lunes, 30 de mayo de 2011

Votar en blanco o viciar el voto es el ejercicio legítimo de un derecho

Ya todo ha quedado dicho para que éste domingo 5 de junio los peruanos acudamos nuevamente a las urnas a expresar nuestra posición en esta segunda vuelta. La mayoría ha decidido votar por uno de los dos candidatos; otros, no votar y pagar la multa; y, también estamos aquellos que consideramos que ninguno de dichos candidatos merece ser electo Presidente de la República por lo que viciará su voto o votará en blanco.
También es necesario mencionar el caso de aquellas personas que creen que cualquiera de los dos candidatos puede desempeñarse como Presidente, en consecuencia votar en blanco para ellos es sinónimo de neutralidad.
Todas estas actitudes se encuentran dentro de un proceder válido, en consecuencia deben ser respetadas.
Nuestra posición es votar en blanco o viciado a efecto de manifestar nuestro rechazo a ambas candidaturas y expresar también nuestro malestar contra otros políticos.
A quienes asumimos este comportamiento nos ha tratado de convencer votar a favor de uno u otro de diversas formas.

Por parte de los candidatos, accediendo al apoyo político de los perdedores que arrastraron una masa electoral considerable en la primera vuelta; accediendo al apoyo de intelectuales, artistas, en fin, personajes a los que se les atribuye  cierta influencia en el público, en los electores.
Personas que viven en el extranjero pero que “participan” de la vida política del Perú aunque no vivan en carne propia el día a día de nosotros los peruanos -en todos los sentidos de la palabra- también inclinaron sus preferencias por uno y otro candidato a fin que imitemos su decisión. Son estos peruanos de lejos, los que más atacaron a la posición que nosotros defendemos.
Estos dijeron que, asumir una protesta a través del voto blanco o viciado era un acto inútil, estéril. Sus hijos, que también viven en el extranjero, nos compararon con el avestruz, pues para ellos nuestra actitud es enterrar la cabeza bajo la tierra  y no querer enfrentar la realidad.
Pero, sobre todo, se nos ha tratado de convencer por parte de los medios de comunicación quienes nos dieron el mote faltoso de "indecisos".
Lo visto en esta segunda vuelta del proceso electoral de 2011, será recordado como aquella oportunidad en que, dichos medios se jugaron un partido abierto y sin tapujos a favor de uno y otro contendor como nunca se hizo antes. Muchos nos sorprendieron olvidando el pasado de los candidatos lo que incluso les causó problemas internos con sus periodistas.
Todo el esfuerzo desarrollado entonces, por candidatos, por la prensa y por los eternos gurús de la democracia, significa la aceptación tácita que en toda sociedad, siempre existirá un sector que no se traga así nomas los cuentos y juramentos de los políticos, que se trata de un sector duro y que no se casa con nadie, al que ya no es tan fácil contarles el cuento de la honestidad, del respeto por la democracia, del deseo de corregir los errores del pasado.
La lucha política desarrollada en las últimas semanas ha tenido como finalidad captar el voto de aquellos que repudiamos ambas candidaturas por igual. Captar el voto de los que no quieren votar por nadie, por dignidad, por autorespeto.
Podría creerse que hubo buena intención en tratar de convencernos, pero no deja de ser un simple espejismo. Dos candidatos; políticos; mesías y prensa, tratando de convencer a electores duros a creer en una de las opciones, en uno de los programas o planes de gobierno.
En realidad no es así. Toda campaña parte de la premisa que queramos o no, ese sector duro, que no se traga cuentos, está obligado a votar porque así lo señala la Ley, en consecuencia el hecho de tener que ir, incluso en contra de su voluntad a depositar su voto, ya es un chantaje del que se valen.
Se han preguntado ustedes, qué hubiera pasado, en éstas elecciones, si en el Perú el voto no fuera obligatorio. Lo más probable es que solo irían a votar los convencidos o correligionarios, los que les dieron sus porcentajes respectivos en la primera vuelta, nadie más. En dicha hipótesis, la victoria de cualquiera tendría sabor a derrota pues no gobernaría con el respaldo mayoritario de la población sino sólo con sus crédulos o seguidores. Su credencial solo estaría respaldada con un pequeño porcentaje de votantes. Situación que pondría en observación permanente sus actos de gobierno.
Que nunca más se repita esta situación. Que el ciudadano se vea motivado a sufragar, sin presión, sin amenaza del pago de multas o muerte civil, que tan solo lo haga porque cree que hay políticos y programas dignos de darle el respaldo de su voto.
Sólo esto evitará que en el Perú cualquiera juegue a la política.
Max Marruffo S.

