lunes, 29 de agosto de 2011

ADOLESCENCIA, MÚSICA Y JUSTIN BIEBER

Recuerdo, de mi adolescencia, la defensa cerrada que hacía de mis gustos musicales. Me enfrentaba a mi padre cuando a él no le parecía o no le agradaba aquello que yo escuchaba. La cosa no resultaba siempre pacífica. Pero, a pesar de ello, recuerdo con cariño, aquellos  momentos en los que, espontáneamente, ambos nos poníamos a escuchar la música de él y me contaba sus recuerdos asociados con ella, dándome referencia de cantantes, músicos o compositores. Eran momentos de paz, gratos como ningún otro puedo evocar. Tardes de café compartido con tostadas y mermelada, con brillo de sol otoñal entrando por la ventana de nuestra estrecha casa o con frio de invierno que amenguaba por la forma cálida cómo se me suministraba la información, lo que hacía grata mi estancia en el hogar. Fue así como, además de mis preferencias personales, acogí los de él, y hoy con algo de orgullo, cuando le retransmito la misma información a mis hijas, les digo que tal o cual cantante, canción, música o estilo lo conocí y aprecié gracias a su abuelo.
Debemos aceptar, cuando llegan a la adolescencia, que nuestros hijos están creciendo y que ya no tienen por qué acatar, callados la boca, todo lo que les queremos imponer.
No debemos olvidar que durante la etapa de la adolescencia comenzamos a descubrir nuestra propia identidad y tratamos de afirmarla frente a los demás y una de las banderas que enarbolamos es nuestros propios gustos, en nuestra forma de vestirnos, en la música que escuchamos, en la compañía que elegimos, etc.
Tengo dos hijas adolescentes y algo que ellas conocieron de mí, antes que cualquier cosa fue mi beatlemanía irreductible. Tal vez les enseñé una de los Beatles antes que el himno nacional.
Ellas ahora tienen sus propios favoritos. Que, si me gustan o no me gustan a mí, eso es otra cosa, pero son los gustos de mis hijas. Puedo conversar con ellas acerca de las letras o  el trasnfondo o el sentido que tienen; puedo conversar acerca de la personalidad (que se llega a conocer) de uno(a) u otro(a) artista; pero lo que no puedo hacer es denigrar lo que oyen. Eso yo no lo acepté de mi padre.

Se trata de nuestros hijos, que aprenden a expresarse, a hacerse escuchar (de manera indirecta con sú música). Luego, más adelante, ellos sabrán manejar su personalidad y decir lo que les gusta sin necesidad de esperar aprobación de los demás, aprenderán a que se les respete su opinión.
Qué lamentable es ver a personas maduras, quizá padres, que discuten con adolescentes temas que solo les concierne a éstos.
El Rock o Pop adolescente siempre se ha mantenido vigente en la lista de éxitos. The Family Patridge (vocalista David Cassidy): I Woke Up in Love This Morning.

Un clásico: Puppy Love. Donny Osmond.

La sensación, hoy. Justin Bieber (Never Say Never).

Estos son algunos de los mensajes que se escribieron en la web cuando se dio la noticia de la llegada de Bieber a Lima (no he corregido los errores ortográficos originales):
...Que asco, hacer su presentación en nuestro sagrado estadio nacional, un tonto engreído que ni siquiera canta bien.

...Por ahi algun sabio del que no recuerdo su nombre dijo que la adolescencia era la edad de la inocencia, pero tambien de la idiotez, en fin, menos mal que ya pase esa etapa y nunca me deje embrujar por ninguna chica parlante que mas muestra carne que talento musical ( en caso de las muchachitas, lo ultimo que ven es el talento , en fin ¡adolescentes! , habrá que comprenderlos )...

...que mi hija ni se ilusione en ir a ver a este mocoso, el día del concierto la encierro en su habitación para que se ponga a estudiar sin revistas, sin radio, sin tele, sin cel y sin internet...


...jajajaja........hay para todos los gustos.....si escribo algo desagradable mi hija q es fan de este chico, me mata….. No hijita no me pidas entradas para verlo!!!!......sólo me odiarás un tiempo luego pasará…

...Y en el estadio nacional??
o puede ser en el jockey club o algún otro lugar donde de  menos vergüenza verlo
Ollanta Te apoyo si lo fusilas...

