumecidos para caminar,
esperan solo a las suelas de mis botas
para empezar a vagar.
Estoy listo para ir a cualquier lugar,
estoy listo para desvanecerme
En mi propio desfile, lanza el hechizo de tu baile hacia mí,
Prometo seguir bajo él.
(Mr. Tambourine Man - Bob Dylan - 1965)
En agosto, los Beatles publican el álbum Help!, banda sonora de su segunda película que contiene un par de temas con el toque dylanniano: Youve got to hide your love away escrita por John Lennon y I need you de George Harrison. Pero será Rubber Soul (álbum puesto a la venta en diciembre) el trabajo que marca el cambio en la estética Beatle.
Aquí estoy aguantando la cabeza
La cara contra la pared
Si ella se ha ido, no puedo seguir
sintiéndome tan miserable
En todas partes la gente me mira
Día tras día
Los veo riéndose de mí
Y diciéndome
Oye, tienes que ocultar tu amor
¿Cómo puedo intentarlo siquiera?
Nunca lo conseguiré
Oyéndoles, viéndoles
Tal y como me encuentro
¿Cómo se atreve ella a decirme
"El amor lo arreglará todo"
Venid aquí, payasos
Quiero oíros decir
Oye, tienes que ocultar tu amor
(You’ve got to hide your love away - The Beatles - 1965)
En 1966 aparecerá los álbumes Blonde on Blonde de Bob Dylan y Revolver de The Beatles, considerados ambos, sus obras cumbres.
Se había dado inicio a la Época Dorada del Rock & Roll.
Tengo una o dos palabras
para decir acerca de las cosas que haces,
diciendo todas esas mentiras
acerca de las cosas buenas que podemos tener
si cerramos nuestros ojos.
Haz lo que quieras hacer
y ve a donde tengas que ir
piensa por ti
porque no voy a estar ahí contigo
(Think for Yourself - The Beatles - 1965)

Un vídeo de dibujos animados que satiriza el día que
The Beatles conocieron a Bob Dylan y... la marihuana
Soundtrack:
Blowin’ In The Wind: Bob Dylan - 1963,
I Wanna Hold Your Hand: The Beatles - 1963,
The Times They Are A-changin’: Bob Dylan - 1964,
Youve got to hide your love away: the Beatles - 1965,
I Need You: The Beatles - 1965,
Subterranean homesick blues: Bob Dylan - 1965,
Think for yourself: The Beatles - 1965,
Like a Rolling Stone: Bob Dylan - 1965,
Mr. Tambourine Man: The Byrds - 1965,
Sultans of Swing: Dire Straits - 1978.
Para más información respecto de los temas ir a FICHERO DE CANCIONES
Referencias:
* La palabra folk tuvo una acepción peyorativa a inicios del siglo XIX. Con el término se hacía referencia a los campesinos de escaza cultura y a los analfabetos y es esta relación la que permitió utilizar posteriormente el término para referirse al arte popular, aquel que proviene de la gente común. El folk como expresión musical habla de los temas de la vida cotidiana y por ello siempre se relegó como una expresión artística de los marginados. Se entiende que el músico o cantante folk no persigue el beneficio, es un arte al alcance de los necesitados. El cantante o músico folk en una persona del pueblo. Todos estos elementos ser personificaron en Woody Guthrie máximo representante de esta música en los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XX.
Y porque es música del pueblo a través de la cual se expresa los sentimientos y necesidades de éste, se le tomo como una música con contenido político, por lo que, para el sistema americano representaba mayor peligro que el mismísimo rock & roll al que se le veía más que nada como un atentado a los valores culturales tradicionales, al buen gusto.
Cuando a mediados de los 60’s se fusionó con el rock surgió el folk -rock, género musical que debe su influencia al trabajo de Bob Dylan y la invasión inglesa con los Beatles a la cabeza, y que encontró campo propicio para su desarrollo en los cantantes y bandas de la Costa Oeste de los Estados Unidos (Los Angeles y San Francisco).
Un significado amplio de la palabra folk acoge a otras expresiones artísticas musicales de diversas raíces tales como el Blues, el Country, el Gospel, el Tex-Mex, etc.
** Woodrow Willson Guthrie, nacido en 1912 en Oklahoma - Utha, Estados Unidos, es considerado el máximo exponente de la música folk del siglo XX. Con su vieja guitarra (en la que se leía: Esta guitarra mata fascistas) recorrió todo el territorio de la unión viajando como polizón en vagones de trenes de carga. Cantaba a los trabajadores del campo, a los inmigrantes sometidos a esclavitud, a los marginados, a aquellos que no entraban en el concepto de la american way life de la post-guerra. Era asiduo en las reuniones sindicales. Cantaba en bares donde los parroquianos le regalaban unas monedas. Fue hombre de izquierda. Pese a su condición misionera obtuvo enorme popularidad dentro de la cultura no oficial americana. Su temática dio paso a la denominada canción protesta, que no es otra cosa que el folk comprometido con la lucha de clases. Su crónica vital fue recogida en el libro Bound of Glory, libro autobiográfico que tuvo enorme éxito literario y arrastró a muchos jóvenes a las filas de la música folk, como a Bob Dylan. Woody, al igual que su madre, cayó víctima de la enfermedad de Huntington, extraña degeneración del sistema nervioso que lo confinó a la cama de un hospital de Queens por quince años, hasta su muerte en octubre de 1967. Durante todo ese tiempo, cantantes y músicos folk llegaban hasta su lecho de enfermo y le cantaban suavemente sus canciones o las propias creaciones, hecho que le agradaba mucho y que hizo llevadero su sufrimiento. Esto último se recrea en dos películas: Alice’s Restaurant (1969) y I’m not there (2009).
Su hijo Arlo Guthrie alcanzó la fama como cantante folk-rock a mediados de los 60’s y fue una de las figuras del festival de Woodstock.
Woody Guthrie es considerado una figura representativa de la cultura de los Estados Unidos de Norte América. Su obra musical ha sido recogida por el archivo del Congreso de ese país.
*** Considerada la mejor canción de rock & roll de todos los tiempos por la revista Rolling Stone.