viernes, 27 de mayo de 2011

Una canción para evadirnos (II)


Hace ya varios días que vengo escuchando un viejo tema de los 60’s como parte del comercial de una conocida marca de autos.
This Guy's In Love With You es el nombre de esa canción. Fue escrita por Burt Bacharach y Hal David y llevada al disco por el músico, trompetista, Herb Alpert, en 1968, canción que dio el primer número uno al sello discográfico A&M Records, fundado por el propio Alpert y Jerry Moss.
This Guy's In Love With You representó para Herb Alpert una excepción, pues acostumbrado a grabar como director y músico con su orquesta, la legendaria Tijuana Brass, en éste tema hizo de vocalista.
La letra trata de una confesión de amor:
Ves este tipo
Este tipo está enamorado de ti…
Eso explica, la relación entre el tema y la historia que presenta el comercial. Un joven quema su auto pues ha quedado perdidamente enamorado de otro vehículo que pertenece a la marca que se promociona.
Oriundo de los Angeles, California (EE.UU.), casado con la cantante Lani Hall, Herb Alpert (1935) continúa vinculado al mundo de la música, actividad que comparte con su afición a la pintura.
Si bien, desde niño conocía del trabajo de Alpert gracias a discos de unos tíos, mi interés  por su música se acrecentó cuando el maestro Gerardo Manuel, en su legendario programa Disco Club que se emitía por canal 7 a finales de los 70’s, hiso popular los temas Rise y Fandango.
Max.

Resultado de la encuesta

Nuestra primera encuesta arrojó el siguiente resultado:
Ante la pregunta ¿Cuál debe ser la actitud del elector peruano el día 5 de  junio?
- 50% opina que debe viciarse el voto.
- 50% opina que se debe elegir a uno de los candidatos.
Gracias a las 8,000 mil personas más un enano que votaron.
Max.