Max Marruffo S.

viernes, 26 de agosto de 2011

THE BEATLES APOYAN LA CAMPAÑA MUSIC MATTER

En la web de The Beatles, se publica un pequeño clip animado y dirigido por Lee Gingold, en el que se recrea la historia de un joven y cómo la música afectó cada etapa de su vida. Gingold utiliza para ello canciones de The Beatles, quienes ha dado su autorización, toda vez que ese trabajo forma parte de una campaña, MÚSIC MATTERS (algo así como Importancia de la Música), que quiere convocar a todos los aficionados a la música para destacar el valor de ésta y la influencia que ejerce realmente en nuestras vidas.
El mensaje del clip es que, la música es una experiencia compartida, que nos une, y por ello se sigue haciendo música.
La campaña quiere también, de algún modo, sensibilizar a los servicios de distribución de música en línea a efectos que esta pueda llegar, dentro de la legalidad, a un mayor número de personas.
En dicha campaña participan también Kate Bush, Bernard Butler Paloma Faith, Elbow y otros artistas más.
El clip puede ser apreciado a través de la página de MÚSIC MATTERS o en Youtube.
Para más información, ingresa a la web side de MUSIC MATTERS

Max Marruffo S.

viernes, 19 de agosto de 2011

MIRANDO DE FRENTE. EL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA (III)

Esta es la última entrega de tres artículos relacionados con la represión del delito en los que me he permitido plantear algunos puntos que no se toman en cuenta al momento de abordar tan delicado problema. Resulta sumamente preocupante la manera de enfocarlo, por parte de la autoridad y de los medios de comunicación, haciéndola aparecer como el único aspecto que tratar, dejando de lado la prevención. La manera errada en que siempre se ha procedido hace que se olvide que la norma penal, antes que represora es garantizadora de nuestro derecho a la libertad.
(N.E. 23/08/11: Con fecha 23 de agosto, se publica en el diario Perú 21, una nota respecto de la CONASEC -Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana- cuestionando los resultados de sus funciones:Leer .
También resulta interesante la lectura del Informe Anual 2010 - Sobre Seguridad Ciudadana - Instituto de Defensa Legal - Set 2010: Leer).

La Ley Penal y Usted

¿Se ha puesto a pensar a quién va dirigida la norma penal?

A todos, incluido Usted.

Esa norma que señala cuáles son las conductas que serán sancionadas con una pena, en caso de cometerse; y que señala, además, la pena que se ha de imponer, son normas que no se han hecho para el viento, para el vecino o para el tipo desagradable que vive en su barrio. Están hechas para garantizar su libertad y, en todo caso, que no sea sujeto de abuso por parte de la persecución estatal.

Pongamos como ejemplo, el artículo 186 del código penal. Este artículo regula la figura del hurto:

“El que, para obtener provecho, se apodera ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente ajeno, sustrayéndolo del lugar donde se encuentra, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años.
…”.

Puede apreciar que el texto menciona la conducta y la pena o sanción.

Esta norma cumple determinadas funciones, además de advertirnos qué conductas no debemos realizar si no queremos ser sancionados. La primera función y la más importante es que, nadie que realice una conducta que no se ajusta a la descripción de la norma podrá ser sancionado atribuyéndole un hurto. Por ejemplo, si Usted me da autorización para sacar su coche del estacionamiento entregándome las llaves y soy intervenido por la policía alertada por un vigilante, al ser trasladado a la comisaría quedará aclarado que yo sacaba el coche de ese lugar pero no de manera ilegítima, esto es, sin derecho, sino con su autorización, en consecuencia no he cometido hurto y no merezco sanción alguna.

El mismo ejemplo lo puede aplicar a casos similares en los que se ven involucrados familiares y amigos.

Otra función que cumple la norma es que, en caso de haber cometido el hecho descrito, un juez jamás podrá aplicarle una sanción que no corresponda. Por ejemplo, no podré ser sancionado con una cadena perpetua; o, no se me podrá imponer como pena el ser azotado en una plaza pública, como ocurre en países arabes, ya que el texto de la ley señala que la pena es privativa de la libertad con un mínimo y un máximo de duración. El juez, en todo caso, no podrá imponerme la pena según su capricho, ni por debajo ni por encima, salvo que haya otra norma que lo permita por circunstancias especiales.

Entonces, como podrá advertir, la norma penal (ése artículo y otros que forman parte del código penal) está hecha para Usted, sus familiares, amigos, vecinos y la colectividad en general, garantizando su libertad.

Uno de los errores que se comete por parte de los medios de comunicación es no indicar en primer lugar, el rol garantizador de la norma penal; lo único que resaltan de ella es el aspecto represivo (el castigo) transmitiendo la falsa idea que la norma penal está hecha para los delincuentes.

Esta distorsión del sentido de la norma penal es lo que no permite establecer una verdadera estrategia de solución frente a la delincuencia.

Cuando se pide una elevación de penas desmedida, irracional, sin más motivo que el calmar la alarma social, se está atentando contra la libertad de las personas.

¿Cómo así?

Basta recordarle el ejemplo del coche que nos prestó el amigo.