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MAX MARRUFFO S.

sábado, 11 de agosto de 2012

EL ROCK & ROLL EN LA LIMA DE “DÍA DOMINGO”

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“Miguel se volvió hacia los demás, abriendo los brazos-: Pajarracos, estoy haciendo un desafío.

Dichoso, comprobó que la antigua fórmula conservaba intacto su poder. En medio de la ruidosa alegría que había provocado, vio a Rubén sentarse, pálido”.


“Si ganas -dijo Rubén-, te prometo que no le caigo a Flora. Y si yo gano tú te vas con la música a otra parte.

-¿Qué te has creído -balbució Miguel-. Maldita sea, ¿qué es lo que te has creído?

-Pajarracos -dijo Rubén, abriendo los brazos-, estoy haciendo un desafío”.

El relato Día Domingo tiene todos los ingredientes propios de una historia de la etapa auroral del Rock & Roll, sin duda. La pertenencia a una pandilla de los protagonistas  y la forma en que estos resuelven sus problemas a base de desafíos, en los que el retador coloca al retado ante la disyuntiva de aceptarlo o hundirse en el desprestigio de ser visto como un cobarde, nos hace recordar aquel que Buzz le plantea a Jim en la inolvidable película Rebeldes sin causa, cinta que elevara a los altares a James Dean  como uno de los íconos fundamentales -junto a Elvis- de la naciente cultura del inconformismo.
Y es que, por un mecanismo de imitación o no, los adolescentes y jóvenes limeños de mediados de los 50’s, época en la que se escribió el relato, acogieron los mismos códigos de conducta de los jóvenes estadounidenses de post-guerra para dar rienda suelta a sus sentimientos y frustraciones y que el tiempo se encargaría de demostrar se harían universales.