La impudicia de la indecencia

Cada proceso electoral parece competir con el anterior. Y no se trata que cada nuevo proceso resulte un ejemplo de madurez democrática que ya se hubiera querido ver en el anterior, sino, todo lo contrario. Cada nuevo proceso resulta más nauseabundo,  más pestilente, más repugnante. Cada nuevo proceso sigue sacando lo peor de nosotros como sociedad política.
Y no lo digo por el hecho que cada vez más, los candidatos pierden la noción en cuanto que una candidatura implica una propuesta debidamente fundamentada y sustentada y no una vergonzosa improvisación. Lo digo por la conducta que asumen los políticos y la reprochable complacencia de nosotros, los electores, que ya no puede entenderse como candidez sino como una insolente e insultante cojudez.
Lo digo por la actitud que toman, en este proceso electoral, en esta segunda vuelta, los candidatos perdedores. Lo digo por Toledo y Kuczynski.
Cada uno, cual mesías, han salido a los medios a proclamar su apoyo a tal o cual candidato. No tienen vergüenza. No quieren darse cuenta o no les importa darse cuenta que ellos moralmente son los culpables que nuestro país se encuentre en la situación electoral más extrema que haya dado elección presidencial alguna. La elección entre el cáncer terminal y el SIDA.
Con una arrogancia espeluznante se muestran, exhiben su indecencia. Se dan el lujo de decir que van a votar por tal o cual candidato a pesar que en primera vuelta los calificaron de todo.
El caso de Toledo  resulta patético. Ahora dice que votará por Humala luego que hablaba que votar por él era dar un salto al vacío. Luego que lo calificara de protegido de Chávez y por lo tanto enemigo de la democracia.
Pero lo peor de todo es que ya olvidó que su candidato, Ollanta Humala, se levantó, junto con su hermano, Antauro Humala, en contra de su gobierno democráticamente elegido.
Ya olvidó las declaraciones de Ollanta Humala, que ocupando cargo público en su gobierno lanzó una sarta de epítetos contra éste y su persona.
Nada le impide que haya olvidado y perdonado las ofensas a su persona. Es su derecho. Pero la democracia no es su propiedad o la continuación de su persona o imagen. El respeto al Estado de Derecho no es su feudo. Los hermanos Humala atentaron contra la democracia y el Estado de Derecho, en consecuencia, quien fuera Presidente de la República en aquel triste día, jamás, arrogándose una titularidad que no tiene, podrá pasar por alto dicha conducta. Menos aún, cuando provocó la muerte de policías.
Toledo es patético, porque esgrime como razón para dar su apoyo, al igual que el escribidor, el juramento político de su nuevo líder.
Pero Toledo y Kuczynski muestran tener una coraza tan gruesa que no les entran balas.
La permisividad que, nosotros los electores, estamos dando a los candidatos y ex-candidatos ha rebasado todo límite.
Ahora, les permitimos variar sus discursos, sus apreciaciones, sus convicciones tan solo por el hecho de la firma de tal o cual pacto, o tan solo por el juramento de no hacer o hacer tal o cual cosa.
Votar a favor de uno u otro candidato, como estos señores quieren, es aceptar esta inmundicia, esta deshonestidad.
Estos políticos indecentes son los que nos vienen con el cuento del mal mayor y el mal menor para forzarnos a votar, no por la democracia, no por el país, no por el futuro de nuestros hijos, sino, por ellos, por sus componendas, por sus ansias de coger algún trocito de poder y seguir lucrando y beneficiándose ante nuestra vista y paciencia. Para hacernos sus cómplices.
Seamos dignos de respeto. Seamos leales con nuestra Patria y con nostros mismos. Cada mañana despertemos y mirémonos al espejo con tranquilidad, con la seguridad que no somos… cojudos.
Vota en blanco o vota viciado.




Max Marruffo S.

jueves, 26 de mayo de 2011

Mario, el creyente

Mario Vargas Llosa, pocas semanas antes de la primera vuelta electoral consideraba propio de la insensatez y la ceguera la posibilidad de llevar a una segunda vuelta a Ollanta Humala y Keiko Fujimorí porque eso significaría para el pueblo peruano ponerse en la disyuntiva de tener que elegir entre el SIDA y el cáncer terminal. Por ello, cual pitonisa, vaticinó que eso no iba ocurrir nunca y, de acuerdo a la pregunta del entrevistador, esa posibilidad también le resultaba inmoral.
Para Vargas Llosa, ninguno representaba una garantía para la democracia.
En este video se le puede apreciar exaltado, no espera que el entrevistador concluya la pregunta para comenzar a responder. Las palabras se aglomeran en su boca:


Luego, cuando sus cálculos fallaron, con cierta suavidad, critica a los tres grandes culpables de esta situación, de ésta encrucijada: Toledo, Kuczynski y Castañeda.
Sin embargo, esto debió hacerlo oportunamente, esto es, antes de la primera vuelta, cuando aún era posible llamarlos a la cordura. No lo hizo. En esos momento, el problema en realidad no era que Humala y Fujimori lleguen a la segunda vuelta, sino, qué estaban haciendo los tres candidatos mencionados para evitarlo.
También, después de los resultados, Vargas Llosa descubre que no tiene facultades de adivino. Luego de haber asegurado que Humala y Fujimori no iban a llegar a la segunda vuelta, no sabe qué va a pasar. Considera que ante el nuevo panorama, viciar el voto no representa una solución práctica, es una actitud respetable moralmente pero inútil, porque a su entender, si una persona no vota (entiéndase: vicia su voto) en realidad está votando por el candidato que va a ganar.
Así, Vargas Llosa plantea la teoría del mal mayor  y el mal menor, teoría que ya había sido utilizada por los electores en la segunda vuelta del año 2006. Dice que siempre existe un mal mayor  y consecuentemente un mal menor.
Una personalidad como él que forma parte de la elite cultural a nivel mundial recurre a una teoría falsa. El mal es mal. Lo inmoral es inmoral. Lo peligroso es peligroso.
No era difícil, según esa teoría, saber quién representaba para él un mal mayor. Keiko Fujimori.