No siempre la historia termina de la manera feliz como la hemos planteado. Muchas veces por exceso de celo en la labor de la policía, la fiscalía o el juzgado, se cometen errores que terminan mandando a la cárcel injustamente a las personas. Cuando se pone en la mira de la reacción emotiva a un determinado delito y se cae en el facilismo de elevarle la pena de manera irracionalmente desmedida, el primer peligro apunta a todos nosotros, no sólo porque injustamente nos hagamos merecedores de un castigo tan severo, sino, además, porque determinado tipo de conductas delictivas, por presión de la opinión pública, requieren de represión sin miramientos (esto es, se llega a exigir castigo por encima de si éste recae en alguien que lo merece o no).

Resulta sumamente peligroso para la libertad de las personas satanizar a jueces, fiscales e incluso miembros de la policía cuando estos dejan en libertad o se absuelve (dentro de un proceso) a una persona acusada de esos delitos en la medida que no hay una investigación exhaustiva que determine si existió o no prevaricación.

Esta serie de artículos la iniciamos en aquellos días en que se difundió a través de un programa de televisión imágenes de la tortura que recibió un joven en manos de la policía, lo que provocó su posterior muerte. Según las informaciones, se le había confundido con un ladrón.

La represión desmedida, la exigencia de penas severas, la desinformación y distorsión de las cosas terminan satanizando el proceder imparcial y exento de arbitrariedad, causando éste tipo de conductas (muy por demás, que el hecho de ser ladrón no da pie a que otro ejerza la tortura puesto que eso también es delito).

La brutalidad, el abuso policial, no siempre es obra de policías con inclinaciones criminales, sino también, de la presión de la opinión pública. Jueces, fiscales, miembros de la policía dejan la objetividad, la imparcialidad de lado cuando de por medio está su honestidad funcional sometida a sospecha constante.

Por aquellos días donde se difundieron esas imágenes, el director del noticiero matutino de Radio Programas del Perú, Raúl Vargas, reclamaba por qué los representantes del ministerio público (fiscales) obstaculizaban la labor policial cuando se detenía a una persona sospechosa de la comisión del un delito; para luego de conocida la historia de Gerson Falla Marreros (la víctima), lamentarse de la existencia del abuso policial.

La reacción emotiva contra la delincuencia trae ese enorme peligro. Todos terminamos siendo sospechosos o culpables hasta que se demuestre que somos inocentes, pero muchas veces esa demostración llega tarde, como lo ocurrido a Gerson Falla Marreros. Pedimos severidad en el castigo, sin pensar que esa severidad irracional puede afectarnos directamente. Pedimos severidad irracional y luego nos espantamos de los excesos que ésta produce.

Gerson Falla Marreros, pudo haber sido Usted, su hijo, su hermano, su padre o su amigo.

Radicalizar la norma penal, las normas del proceso penal, las normas penitenciarias (carcelarias) no es solución. Debemos exigir su cumplimiento estricto dentro de un marco que garantice el respeto a los Derechos Humanos. A la libertad, sobre todo. Cuando hay que imponer sanción, que esta se imponga. Cuando haya pruebas del delito y de la autoría del mismo, que se condene (y se absuelva si es lo contrario). Cuando se debe ejecutar (hacer cumplir) la pena impuesta, que se haga de acuerdo a ley, con las exigencias y medidas de seguridad para que esta cumpla sus fines y no con tanta permisividad como se ve hoy en día (hermanos encarcelados con privilegios; dueños de medios de comunicación que salen y entran con más libertad que en su propia casa; etc.).

Usted, antes que nadie es el centro de todas las leyes que se emiten en el Perú, como ocurre en cualquier parte del mundo. El proceder jurídico de cualquier Estado se fundamenta en el respeto a los derechos humanos. Los suyos y de los suyos.

Combatir el delito, sí; reprimirlo, también. Pero, es mejor prevenirlo, así no nos veremos en la posibilidad de cometer excesos.

Conclusiones:
  1. La represión del delito es la última fase de una tarea aún no emprendida de forma completa por parte del estado.
  2. Las conductas delictivas son el resultado de comportamientos cuya peligrosidad, en la mayoría de casos, puede ser advertida anticipadamente.
  3. El tema del delito debe ser tratado interdisciplinariamente abandonando la postura jurídico-judicial.
  4. La desinformación no ayuda a comprender el tema del porqué del incremento de los hechos delictuosos.
  5. Las reacciones emotivas en la lucha contra la delincuencia puede traer como consecuencia la alteración del orden constitucional con el consiguiente perjuicio para los derechos fundamentales de las personas.
  6. La radicalización de las leyes relacionadas con la represión del delito produce un efecto contrario con perjuicio de la libertad individual.

