miércoles, 26 de agosto de 2015

VIEJAS HISTORIAS DE NUEVA YORK (III): “NUEVA YORK” DE EDWARD RUTHERFORD

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Cotton Club en su local original de la Calle 142 con la Lenox Av., Harlem 
“Nueva York” de Edward Rutherford, es una novela en la que se nos narra la historia de los cinco distritos metropolitanos que componen la ciudad del mismo nombre (Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten Island) desde los albores de Nueva Asterdam, nombre que recibió el territorio de Maniatan (nombre original de Manhattan) cuando los holandeses se lo compraron a los aborígenes de la zona, hasta la tragedia de los Gemelos del World Trade Center. Sin embargo, cabe señalar que dicha historia la desarrolla a través de la saga de familias ficticias, en especial de la familia Master, cuya interactuación se inserta en los acontecimientos más importantes a lo largo de trescientos setenta años. Rutherford no desconoce el hecho que  Nueva York y los Estados Unidos son obra de la inmigración y por ello la novela “Nueva York” es la historia de  familias holandesas, inglesas, alemanas, irlandesas, italianas, puertorriqueñas, en la que se muestra el lado  idealizado de la idiosincrasia de cada una de ellas como su verdadero aporte a la forja de la poderosa nación del Norte de América.

Nueva York
(Pasaje)
Edward Rutherford

“1925”

Carta del menú del Cotton Club 
Paolo Carusso permaneció en su asiento. Al principio no pensó en Anna. Tenía otras cuestiones que tener en consideración.

Pensó en un momento en los dos hombres de la mesa de al lado. Cuando Charlie le dirigió la palabra, se preguntó por un instante si no serían espías que habían enviado para seguirlo, pero se notaba que eran gente de los barrios ricos, ajenos a su mundo. Aparte, se acordó del accidente ocurrido con la madre de Charlie en aquel bar clandestino, de manera que descartó la posibilidad.

Había ido al club con un par de socios, personas en quienes confiaba. También abrigaba la esperanza de ver a Owney Madden, a quien había hecho un pequeño favor un par de años atrás, y de cuyo buen juicio se había fiado. Tal vez el propietario del Cotton Club podría sacarlo del apuro. Madden estaba ausente, sin embargo, y nadie sabía decirle si se presentaría o no esa noche.

Decidió esperar un rato. Allí como mínimo no corría peligro. Nadie iba a causar un alboroto en un sitio de tanto postín como el Cotton Club. Quizá Madden acabaría acudiendo.

Cartel del Cotton Club anunciando
revista musical con Cab Calloway,
1932
No habría tenido que aceptar aquel negocio le semana pasada; no formaba parte de su trabajo habitual. Sus jefes no sabían aún nada de aquello, pero no se lo iban a tomar bien cuando se enterasen. También tendría que tener cuidado en la manera en que se lo explicaría a Madden. Éste había iniciado su andadura en la banda de Gopher cuando era joven y ahora tenía su propia explotación de estraperlo en los muelles del West Side, y tal vez no fuera muy comprensivo con alguien que se había desmarcado solo sin permiso de sus superiores. Tenía, con todo, intereses en muchos tipos de negocios y cabía la posibilidad de que le encontrara algo fuera de la ciudad y le prestara protección. Era difícil, pero valía la pena intentarlo.

Aquél no era el primer encargo que Paolo había aceptado. Aunque siempre había muertos en las riñas por el control del territorio,  cuando a uno le pedían desde fuera que hiciera algo especial, el dinero resultaba tentador. Anteriormente había aceptado un trabajo… que había llevado a cabo justo un día después de haber estado comiendo con Salvatore en el bar Fronton. Aquella vez todo había salido bien. Seguro que por eso le habían vuelto a proponer otro encargo.