Este es un esbozo de la Lima de la segunda mitad de la década de los 50’s que se vio sorprendida por la súbita aparición del Rock & Roll:

(Ir a "DÍA DOMINGO" de Mario Vargas Llosa) / (Ir a CONOCIENDO LOS LUGARES DE "DÍA DOMINGO")

Dámaso Pérez Prado
La juventud limeña de inicios de los 50’s ya había dado muestra del fanatismo al que  podían llegar respecto de los bailes modernos que músicos y orquestas foráneas traían a nuestras costas, tan es así, que llegó a motivar la admonición de la iglesia católica.

Esto ocurrió cuando a nuestro país arribó Dámaso Pérez Prado con su particular ejecución del mambo, estilo musical creado en Cuba por Orestes Lopez, hermano de Israel Lopez “Cachao”. El rico mambo caló tanto en la muchachada que multitudes se prepararon para recibir a lo grande a care foca.

La sociedad mojigata de aquel entonces consideraba al mambo como un ritmo desenfrenado y sensual, incitador del pecado. Cuando los mensajes de sensatez y observancia emitidos desde los púlpitos en los sermones de las misas de los domingos cayeron en saco roto, al arzobispo de Lima, Cardenal Juan Gualberto Guevara, no le quedó otra que amenazar con la excomunión a todo aquel descarriado que osara ir a recibir al demonio y su orquesta o acudiera a la plaza de Acho el día del campeonato nacional de ese enloquecido baile.

Este pasaje de nuestra historia urbana contemporánea es citado en dos obras por Mario Vargas Llosa:

“Antes, lo que más nos gustaba en el mundo eran los deportes y el cine, y daban cualquier cosa por un match de fútbol, y ahora en cambio lo que más eran las chicas y el baile y por lo que dábamos cualquier cosa era una fiesta con discos de Pérez Prado y permiso de la dueña de la casa para fumar. Tenían fiestas casi todos los sábados y cuando no íbamos de invitados nos zampábamos y, antes de entrar, se metían a la bodega de la esquina y le pedíamos al chino, golpeando el mostrador con el puño: ¡cinco capitanes! Seco y volteado, decía Pichulita, así, glu glu, como hombres, como yo.

Cuando Pérez Prado llegó a Lima con su orquesta fuimos a esperarlo a la Córpac, y Cuellar, a ver quién se aventaba como yo, consiguió abrirse paso entre la multitud, llegó hasta él, lo cogió del saco y le gritó: «¡Rey del mambo!». Pérez Prado le sonrió y también me dio la mano, les juro, y le firmó su álbum de autógrafos, miren. Lo siguieron confundidos en la caravana de hinchas, en el auto de Boby Lozano, hasta la plaza San Martín y, a pesar de la prohibición del arzobispo y de las advertencias de los hermanos del Colegio Champagnat, fuimos a la plaza de Acho, a Tribuna Sol, a ver el campeonato nacional de mambo. Cada noche, en casa de Cuellar, ponían Radio El Sol y escuchábamos, frenéticos, qué trompeta, hermano qué ritmo, la audición de Pérez Prado, qué piano”. (Los Cachorros [1967]).

“Aquél fue un verano fabuloso. Vino Pérez Prado con su orquesta de doce profesores a animar los bailes de Carnavales del Club Terrazas de Miraflores y del Lawn Tenis de Lima, se organizó un campeonato nacional de mambo en la Plaza de Acho que fue un gran éxito pese a la amenaza del Cardenal Juan Gualberto Guevara, arzobispo de Lima, de excomulgar a todas las parejas participantes, y mi barrio, el Barrio Alegre de las calles miraflorinas de Diego Ferré, Juan Fanning y Colón, disputó unas olimpiadas de fulbito, ciclismo, atletismo y natación con el barrio de la calle San Martín, que, por supuesto, ganamos.

Ocurrieron cosas extraordinarias en aquel verano de 1950…”. (Travesuras de la niña mala [2006]).

Blackboard Jungle (Semilla de maldad)
Situación similar de desborde popular ocurrió cuando el 28 de agosto de 1955 se estrenó en Lima la película Blackboard Jungle (“Semilla de maldad” para Latinoamérica), drama dirigido por Richard Brooks, con la actuación de Glenn Ford, Anne Francis, Sidney Pottier y Vic Morrow, año 1955, que trataba sobre una escuela pública estadounidense con chicos problemáticos. No era una película musical, sin embargo, al inicio como al final de la misma se escuchaba las notas de “Rock around the clock” interpretadas por un tal Bill Haley and His Comets. La exhibición de esta cinta generó disturbios en las salas de cine de los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania en la época de su estreno. Había comenzado una nueva era, en la que los jóvenes tomarían el control de la cultura popular como medio de expresión y de desahogo.