"En nuestra opinión, por un lado, el sistema
penal en el Perú ya es duro frente a los delitos
pero muchas veces no se aplica correctamente,
ya sea por negligencia, lenidad o corrupción
judicial. Por otro lado, discrepamos
de las propuestas de "mano dura" que entre
otras medidas plantean precisamente el endurecimiento
de las penas, no sólo por estar
reñidas con los derechos fundamentales
sino también porque las experiencias comparadas
nos muestran hasta ahora su ineficacia
para reducir el crimen, entre otras razones,
por la resistencia a invertir más y
mejorar el sector penitenciario.".

(Informe Anual Sobre Seguridad Ciudadana- Set. 2010 - Instituto Peruano de Defensa Legal. Pág. 11).

Max Marruffo S.

lunes, 15 de agosto de 2011

A 42 AÑOS DEL LEGENDARIO FESTIVAL MUSICAL DE BETHEL - WHITE LAKE


 Escucha mientras lees


¿Le suena familiar ese festival?
Quizá no. Pero debo decirle que fue -sino el mejor- el más grande festival de música Rock&Pop, en cuanto a dimensiones y afluencia de espectadores. También el más mediático de la década de los 60’s.
¿Aún no lo identifica?
Bueno, este festival se desarrolló por tres días  consecutivos (en realidad cuatro) desde las 17.07 hrs. del viernes 15, hasta cerca del mediodía del lunes 18 de agosto de 1969.
En los años posteriores fue calificado como el acontecimiento que mostró ante el mundo una nueva sociedad estadounidense producto de la contracultura que se desató a partir del período denominado Verano del Amor, en 1967. Se dice que a partir de él la sociedad yanqui nunca más sería la misma.
Hasta el día de hoy se sigue escuchando a personas que alegan haber estado en dicho acontecimiento. En su momento se llegó a calcular en poco más de 500 mil las que concurrieron a aquel lugar ubicado en Sullivan County, condado (una suerte de provincia para nosotros) de Nueva York. De ser cierta  la presencia de todos quienes dicen haber participado, abrían sido más de tres millones de personas.
Es que nadie ha querido quedar al margen del tremendo hecho histórico que significó la presentación de los más grandes músicos de la era dorada del Rock & Roll: Janis Joplin, Jimi Hendrix, Ten Years After, Santana Band, Crosby, Still, Nash & Young, Sha Na Na, CC Revival, Richie Havens, Arlo Guthrie, Joan Baez, Grateful Dead, Sly  & The Family Stone, The Who, Jefferson Airplane, Joe Cocker, The Band, Johnny Winter, entre otros.
¿Cómo? ¿Todavía no capta de qué estamos hablando?
Su organización fue ideada por jóvenes que no superaban los veintisiete  años de edad: Michael Lang, Artie Kornfeld, John Roberts, Joel Rosenman. Esto jóvenes fueron informados de la existencia de las instalaciones de un antiguo parque industrial en un pueblo del condado de Ulster, Nueva York. En la entrevista que sostuvieron con las autoridades de esa localidad, expresaron que su intención era efectuar un festival de música, arte y danza, con la participación de artistas nacionales e internacionales dentro de la filosofía de la paz y el amor. Muy pronto las autoridades se dieron cuenta que estos jóvenes no tenían una verdadera idea de la cantidad de personas que podía congregar teniendo en consideración el auge que iba alcanzando ese tipo de eventos, como el caso de Monterey, dos años antes.
Presionados por la población del lugar, finalmente les rechazaron el otorgamiento de la licencia. El problema que se presentó es que, llevados por el entusiasmo, los jóvenes organizadores no esperaban esa respuesta y ya habían lanzado, semanas antes, una campaña publicitaria a través de la radio: los días 15, 16 y 17 de agosto tendría lugar un Festival de Música denominado Festival de Woodstock.
Woodstock, población perteneciente al condado de Uslter, Nueva York pasaría así a la historia como la ciudad que le dio nombre a un mítico festival de Rock que en realidad ocurrió en otro lugar, Bethel.
¿Se imagina hablar de ese festival como el Festival de Bethel, tres días de paz y música?
Suena raro ¿no?
Pero así fue. Woodstock fue en realidad Bethel.
Cuenta la historia que, presionados por el paso de los días, con boletos vendidos, publicidad pagada, artistas contratados e incluso concurso abierto para el afiche oficial, Lang, Kornfeld, Roberts y Rosenman tomaron conocimiento que en el condado vecino de Sullivan County, pueblo de Bethel, en una aldea a la que se le daba el nombre de White Lake; un joven, Elliot Tiber, tenía una licencia para organizar un festival de música Jazz. Inmediatamente lo contactaron y le pagaron en efectivo la cesión de  dicha licencia que originalmente le costó 8 dólares. Solo quedaba pendiente el tema de la locación. El mismo Tiber  les informó que muy cerca había una granja de enorme extensión donde el terreno formaba una suerte de anfiteatro natural, propicio para lo que ellos querían hacer. Esta granja le pertenecía a un empresario de productos lácteos llamada Max Yasgur, quien terminó alquilándoles una extensión de 245 hectáreas por 90,000 dólares aproximadamente. El precio de la cesión de la licencia para la organización del festival jamás fue revelado. Lo cierto es que ni Yasgur ni Tiber jamás quisieron cobrar un dólar adicional consientes que la historia les había dado la oportunidad de formar parte de ella.
Como ya se había invertido buena cantidad de dinero y se había impreso el afiche oficial, obra de Arnold Skolnick, se decidió dejar el nombre de Festival de Woodstock, indicando, eso sí, el cambio de locación.
Ahora ya sabe, el Festival de Woodstock fue en realidad Festival de Bethel - White Lake.
Cosa de locos ¿verdad?
Afiche oficial del festival con la creación de Arnold Skolnick, que originalmente representaba una paloma posada en una flauta
 