Cartel de revista del año 1937.
Cotton Club
Lo de la semana anterior había sido, en cambio, un desastre. El plan estaba bien trazado, pero hasta el mejor de los planes puede quedar desbaratado a causa de un imprevisto. Estaba oscuro. El viento soplaba con fuerza, racheado, ideal para dispersar el ruido de los disparos. La calle estaba desierta. Salió del umbral de la puerta, se plantó delante del individuo y, con el ala del sombrero bajada para escudarse la cara, le apuntó. Había que hacerlo a bocajarro, bien de prisa para que la víctima no tuviera ni tiempo de experimentar un asomo de sorpresa. ¿Quién hubiera imaginado que, en ese preciso instante, del tejado iba a caer una loseta que se precipitó a sus pies, induciéndolo a levantar la cabeza? El otro tipo reaccionó con mayor celeridad. En lugar de echar a correr, se abalanzó contra él y después de derribarlo, le quitó la pistola de la mano de un puntapié. Luego se alejó a toda velocidad por la calle y, tras doblar una esquina, disparó u par de ráfagas de proyectiles con las que casi lo alcanzó. Paolo, que ya había recuperado su arma, respondió al fuego y le persiguió. De todas formas su presa acabó esfumándose, y además le vio la cara.

Ahora en Brooklyn había más de una persona furiosa con él.

¿Qué podía hacer? Lo mejor sería probablemente abandonar la ciudad. Pero ¿adónde debía ir? Quizá Madden pudiera sugerirle algo.

Fiesta de fin de año 1937 en el nuevo local del Cotton Club de la Calle 48, Broadway. Ameniza la orquesta de Cab Calloway
La orquesta tocaba Gin House Blues, una composición de Henderson. Un par de años atrás, el sonido de Herdenson se había beneficiado con la aportación de un joven trompetista llamado Louis Armstrogn. Por desgracia, éste se había ido a Chicago, pero cabía la posibilidad que regresara. Paolo sabía que Madden también tenía echado el ojo a un prometedor director de orquesta, Duke Ellintong, que actuaba en el Kentucky Club. Eso era lo que impresionaba más de Madden, que siempre buscaba la novedad.

Carlo Gambino, el capo de todos los capos de las 5 familias de Nueva York
Lucky Luciano, organizador de la mafia en los Estados Unidos que dividió el
territorio de la Ciudad de Nueva York en 5 familias 
Miró el reloj. Eran casi las dos de la mañana. Aunque dudaba que Madden llegara a esas alturas, resolvió esperar un poco más.

Entonces sus pensamientos derivaron hacia la conversación que acababa de mantener con Charlie y su amigo. ¡Qué extraño que ese hombre hubiera conocido a Anna! Se acordó de aquellos terribles días, después de su muerte. Se acordó de su rabia y su sensación de impotencia. Aquello fue lo que lo condujo definitivamente por aquella vía, por aquel áspero y peligroso camino que acaba en ese lugar elevado y oscuro del que ahora tenía caer. Él quería a Anna, y a toda su familia. En todo caso eran unos perdedores. Quizá dentro de nada también lo sería él, reconoció.

Cartel que alude al carácter exclusivo
del Cotton Club para gente blanca
Pidió la cuenta y pagó. No valía la pena esperar más.

Al salir fuera se abotonó el abrigo. Había bajado la temperatura y comenzaba a nevar. En la calle ya había una capa blanca de medio centímetro de espesor. Miró atentamente en derredor y sólo advirtió gente de color; pero era de los blancos de quienes debía recelar. Se bajó el sombrero hasta los ojos, en parte para ocultar la cara, pero sobre todo para resguardarla del viento que soplaba con violencia por la calle. Luego echó a andar.

Como medida de precaución se había trasladado de vivienda tres días atrás, a un lugar de la Octava Avenida donde no lo conocían. Iría a pie hasta el metro y tras asegurarse de que no lo seguían, realizaría un itinerario con rodeos hasta llegar allí. Primero dobló la esquina de Lenox Avenue.

Hacía un frío terrible.


- Pasaje del capítulo “1925” de la novela “Nueva York”: EDWARD RUTHERFORD. Traducción de Dollors Gallart. Roca Editorial de Libros. Rocabolsillo - histórica. Primera edición setiembre de 2011. Barcelona.