En Lima, la reacción no fue violenta pero sí motivó casi de inmediato un creciente interés por esa nueva sonoridad y contra todo pronóstico de los medios de comunicación capitalinos que vaticinaban que el nuevo ritmo llamado rock and roll pasaría como una moda más. A los pocos meses de haberse estrenado Blackboard Jungle, comenzaron a ser programados por la radio discos de un blanco que cantaba como negro, su nombre: Elvis Presley. Como es habitual en nuestro país, las reacciones de los entendidos ante las novedades que interesan a los jóvenes -el revuelo generado por Presley- fue visto con desdén al principio, para luego, en la medida que comenzaba a estar en boca de cada chico y chica, mirarlo, analizarlo e interpretar su mensaje con suspicacia y prejuicio. Como veremos más adelante, en el Perú, como en el resto del mundo, el rock and roll, a diferencia del mambo, sería enarbolado como una forma de expresión exclusiva de los jóvenes, con toda su parafernalia.

Bill Haley y Elvis Presley
Cabe señalar que tanto el mambo como el rock and roll encontraron un ambiente propicio para su rápida difusión en la Lima de los 50’s. No solo era una ciudad que consumía música a través de la compra de discos en -hoy desaparecidas- tiendas del rubro, sino también, que comenzaron a fabricarse aquí, a través de casas discográficas peruanas. Hacía tiempo que un artista nativo no necesitaba viajar a Argentina, Chile o Nueva York para grabar un disco.

Si bien, no todos contaban con un aparato reproductor (los viejos pick up), la radio, ayer como hoy, siempre estuvo al alcance de la población. Y los 50’s fue quizá la época dorada de la radiotelefonía limeña. Más de una decena de emisoras atestaban la AM, con programación variada (no estanco como el día de hoy). Muchas de ellas contaban con un auditorio propio o uno en el que solían presentar en vivo programas musicales, radionovelas, de comicidad, etc. Muchos hemos oído decir a nuestros padres que vieron a tal o cual artista, nacional o extranjero, del cine o la música en tal o cual auditorio de una radio o desde el conocidísimo auditorio del teatro La Cabaña, en el hoy parque de Lima (antiguamente parque de la Exposición).

El cine Metro en la plaza San Martín,
lugar de estreno de la primera peícula
con un tema de rock and roll
En la capital, antes de la década de los 80’s, en que hubo una suerte de integración, se difundía por separado música anglosajona (todos los estilos) de la hispana o latinoamericana. Antes había radios que ni por asomo tocaban una balada en español.

El Vals criollo, el bolero, la guaracha, el mambo, las rancheras, el swing, el jazz, sonaban democráticamente complaciendo todos los gustos, aunque por separado.

Como en los Estados Unidos, el rock and roll y su difusión en el Perú generó un producto que llegaría, quizás, a ser tan importante como los músicos: el Disc Jockey o simplemente DJ. Estos se encargarían no solo de azuzar un creciente fanatismo, sino también, de organizar a los jóvenes de diversos barrios de la capital a través de campeonatos y presentaciones en directo de bisoñas figuras del género que posteriormente, en la primera mitad de los 60’s, pasarían a ser conocidas como las matinales.