Elliot Tiber, dueño de la licencia de 8 dólares que facilitó el Festival de Woodstock. Su historia es relatada en la película de Ang Lee, Taking Woodstock (2009)
“Hay una cosa importante que ustedes han probado al mundo, y es que medio millón de jóvenes pueden estar juntos tres días y tener diversión y música y nada más que diversión y música. Que Dios los bendiga por ello”
Max Yasgur
Soundtrack:
Apertura del Festival
Freedom: Richie Havens
Mean Town Blues: Johnny Winter
Soul Sacrifice: Santana
Woodstock: Joni Mitchell
Para mayor información de los temas ir a Fichero de canciones

Max Marruffo S.

MIRANDO DE FRENTE. EL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA (II)

Cada vez que los medios de comunicación nos informan de hechos delictivos, surge la sensación de alarma en la población y pronto dicha alarma quiere ser amenguada con propuestas que encierran soluciones meramente emotivas. En los últimos días de la semana pasada ya se comenzó a hablar de la reapertura de la isla del "Fronton" y de lo que fuera el centro penitenciario agrícola "El Sepa".
En el transcurso del tiempo esa ha sido la manera cómo las autoridades encaran el asunto de la delincuencia en el Perú: falta de seriedad absoluta.
Cada "nueva" propuesta incrementa la confusión. La ciudadanía no se da cuenta que ellas, muy por el contrario, encierran un peligro. Basta analizar sus contenidos.
(N.E. 23/08/11: Con fecha 23 de agosto, se publica en el diario Perú 21, una nota respecto de la CONASEC -Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana- cuestionando los resultados de sus funciones:Leer .
También resulta interesante la lectura del Informe Anual 2010 - Sobre Seguridad Ciudadana - Instituto de Defensa Legal - Set 2010: Leer).

Legalidad y garantía en la persecución del delito.
Hace poco todos los peruanos  asistimos a un nuevo proceso electoral. El principal problema sigue siendo el voto impulsivo, emotivo. Conocedores de esta inclinación los candidatos al congreso y, sobre todo, a la presidencia de la república aprovecharon para lanzar propuestas y promesas a discreción y sin sentido.
En cuanto al tema que nos convoca (la delincuencia), lo dicho anteriormente, devino en el primer paso para perder la perspectiva respecto de lo que  debemos de hacer en los siguientes años.
La seguridad ciudadana, como se le denominó al problema, estuvo presente como tema de campaña de algunos candidatos a la presidencia. Dentro de sus planteamientos rudimentarios para encarar el problema ofrecieron: reorganizar y modernizar el Poder Judicial; dictar normas penales severas que impliquen penas con más años de cárcel o de cadena perpetua y pena de muerte, etc. Finalmente, la discusión desembocó en otros problemas como la municipalización de la policía, compra de vehículos y equipos, etc. Algunos sólo prometieron darles con palo a los delincuentes. 
Y todo esto se ofreció sin que nadie les saliera al frente para aclararles las ideas. Incluso, hoy mismo, los colegios de abogados y especialistas en la materia han guardado silencio permitiendo con ello que impere la confusión.

Nostros revisaremos un par de conceptos jurídicos para que Usted, amigo lector, pueda finalmente darse cuenta si aquí, en el Perú, se tiene o no  una verdadera idea de lo que se dice.

Por si Usted no recuerda, o no está informado, le digo que el Poder Judicial es un órgano del Estado autónomo de otros poderes, como el Ejecutivo y Legislativo. Esto significa que ofrecer una reforma o modernización del Poder Judicial es ofrecer algo que no corresponde constitucionalmente, salvo que con ello se nos esté anunciado un golpe de Estado (en este caso de Poder a Poder) o que se esté manifestando ignorancia de  cómo funciona éste.
Si Usted revisa  la Constitución, artículo 144°, comprobará que el Poder Judicial tiene un Presidente, denominado Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la República que es quien manda; él no está sometido funcionalmente a nadie. Otra cosa es que esté sometido al control constitucional como lo están sometidos los otros presidentes de los otros poderes del Estado y de los otros órganos constitucionales. Y, desde el momento que el Poder Judicial es autónomo, los Jueces que lo conforman también son autónomos, sujetos solo a la Leyes que están vigentes en el Perú.
Toda reforma del Poder Judicial corresponde ser acordada por su presidente y a un órgano llamado Sala Plena de la Corte Suprema (órgano también del Poder Judicial).

