jueves, 7 de julio de 2011

JULIO. MES PATRIO

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Increíble pero ya superamos la primera mitad del año. La vida agitada de ahora nos hace sentir que el tiempo cada vez más se pasa volando y sólo queda definir según nuestras metas si julio representa aún el comienzo o el inicio de su fin.

En todo caso, sigo creyendo que somos afortunados que las fechas más importantes del calendario recaigan en temporadas y meses adecuados para su celebración.

La navidad y el año nuevo nos llegan junto con el verano, estación de vida, de diversión, de compañía de nuestros hijos en vacaciones. Fiestas patrias, en julio, 7° mes en el que tal vez nos encontramos ya un poquito cansados. El friecito típico de estos días llama o provoca encuentros cálidos con familiares y amigos, sin límites, pues siempre tenemos dos días libres o más si coinciden con un fin de semana.

Pero lo importante, lo que no debemos dejar de recordar es que, se trata de un mes de reflexión, de toma de postura frente al destino de nuestro país, hogar de nuestros hijos. De asumir compromisos para que en el pequeño ámbito en que se desenvuelve nuestra existencia (casa, trabajo, escuela, etc.) aportemos un granito de arena para su desarrollo.

Si bien económicamente, las cosas van por buen camino, aún son necesarios otros aspectos igual de importantes que todavía permanecen sin progresar.

Nuestra conducta como ciudadanos civilizados deja aún mucho que desear. No estamos acostumbrados a acatar reglas, normas, leyes y eso causa muchos problemas. Nos desprestigia en el ámbito internacional.

De qué nos vale ser noticia en diarios y programas de televisión en el mundo que informan de nuestro milagro económico, mientras también difunden hechos como la violencia cotidiana en nuestras calles, el irrespeto a normas tan elementales de desenvolvimiento diario como son las normas de tránsito, la vocación por la corrupción que surge en cada peruano que llega a ocupar un puesto público, y un larguísimo etcétera.

Debemos tomar como aliciente el hecho que por primera vez, el discurso de apertura de gobierno de un nuevo Presidente de la República no tendrá ese tono lastimero de los últimos cinco presidentes de nuestra historia. Ya no se escuchará, no se debería escuchar esos ayes que enlodaban nuestra fiestas y dejaban en el ánimo de la gente más desconfianza, más pesadumbre que optimismo. Cada nuevo régimen representaba más de lo mismo, la sensación que nada iba a cambiar, más desánimo.

Ahora no estamos mal, no estaremos tan bien como quisiéramos pero, no estamos mal. El color azul parece estar acostumbrándose en nuestras cifras económicas. Hagámoselos saber a nuestros hijos. Felices ellos de vivir una realidad distinta, por lo tanto, con más razón deben esforzarse a que lo malo que sigue ocurriendo en nuestro país termine de desaparecer como ya sucedió con la inflación, la escases. Nosotros debemos darles el ejemplo.

Patria no es una sensación producto de la resaca o del gol de un futbol hace tiempo venido a menos. Patria es un sentimiento de cariño por lo nuestro, a nuestro pasado, a nuestra historia, a valores que debemos replantear. El amor a la Patria debe ser también el deseo de dar una imagen distinta de nuestro país, de querer ser vistos de un modo diferente al que se están acostumbrados los demás seres que habitan este mundo. La patria nos exige ser dignos de respeto.

Que estos nuevos cinco años de gestión presidencial posibiliten un mayor crecimiento. No hay otra cosa que podamos desear, en bien de nuestros hijos. No podemos cometer la locura de dispararnos a nuestros propios pies.


¡Felices Fiestas Patrias paisanos!
Tema:
Oscar Avilés Arcos: Improvisaciones de valses (Derechos Reservados).
Más información sobre el tema ir a FICHERO MUSICAL

Max Marruffo S.

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