Ese ambiente de apertura cultural (con lo foráneo) de la que gozaba la ciudad en la década de 1950, permitió que arribasen también al Perú, incluso antes del rock and roll, películas de jóvenes actores yanquis que la cultura rocanrolera asimilaría a su imaginería y que de cierta forma plasmarían la figura del rocker a nivel mundial: El Salvaje y Un tranvía llamado deseo con Marlon Brando (en 1955); Al este del paraíso y Rebelde sin causa con James Dean (en 1955 y 1957). La imagen de estos dos ídolos, personificación misma de la rebeldía juvenil, pronto fue asociada a la de Elvis. La forma de vestir y de llevar el peinado de estos personajes fue imitado rápidamente por los adolescentes de todos los sectores sociales, de todos los barrios de la Lima de aquel entonces.
Marlos Brando en El Salavaje



James Dean en Rebeldes sin causa

La hoguera se avivaba más a medida que seguían llegando más películas o discos de rock and roll.  En diciembre de 1956, en el ya desaparecido cine Diamante de la cuadra 8 de la avenida Brasil, Jesús María, se estrenó Rock around the clock, esta vez sí una película musical en donde el tema de Bill Haley and His Comets volvería ser el centro de atención respecto de otros temas interpretados por él mismo y otros artistas.

Poster de la película Rock Around the Clock

Paralelamente, más y más artistas de la época auroral del rock and roll estadounidense se iban dando a conocer a través de la radio: Chuck Berry, Little Richard, The Platters, Jerry Lee Lewis. Esto posibilitó que nuevas películas del género obtengan la misma acogida multitudinaria. En el verano del 57 se estrenó Rock, Rock, Rock, Bamboleo Frenético y Celos y revuelos al ritmo del rock, películas que en conjunto congregaban a dichos artistas como a Frankie Lymon y The Flamingos (que en la misma onda de los Platters cautivaron con el Doo Wop).

Inicialmente, con la llegada de las primeras notas del rock and roll a Lima, se subieron al coche orquestas y cantantes de mediana edad cuyo itinerario artístico transitaba por locales de baile y clubes nocturnos prohibidos para menores. Eran orquestas habituadas a ritmos caribeños o tropicales, más que nada impulsados por un éxito de Celia Cruz, un disco medio guaracha de nombre Rock & Roll. El repertorio del nuevo ritmo eran temas improvisados, en su mayoría. Al igual que otras ciudades de Latinoamérica, los primeros intentos de rock and roll autóctono tenían cierto aire matancero. Pasaría mucho tiempo desde el año 1955 para que aparecieran las primeras figuras y conjuntos juveniles que le dieran a esa música la esencia de rebeldía que le era tan propia.

Chuck Berry, para muchos el Rey del Rock & Roll tras bambalinas

Con la idea que se trataba de una moda pasajera, pero intensa, que posibilitaba, debido a la novedad, ganancia económica, muchas revistas de espectáculos comenzaron a programar números de rock and roll. Aparecieron las primeras parejas de baile, como la de la película Rock around the clock.

Libro Días Felices
Sotano Beat
Hacia 1956 aparecieron las primeras figuras que se autoproclamaban netamente rocanroleras. Billy Villiers, cantante oriundo de la selva animó fiestas y espectáculos nocturnos como frontman de  orquestas. En 1957 se editaron los primeros discos de rock and roll peruano. Para el libro Días Felices (de la revista Sótano Beat,  Editorial C S.A.C., Lima 2012),  los primeros LPs enteramente grabados con canciones de rock and roll fueron los de Eulogio Molina y sus Rock & Rollers con la voz de Mike Oliver; y de Los Millonarios del Jazz con la voz de Pat Reid. El primero con covers de Bill Haley, el segundo con temas propios.

Quizás, el primer disco de rock and roll made in Perú fue Rock With Us de Los Millonarios del Jazz.

El mundo adulto fue quien gozó en un primer momento de bailes o fiestas con rock and roll. Sin embargo, los adultos no estaban en condiciones físicas para dedicar por completo toda una noche de diversión a ese ritmo. Además, la gente de mediana edad no encajaba con el estilo de prendas de vestir, accesorios y arreglo personal propios de la onda revolucionaria. Fueron estos detalles, que de manera natural, como en todas partes del orbe, terminaron de convencer que el rock and roll y sus figuras, como su baile y demás, eran exclusivamente para jóvenes y adolescentes, quienes apartados inicialmente de la fiebre, esperaban el momento para reclamar lo que era suyo.
Guido Monteverde (izq.) y Eulogio Molina (der.)
Esto, del mismo modo que ocurrió en todos los confines del plantea, alarmó a los mayores que pensaban que adolescentes y jóvenes podían caer fácilmente en la manipulación a través de sus contenidos. Pero en realidad lo que le preocupaba a los adultos no era que esa música los desvíe de los valores y sentido de lo propio, de lo nuestro, sino el hecho que podía convertirlos en elementos contrarios al orden establecido.