Por tanto, si alguien promete reorganizar y modernizar el Poder Judicial desde el Ejecutivo, solo nos está meciendo o demostrando ignorancia, además de olvidar que -como lo mencionamos en el artículo anterior- la función del Poder Judicial sólo se limita a la represión del delito a través de la imposición de las penas y no a su prevención que es lo que realmente hace falta y que debería encarar el Poder Ejecutivo.
Lo que, desde la presidencia de la república se puede hacer es colaborar con los órganos e instituciones del Estado que tienen a su cargo la persecución y sanción del delito a efectos de llevar a cabo un profundo estudio de la situación social y de los focos problemáticos que lo generan para así anticiparse a su comisión.
Todo intento de imponer criterios de decisión al Poder Judicial por parte de cualquier otro poder u órgano estatal es simplemente una violación a la Constitución y un atentado contra la garantía que impide que el órgano de impartición de justicia sea utilizado para propósitos de represión política, como ya hemos tenido experiencia real en el pasado (con el pretexto de reformarlo y modernizarlo, el Poder Judicial fue manejado políticamente).
En cuanto al ofrecimiento de dictar leyes que impongan penas severas a los delincuentes, se ignora que, de acuerdo con la Constitución, la función de legislar en materia de Derecho Penal no corresponde al Ejecutivo sino al Poder Legislativo.
Existe, en garantía de su libertad, amigo lector, una regla que establece que las normas penales no deben ser dictadas por el Poder Ejecutivo a fin de impedir que las utilice como arma de persecución, de represión política. La regla en mención, denominada Principio de Legalidad, propugna que la tarea de legislar y aplicar la ley en materia penal sea un asunto exclusivamente del Legislativo y el Judicial, respectivamente. El Ejecutivo debe mantenerse al margen.
La situación anómala, en la que el Poder Ejecutivo se encarga de la legislación en materia penal, a la larga trae consecuencias funestas, como sucedió en el caso del terrorismo, que luego de todos sus crímenes presentó a sus integrantes ante la comunidad internacional como víctimas de una guerra sucia materializada en normas violadoras de los Derechos Humanos tales como la de los jueces sin rostro; los procesos sumariales; las medidas carcelarias severas, etc. que fueron dadas por el Ejecutivo en los 90’s y cuestionadas por tribunales internacionales.
La función que corresponde al Poder Ejecutivo en la lucha contra la delincuencia, según la Constitución, es otra y está dada a través de la Policía Nacional del Perú (que forma parte del sector Interior) y a través del Instituto Nacional Penitenciario - INPE (que forma parte del sector Justicia).
El Poder Legislativo, es el espacio en donde se agrupan los representantes del pueblo y quienes (al menos en el papel) son los que garantizan las libertades mediante las leyes que aprueban, frenando cualquier exceso que quiera cometer o esté tentado de cometer el Poder Ejecutivo.
Usted elige a los representantes al Congreso o Legislativo a efectos que sean ellos los que legislan en todo aquello que implica una necesidad para el pueblo y, además para que fiscalice y controle el trabajo del Ejecutivo.
Cuando Usted, a través de los medios de comunicación, se entere que el Presidente de la República ha solicitado al Legislativo autorización para dictar normas vía Decretos Legislativos, preocúpese, puesto que eso siempre es una trampa por medio de la cual el Ejecutivo asume funciones que no le corresponden.
En esos casos, al interior del Ejecutivo, se forman comisiones integradas por personas cuya identidad casi nunca se conocen (además que Usted nunca voto por ellos), o en todo caso, cuyo trabajo jamás es fiscalizado, controlado; lo que sí puede hacerse respecto de un congresista. Las personas de esas comisiones son las que se encargan de dictar normas aplicando criterios que muchas veces no son puestos a conocimiento de la ciudadanía.
En el gobierno de Fujimori, la mayoría de normas en el ámbito penal fueron dadas vía Decretos Legislativos. Este hecho implicó una renuncia de sus funciones por parte del Legislativo de aquel entonces, lo que unido a la captura que se hizo del Poder Judicial generó la historia que todos conocemos.
El Ejecutivo, Legislativo y Judicial, cada uno cumple una función y eso garantiza nuestras libertades. Esa distribución del trabajo posibilita que las cosas se hagan como deben de hacerse y no de manera desordenada y mediocre.
Desde el momento que en las elecciones se promete hacer lo que no corresponde por mandato constitucional, todo aquello que se haga durante un período gubernamental está destinado al fracaso.
Lo primero que debemos hacer para enfrentar un problema tan grave como es la delincuencia, a fin de evitar salidas emotivas, meramente reactivas, es ordenar las ideas, hablar con la verdad, lo que posibilitará, además, que los ciudadanos tomen conciencia de cómo funciona o deben funcionar las cosas y efectúen un verdadero control de lo que se está haciendo.
Esto es mirar los problemas de frente y no de reojo.
Max Marruffo S.