Notas:

Edward Rutherford, es el seudónimo de Francis Edward Wintle, ingles  nacido en Salisbury, Wiltshire, Inglaterra en 1944, diplomado en historia y literatura por la Universidad de Cambridge, que viene publicando con gran éxito novelas en las que mezcla la historia de un determinado lugar, o de acontecimientos históricos, a través de personajes ficticios y reales como es el caso de “Nueva York”.

Rutherford saltó a la fama con “Sarum” (1987), novela que abarca un período de diez mil años y que está relacionado con acontecimientos históricos de su ciudad de origen, Salisbury. Es esta novela la que orientará el resto de su obra al día de hoy. En 1991 publica “Russka” conocida también como “La Historia de Rusia” y en 1997 “Londres”. En el 2004 y 2006 publica novelas relacionadas con la historia de Irlanda, “Dublín: Fundación” conocida también como “Los Príncipes de Irlanda” e “Irlanda: El Despertar” conocida como “Los Rebeldes de Irlanda - La Saga de Dublín”.

“Nueva York” fue publicada originalmente en setiembre de 2009 por la editorial Century Hutchinson, Doubleday de Estados Unidos y obtuvo el premio Langum de Narrativa Histórica Americana en el año 2010. La obra está dividida en fechas que contienen uno o más capítulos. Tanto en la edición estadounidense como en la española de Roca Editorial de Libros, S.L., forman parte de las mismas cuatro mapas de Nueva York en distintas etapas de su desarrollo que permiten al lector una mejor comprensión de cómo fue evolucionando la isla de Manhattan.

El último trabajo publicado por Edward Rutherford a la fecha es “Paris” (2013).

─ El Cotton Club fue un mítico club nocturno de Manhattan que estuvo ubicado en Harlem, en la esquina de la Calle 142 y la Lenox Avenue y que como tal fuera inaugurado en 1923 durante el período de vigencia de la Ley Seca. Cotton Club ocupó las instalaciones de Club Deluxe, un club que pertenecía al boxeador Jack Johnson cuyo giro principal era el de restaurante. El negocio y sus instalaciones le fueron comprados por el traficante de licor y miembro de la mafia Owney Madden, quien dirigió la operación de transferencia desde la comodidad de su celda en la cárcel de Sing Sing. Es así que el negocio pasó a denominarse Cotton Club y Johnson pasaría a ser el administrador. A través del Cotton Club Madden vendería su propia marca de cerveza, actividad ilegal si recordamos que estaba en plena vigencia la Prohibición.

Una de las características que Madden le imprimió a su negocio fue que se trataba de un club exclusivo para gente blanca, ubicado en una barrio (en esa época) de asentamiento de población afroamericana, en donde su personal artístico: cantantes, cuerpo de baile masculino y femenino debía estar compuesto solo por afroamericanos. No se permitía la integración de estos con el público o viceversa. La publicidad y figuras del decorado estereotiparon la imagen del hombre y la mujer negra.

Owney "The Killer" Madden
A pesar de la mano dura que Owney Madden aplicó al club, este fue el lugar de lanzamiento a la fama de diversos músicos y cantantes: Cab Calloway, Fletcher Henderson, Duke Ellington, Louis Armstrong, Billie Holiday, entre otros. Duke Ellington y su orquesta fueron artistas estables del club de 1927 a 1931. El éxito obtenido por el “Duque” permitió relajar la prohibición de admisión de público afroamericano.

Cotton Club fue cerrado en 1926 pero por poco tiempo (disturbios raciales en Harlem) abriendo nuevamente hasta el año 1933 en que cerró para ser adquirido por otras personas y trasladarse a la zona de Broadway con la Calle 48, lugar en el que el éxito de sus espectáculos creció enormemente de 1936 a 1940, año en que cerró definitivamente porque los altos costos de producción llevaron a desatender los pagos al fisco que comenzó a reclamar lo suyo.

Owney Madden, luego de la venta del Cotton Club dejó el negocio del tráfico y venta ilegal de licor para dedicarse a manejar boxeadores, aplicando a dicha actividad sus políticas gansteriles que le permitieron llevar al tristemente célebre Primo Carnera al campeonato mundial de boxeo de la NBA. De origen irlandés adquirió la ciudadanía estadounidense en 1943. Murió en 1965.