Por último, Vargas Llosa no cree en Dios pero sí en los juramentos que hacen en nombre de éste. Cree en los juramentos de un político. Él, un hombre de mundo, el recorrido, el erudito, el portador de todas las llaves que abren todas las puertas, cree en juramentos de político.
Hoy, nos pide que votemos por Humala. El recuerdo de Velasco ya no le resulta tan malo, Humala no es tan anti-sistema, ya no es la personificación del cáncer o el SIDA. El señor Humala ha jurado y eso, para él, es suficiente.
Yo creo que en realidad al señor Vargas Llosa su rencor lo hace actuar de manera incoherente.
¿Eso es un demócrata?
Ahora, el que no vota por Humala ¿qué será según usted señor Vargas Llosa?
He aquí la razón por la cual la actitud de Vargas Llosa me resulta reprobable.
Por qué en tan poco tiempo pasa de considerar una ceguera, una insensatez, una inmoralidad votar por Ollanta Humala o keiko Fujimori para luego instar al mismo pueblo (que por los resultados tuvo que chantarse los calificativos anteriores) vote por uno de estos candidatos.
Una actitud coherente de éste señor hubiera sido proponer a los peruanos no votar o viciar su voto, pero no, eso ahora le parece inútil carente de significado.
Vargas Llosa, quien se dice liberal y contrario a todo dogma le dice al pueblo que votar viciado es inútil, no se obtiene nada.
Falso. Cuando el pueblo muestra su rechazo a un político, no sale a las calles a aclamarlo, no llena las plazas públicas donde se presenta, no aplaude sus discursos. Ese rechazo cala en la conciencia y el ánimo del mal gobernante, del político repudiado. No hay nada que desespere o enloquezca a un político o gobernante que el rechazo ¿Cómo reaccionan los gobernantes ante encuestas que muestran un alto grado de desaprobación?
El rechazo a través del voto viciado o en blanco de alguna manera condiciona la conducta del político. Le hace saber que su mandato nace limitado.
El voto viciado o en blanco es una forma de protestar, de repudiar pacíficamente.
Vargas Llosa no tiene pudor de terminar resignándose al riesgo de una dictadura. Ya no es el exaltado de semanas anteriores. Sólo porque el otro candidato es una Fujimori:



Tú, amiga o amigo, si consideras que ninguno de los candidatos tiene capacidad moral para gobernar el Perú muestra tu rechazo independientemente quién gane finalmente. No creas que tu voto viciado o en blanco beneficia a uno de ellos, más bien ten por seguro que les resulta una advertencia.
Solo alcanzaremos la verdadera libertad, cuando entre otras cosas, el voto deje de ser obligatorio en el Perú.

Entonces vi su rostro, ahora soy un creyente
Ni rastro de duda en mi mente.
Estoy enamorado, soy un creyente!
No podría dejarla aunque lo intente.
I’m a Believer (Neil Diamond): The Monkees - 1965
Max Marruffo S.

martes, 24 de mayo de 2011

Una canción para evadirnos

Tequila Sunrise - Eagles
Tratemos de evadirnos de la situación dificil en la que nos encontramos. Propongo para ello algo de música.
Tequila Sunrise es el nombre de un trago hecho a base de tequila y hielo a los que se les agrega jugo de naranja y granadina.
También es el nombre de una de las canciones más importantes del grupo americano EAGLES, año 1973 y que apareciera en el álbum Desperado, segundo de la banda.
Escrita por Glenn Frey y Don Henley, alcanzó el puesto número 64 de la lista de la Billboard Magazine.
Es una canción sobre la turbación causada por el alcohol y sobre la resaca.
Tequila Sunrise formó parte del repertorio que EAGLES presentó en su legendaria aparición de reencuentro en MTV, año 1994, titulada Hell Freezes Over.
Disfrutala, tómate un trago y alejate del miasma electoral.
Max.

sábado, 21 de mayo de 2011

¿No existe la tercera opción?