jueves, 11 de agosto de 2011

MIRANDO DE FRENTE. EL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA (I)

En las últimas semanas, hechos criminales vuelven a consternarnos. El ataque a la familia de un congresista; la difusión de un video que muestra actos de crueldad contra un joven por parte de la policía y que provocaron su muerte. Hechos terribles de los que nadie puede desentenderse. Pero, también, hemos vuelto a escuchar las mismas soluciones que se  plantean cada vez que la delincuencia arremete. Propuestas de elevación de penas, eliminación de beneficios penitenciarios, aplicación de cadenas perpetuas, etc.
Delito y represión son los temas que ocupan nuevamente la atención de la mayoría de la población, pero esta vez ¿Existe una actitud seria y hay el ánimo de plantear verdaderas soluciones al respecto? o solo se está buscando, nuevamente, salir en la foto.
Aquí, en tres partes, expongo ideas básicas, con un lenguaje para el común de las personas, respecto de la función del Derecho Penal. De esta manera, mi intención es que se tenga una noción del problema que implica la persecución y sanción del delito.
(N.E. 23/08/11: Con fecha 23 de agosto, se publica en el diario Perú 21, una nota respecto de la CONASEC -Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana- cuestionando los resultados de sus funciones:Leer .
También resulta interesante la lectura del Informe Anual 2010 - Sobre Seguridad Ciudadana - Instituto de Defensa Legal - Set 2010: Leer).
La pena. Última solución.
Reducir la criminalidad es, sin lugar a dudas, la tarea pendiente de todos nosotros. No se trata de una función exclusiva de los órganos del Estado directamente encargados de la represión del delito: Ejecutivo, Judicial, Ministerio Público. A estas alturas, en pleno siglo XXI, es absolutamente necesario que terminemos de aceptar, de convencernos que dicha tarea involucra diversas disciplinas. La espiral delictiva, que crece -no porque de la noche a la mañana todos los delincuentes hayan decidido tomar por asalto las ciudades del país, sino porque, a medida que pasa el tiempo,  no existen los medios necesarios para brindar atención a una población que se incrementa exponencialmente- no solo requiere de una respuesta a través de la fuerza sino también razonada, inteligente (si el delito es violencia, su represión: penas privativas de la libertad, eliminatorias de vida, también lo es) .
Y quiero resaltar que utilizo el término reducir  y no eliminar, por la sencilla razón que el delito forma parte de nuestra condición humana, el hombre nunca dejará de cometer delitos; sus necesidades siempre corren más rápido que las atenciones que los satisfacen; el delito tiene la misma edad que la humanidad y por ello, a lo largo de la historia, las sociedades se han visto en la necesidad de buscar mecanismo de represión (en los albores) y de prevención (en los tiempos modernos) para contenerlo. El delito jamás será eliminado. Querer hacerle frente con esa idea es simple y llanamente una ilusión, una pérdida de tiempo.
Querer recurrir a penas que suprimen la vida o sacan de circulación (y para siempre) a una persona jamás ha podido evitar que se sigan cometiendo más delitos ¿O acaso el homicidio, la violencia sexual, el robo son conductas aparecidas recientemente?
Debemos ya, no permitir que las autoridades nos engañen con poses, declaraciones y actitudes demagógicas. Debemos ya, no dejarnos convencer con  promesas de penas más graves (elevar las ya existentes) o cambios en la Constitución para viabilizar penas de muerte. Las penas, convenzámonos de una vez, no intimidan, jamás han evitado que los delitos se sigan cometiendo. El delito requiere ser prevenido, combatido y reprimido científicamente y no a través de medidas puramente reactivas, emotivas, carentes de resultados reales que es lo único que se nos ofrece para salir del problema. No hay una actitud que demuestre verdadero interés. Fruncir el ceño no es suficiente. Decir que odio a los violadores y a los corruptos y los voy a meter a la cárcel de por vida, no soluciona nada, solo inspira desconfianza en cuanto es signo que demuestra que no se sabe qué hacer. Otra reacción puramente emotiva.
El delito debe, antes que nada, ser prevenido. Deben ser materia de estudio, análisis constante aquellos comportamientos que si bien en un determinado espacio-tiempo no son calificados como delitos, más adelante podrían serlo por el peligro que conllevan, para efectos de buscar las formas  no represivas de contenerlos, controlarlos, anticiparlos. Deben conformarse grupos de trabajo permanente que involucre a especialistas de diversas aéreas del saber humano dedicados a esto (y que la sociedad conozca cuáles son). La lucha contra la criminalidad no debe ser puramente jurídica y judicial ¿Alguna vez, Usted, a comienzos de los 80’s, tuvo conocimiento de cómo se iba analizando el desarrollo del fanatismo deportivo que luego desembocó en las barra bravas y posteriormente fue uno de los afluentes del hoy llamado pandillaje?