En la segunda mitad de los años 70, fue inaugurada una discoteca que lleva el nombre de Cotton Club y que a la fecha funciona en la Calle 125 en Manhattan.

La historia del club fue llevada a la pantalla grande por Francis Ford Coppola en 1984, con las actuaciones de Richard Gere y Diane Lane, distribuida por Orion Pictures.

─ Se denominó Ley Seca a la legislación que, mediante una enmienda introducida a la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica (Enmienda XVIII) prohibió la venta, importación, exportación, fabricación, transporte y distribución de bebidas alcohólicas, aunque no el consumo. La norma fue aprobada en 1917, ratificada en 1919 y puesta en vigencia a partir de las 00.01 horas del día 17 de enero de 1920 y tenía como propósito preservar y elevar la moral del país, cosa que en la realidad tuvo en efecto contrario pues desencadenó el tráfico ilícito por parte de bandas organizadas que pusieron en vilo la seguridad interior de los Estados Unidos, poniendo en vitrina a la “Mafia”. Si bien el consumo no era perseguido, fue este el que alentó la violación a la Ley. Lo cierto es que nadie dejó -ni la gente común, ni los políticos y las autoridades públicas- de empinar el codo durante el período de su vigencia que se denominó “La Prohibición”. El consumo de licor se vio incrementado gracias a la “Ley Seca”.


Como una forma de distraer al pueblo estadounidense de los efectos del Crack de la Bolsa de Nueva York que introdujo un desastre en la economía estadounidense, además de crear fuentes de financiamiento para obras públicas mediante impuestos (que no pagaban los traficantes de licor), la Ley Seca o Ley Volstead (por su creador, el senador Andrew Volstead) fue parcialmente abolida el 21 de marzo de 1933 y de manera definitiva el 5 de diciembre del mismo año mediante la aplicación de la Enmienda XXI que dejaba sin efecto la Enmienda XVIII, estando en la presidencia Franklin D. Rooselvelt.

Fletcher Herdenson y su orquesta
─ Existen dos canciones con el mismo título de “Gin House Blues”. El tema que originalmente llevó este título y que es mencionado en el pasaje del capítulo titulado “1925” de la novela “Nueva York” fue creado por Fletcher Henderson (que también es mencionado ahí) el año 1925 y grabado por primera vez por su orquesta con la voz de la cantante Bessie Smith el 18 de marzo de 1926. Esta canción alude a los problemas que la Smith tenía con el alcohol.

Bessie Smith
(USA, 1894 - 1937)
La otra canción homónima fue escrita por Harry Burke y grabada también por Bessie Smith el 25 de agosto de 1928 y a diferencia de la primera ha sido versionada por muchos artistas, sobre todo en la era del rock’n’roll. Posteriormente este segundo tema ha sido conocido como “Me and My Gin”.

Fletcher Henderson (USA, 1897 - 1952), pianista, compositor y arreglista, es considerado el padre de las Grandes Bandas o Big Band. Contrató para su orquesta a un joven trompetista de nombre Louis Armstrong que se dio a conocer con él, para luego, en 1925, volver a la ciudad de Chicago, en donde Henderson lo conoció. Henderson y su orquesta eran habituales del Cotton Club.

Siendo la de Herdenson la orquesta estable del club “Connie’s” de la Ciudad de Nueva York por el año 1933, comienza a tocar un estilo que más adelante sería conocido como Swing.

Cuando la orquesta de Henderson se disolvió, pasó a ser el arreglista de la orquesta de Benny Goodman.


"Tengo una triste, triste historia hoy,
Me voy a casa de ginebra cuando sople el viento..."
-Gin House Blues-

Local del Cotton Club ubicado en la calle 125 debajo del viaducto Manhattanville 
Soundtrack:
“Gin House Blues”: Bessie Smith - (1926)
“I Don’t Mean a Thing”: Duke Ellintong - (1943)
“The Meanest Kind of Blues”: The Fletcher Herdenson & His Orchestra and Louis Armstrong - (1924)
“Sing, Sing, Sing”: Benny Goodman Orchestra - (1955)

Concepto, introducción, notas y selección musical:
MAX MARRUFFO S.