Comenzaron a aparecer en Lima los clanes, patotas o pandillas de adolescentes con el denominador común de su apego a la nueva música y baile. Fueron estas las que en cines o teatros -donde se presentaban revistas musicales- comenzarían a exigir no solo más números de rock and roll sino también verdaderos artistas del estilo y no cualquier bodrio o chauchilla. Comenzaron los primeros desmanes que hacían recordar los sucedidos en Estados Unidos y Europa.
Disco (EP) de Los Millonarios del Rock, con los primeros temas de Rock & Roll peruano
aunque cantados en inglés (1957)

La sociedad pacata limeña exigió mayor rigor a la policía y otras autoridades de la represión juvenil. Para rematar la situación, a inicios del 58, llega una nueva película de Elvis que azuzaría más la rebeldía juvenil: Jailhouse Rock (El Rock de la Cárcel).


Local de la casa disccográfica MAG que quedaba ubicada en la plaza Unión, empresa de
Manuel Apolinario Guerrero, uno de los impulsores del Rock & Roll en el Perú. Esta disquera
grabó el primer álbum de música de Rock & Roll por músicos peruanos, aunque con covers de Bill Haley
and His Comets, el álbum de Eulogio Molina y sus Rock and Rollers (1957)

Todo esto se frenó de porrazo cuando en el país del Norte las estrellas aurorales del Rock & Roll, como Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis, Elvis Presley, Buddy Holly, fueron sometidas al sistema o murieron prematuramente. La primera oleada de efervescencia juvenil entró en receso. No había siquiera culminado la década de los 50’s.

Jorge Botteri, una de las primeras figuras juveniles
que apareciera a inicios de los 60's con la onda
del Twist, antesala de la Nueva Ola peruana
La industria discográfica norteamericana, con el propósito de no perder un lucrativo negocio, y con la finalidad de no enfrentarse a la creciente resistencia por parte de padres y autoridades que abominaban del Rock & Roll como música de negros y socializante, que trastocaba los valores tradicionales, le lavó la cara con artistas de menor categoría y pulió las puntiagudas aristas de su radical y amenazante sonido para crear lo que se conocería como el rock & roll high school (rock and roll de secundaria) cuyo sonido se hizo más aceptable para sus opositores, con un marcado matiz de música blanca.

Es en esta segunda etapa que aparecen ritmos o sonidos menores, pasajeros, de claro tinte comercial -como el Twist- y con ello figuras como Chubby Checker, Neil Sedaka, Paul Anka. Se abren otros frentes musicales. El Festival de la Canción de San Remo en Italia se encargaría de aportar artistas, sonido y canciones que encajaban en esta nueva oleada musical, con Domenico Modugno a la cabeza. Eran inicios de los 60’s, década en cuyo primeros años aparecerían en el Perú figuras juveniles de lo que se denominaría la Nueva Ola.

No obstante, para los limeños, la aurora del Rock & Roll no pudo cerrase de mejor manera que con la llegada -el 25 de noviembre de 1960- de uno de sus héroes: Bill Halley and His Comets, pero esa, es otra historia.


Fuente consultada: Libro Días Felices - Sotano Beat: Editorial C S.A.C., Librería Contracultura, año 2012, Lima Perú.

Soundtrack:

(We´re Gonna) Rock Aound the Clock: Bill Haley and His Comets - 1954,

At the Hop: Danny & The Juniors - 1957,

Rock & Roll: Celia Cruz y la Sonora Matancera - 1958,

Rock With Us: Los Millonarios del Jazz - 1957,

Birth of the Boogie: Eulogio Molina y sus Rock and Rollers - 1957,

Twist otra vez: Duraznito y sus Twisters con Jorge Botteri - 1961.

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