Por cierto, nunca escucho decir, de parte de una autoridad, que se hace necesario erradicar esa combinación barras-clubes deportivos (futbol) para controlar la violencia en espectáculos deportivos; más bien asistimos a muestras de tratos blandos, condescendientes con quienes han hecho de una actividad, otrora de esparcimiento, un pretexto para la violencia y comisión de delitos.
Cuando exigimos a la policía, al ministerio público y a los  jueces que encierren a un delincuente solo estamos preocupándonos de la represión del hecho cometido pero no nos preocupamos de evitar que otros, más adelante, también cometan hechos similares y/o de distinta naturaleza. Resulta patético ver como se generaliza la idea que los delitos sólo los comenten quienes han salido de prisión por cumplimiento de su pena o producto del cohecho con alguna autoridad torcida.
¿Nos interesamos acaso en preguntar el por qué del actuar delictivo? ¿Nos interesamos saber qué se está haciendo para prevenirlo?
El ser criminal, el lado sombrío de nuestra naturaleza, ronda siempre en nosotros, en nuestros hijos, en nuestra actividad. Nadie en lo absoluto puede decir que jamás ha estado tentado a delinquir. Sería negar su propia  naturaleza. La diferencia con los que lo hacen es que ellos no lograron el autocontrol, primero, y no obtuvieron la ayuda necesaria para no hacerlo, después. La diferencia con los que cruzan la línea es que tuvimos la suerte de desenvolvernos en un medio, en un entorno adecuado para socializar.
¿Se ha puesto Usted a pensar que la delincuencia podría ser un problema clínico? Seguro que no, puesto que siempre asociamos la idea al campo legal, jurídico.
Nadie pone énfasis en una educación que antes que cualquier cosa enseñe a  nuestros hijos a respetar las normas y a razonar la conveniencia de ello. En este aspecto somos una sociedad con una severa atrofia que necesariamente a afectado nuestra forma de comportarnos.
Buscar soluciones inmediatas: aumento de penas, eliminación de beneficios penitenciarios, aplicación de pena de muerte, solo ataca el problema luego que el delito se ha cometido y esta seguirá siendo una salida jurídica, judicial y nada más.
Que luego se siga dando la comisión de los mismos delitos con medios más sofisticados no es ni será problema de la policía, el ministerio público ni el poder judicial. Es producto de la falta de una verdadera estrategia que se anticipe a los hechos. No confundamos. La aplicación de la Ley Penal es posterior a la comisión del delito.
Que se impongan penas, sí. Que la estadía de un condenado no sea unas vacaciones pagadas con el dinero de todos nosotros, por supuesto que no. Que la pena sea acorde con el grado de responsabilidad del sujeto, siempre; pues una sanción demasiado benigna o demasiado severa no es justa y rebaja la justicia a una mera reacción emotiva. Que la imposición de la pena  tenga como finalidad el intento de recuperar al ser humano, debe ser siempre la consigna. Solo así podemos ser exigentes en la imposición de penas severas. Quien no aprovechó la oportunidad que se le dio nuevamente, asuma sus consecuencias. Los demás, nos sentiremos tranquilos con el funcionamiento del sistema, en la medida que entendemos que  la sanción es el último medio al que recurrimos cuando otros medios, diseñados dentro de una verdadera estrategia, no pudieron evitar la comisión del delito.
Así como la pobreza, el hambre, el atraso económico se combate con planificación y medidas técnicas, el problema de la delincuencia también debe de serlo. Y, así como debemos buscar los técnicos y profesionales adecuados para lograr un crecimiento económico; debemos buscar a personas preparadas que nos traigan propuestas técnicas, científicas con qué prevenir, combatir y reprimir el delito.
"Las políticas públicas relacionadas a la seguridad
ciudadana se orientan, prioritariamente,
a responder a las demandas de una
población atemorizada por los delincuentes
y la violencia. Sin embargo, muchas de las
políticas aplicadas no buscan resolver las
causas que se hallan en el origen de las diferentes
manifestaciones de delincuencia
Por el contrario, lo que buscan es apaciguar
momentáneamente la sensación de inseguridad
de los ciudadanos.".

(Informe Anual Sobre seguridad Ciudadana 2010 -Set. 2010- Instituto de Defensa Legal. Pág. 46).

Max Marruffo S.