¿Es cierto que el mundo,  el universo  es bidimensional y que no exista una tercera dimensión de ellos?
No lo creo.
Se dice que nuestro espacio físico es tridimensional, incluso  se piensa que esto podría no ser así y que más bien el espacio físico es tetra-dimensional. En todo caso, un objeto físico mínimamente tiene tres dimensiones: ancho, largo y profundidad*.
Y, no creo en la bidimensionalidad, porque estoy acostumbrado, desde mis épocas de postulante a la universidad, a encontrarme con pruebas (exámenes) denominadas objetivas donde existen, por  cada pregunta, cuatro (mínimo) o más respuestas tentativas: A; B; C y Ninguna de las anteriores.
Por ello, tampoco me como el cuento que no exista una tercera opción entre el cáncer y el SIDA. Un médico muy probablemente nos diga, que una persona puede estar sana, enferma o jodida irremediablemente, pero siempre hay una tercera posibilidad, el desempate, la dirimente, la tercera opinión. Piedra, papel o tijera.
Siento entonces que es un insulto a la inteligencia, que, para escritores novelados, políticos y demás físicos y matemáticos de última hora, en esta segunda vuelta electoral, no exista más que dos opciones democráticas: el cáncer o el SIDA; mi ego herido o mis demonios.
Qué lástima, que el cadete de La Ciudad y Los Perros, el sobrino de La Tía Julia, tenga alma de paciente clínico, inclinación a Daniel Alcides Carrión o Madre Teresa o Santa Rosa de Lima. Despreciando la opción a mantenerse sano, opta por el SIDA ¿o el cáncer? En fin, para el deseo de continuidad en la tierra, es lo mismo.
Sí, es cierto Vargitas, para lo único que sirves es sólo para escribir. Capacidad, inteligencia no te falta, pero careces de correa ancha, de calle, de esquina.
No esperes obtener la admiración de la gente diciendo que una elección entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala es tener que elegir entre el cáncer y el SIDA, a efecto de dar a entender que ninguno es bueno o digno de ser padecido, para luego, dejándote llevar por el ego herido, decir que vas votar por Humala.
Sólo estamos esperando que nos cuentes, perdón, nos digas, qué es para ti Humala, el cáncer o el SIDA y por qué prefieres padecer una de  esos males y no la vida sana. O eres de aquellos que piensan que en democracia electoral no hay una tercera opción. Nos decepcionas Vargas Llosa, igual que un Broncano, un Lavoe, tienes todo el talento del mundo pero te portas como un perfecto imbécil, borrando con la mano izquierda lo que haces con la mano derecha.
Y, señores políticos, que como su nombre lo indica, viven de la política y no del trabajo decente, deben terminar de convencerse, que en éste país, la gente, el pueblo ya no es estúpido (bueno, no tan estúpido).
Fomentan la idea que la tercera opción en materia electoral, en materia de votación, no existe, por la sencilla razón que son ustedes, los políticos, los que mantienen esa situación anómala que consiste que, en el Perú, es obligatorio votar pero no hay renovación por tercios en el Congreso. Y cuando son electos congresistas se niegan a modificar la Constitución para acabar con esas dos aberraciones.
En materia electoral existe la tercera opción, el voto en blanco o viciado y éste, según quien lo emite, tendrá el significado que quiera darle, pues es ejercicio válido del derecho a decidir. Y, si existe un amplio sector de la población que, a diferencia de Vargas Llosa, prefiere la vida sana y decente y decide votar en blanco o viciado antes que por el cáncer o el SIDA, su voto debe ser respetado.
A todos aquellos que han pensado votar en blanco o viciar su voto, nadie tiene por qué pedirles explicaciones o forzarlos a tomar partido por cualquiera de los dos males terminales. Un voto blanco o viciado es tan válido y democrático como aquel que se haga por uno de los candidatos. No es cierto eso de, que votar en blanco o viciado es permitir que otro decida por ti. Despreciar a ambos candidatos por sus antecedentes o referencias es una decisión fundamentada.
Tampoco es cierto que el voto blanco o viciado sea expresión de neutralidad. Los únicos que hablan de neutralidad son los políticos que prefieren soltar cuidadosamente su lengua para no tener que disculparse o dar explicaciones cuando se vislumbra, para ellos, una componenda. En todo caso, entre el cáncer y el SIDA nadie en su sano juicio puede ser neutral.
Max Marruffo S.
 (*)http://es.wikipedia.org/wiki/Tridimensional

viernes, 20 de mayo de 2011

Error histórico

En el lenguaje político, se suele utilizar la palabra histórico, histórica a efectos de señalar la importancia que en el tiempo posterior asumirá un determinado hecho, acto, dicho, etc. Así se suele decir, el compromiso histórico asumido por…, la cita histórica entre…
Es decir, histórico, en política, es todo aquello que dejará una huella imborrable en el devenir de una sociedad y marcará, de una u otra forma, su destino.
Todos -también yo- los que sentimos que nos encontramos en una encrucijada, esto es, en una situación difícil en la que no se sabe qué conducta seguir para el día 5 de junio, debemos asumir nuestro error histórico y dignamente enmendarlo a fin de no continuar hundiendo el pié en el fango que hemos creado.
Cuál es ese error histórico que atribuyo y me atribuyo.
Se cree, que en los comicios electorales los únicos que deben hacer campaña son quienes candidatean a la presidencia o al congreso, que los únicos que deben salir a las plazas públicas son aquellas personas que necesitan transmitir, inculcar o inocular sus promesas a cambio de un voto.
Lo cierto es que, el pueblo, los electores que no respondemos, que no estamos afiliados a un partido o grupo político, también tenemos el derecho -y diría hasta la obligación- de hacer sentir, en esas mismas plazas públicas, nuestras condiciones y fijarles los límites del mandato que nos requieren.
El error histórico nuestro no fue el llevar a la segunda vuelta electoral a Ollanta Humala y a Keiko Fujimorí, sino, permitirles a Toledo, Castañeda y Kuczyinski que antepongan sus apetitos particulares, el culto a su propia personalidad, antes que los intereses del pueblo. No haberlos forzado asumir una alianza bajo apercibimiento de nosotros mismos señalar nuestro candidato.
Podemos enmendar el error?
Sí, no faltando a la razón y a la lógica. Estas nos indican que, quienes dentro de poco serán objeto de elección, no tienen capacidad moral para ocupar el cargo que les otorga nuestra representación. Por lo tanto, nuestro voto no debe darse a favor de ninguno de ellos. Viciarlo o emitirlo en blanco debe ser la consigna y sea quién sea el elegido, sus actos recaigan en esos tres.
En estos últimos días se ha puesto de manifiesto la verdadera catadura moral de Humala y finalmente ha quedado demostrado que es un tipo que no piensa por él mismo, no tiene o adolece de iniciativa, peor aún, que carece de convicción. En fin, que ni siquiera tiene madera para ser tirano o déspota. Somos más fuertes que él y ni siquiera se constituye en enemigo (como dice Fito Paez, debemos cuidar que el enemigo esté a la altura del conflicto).
En cuanto a Keiko Fujimori, llevarla al poder representa un acto antinatural, contradictorio que nuestra consciencia no podrá soportar. La sombra de su padre jamás la dejará gobernar tranquilamente y eso la hará un blanco fácil para la vacancia.
Que, la deshonra que representa cualquiera de las dos candidaturas recaiga sobre Toledo, Castañeda y Kuczyinski. Que sean ellos los que asuman el resultado del gobierno de cualquiera de esos dos.
Somos el pueblo que lucha día a día por vivir dignamente sin tener que estirarle la mano al Estado. Ese pueblo que no tiene más padre que aquel que le dio la vida y que puede estar jodido pero no ve en el Estado la única fuente de salvación. Pueblo que no vive y se resiste a vivir de él. Somos la clase media o progresista. Único segmento digno de éste país. Vivimos de nuestro trabajo. Nunca debemos olvidarlo.
Max Marruffo S.