miércoles, 13 de junio de 2012

EL ESCÁNDALO WATERGATE ( IV )

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Richard Nixon mira detenidamente los gemelos de las mangas del rey Elvis en el
 despacho Oval de la Casa Blanca. Esta visita tuvo lugar el 21 de diciembre de 1970
Comienza a cerrarse el cerco

Tanto el New York Times como el Washington Post, lograron establecer que aquel equipo de abogados, excombatientes de Vietnam, enrolados con el propósito de realizar actos que afecten la campaña electoral de los demócratas, fueron reclutados, en gran parte, por Donald Segretti, un joven abogado acostumbrado a la escaramuza y juego sucio en política durante sus años de estudiante universitario, quien además gustaba ostentar respecto de sus vinculaciones con la administración. Ese afán de alardear para impresionar a quienes trataba de convencer a que se unan a la causa de la reelección de Nixon dejó abierta muchas pistas que los periodistas pudieron seguir sin mucha dificultad. Estos llegaron a la conclusión, con dichas pistas,  que Segretti recibía órdenes de Dwight L. Chapin, o al menos, era a él a quien debía reportar los resultados de las “misiones” que se le encargaban. Que para llevar adelante esas “misiones”, como para enganchar a un nuevo miembro del “equipo”, recibía dinero -proveniente de los fondos secretos del CRP- de un alto funcionario de la Casa Blanca o allegado a ésta.

Donald Segretti
La base informativa del New York Times fue el haber descubierto que Segretti había hecho muchas llamadas a Chapin, tanto a su domicilio, como a su oficina en la Casa Blanca. También había efectuado otras llamadas a Howard Hunt.

Lo que los periodistas no sabían era que el FBI, como la fiscalía, ya tenían en la mira a Donald Segretti, es más, ya había declarado en el proceso penal e incluso había aceptado haber realizado actos de sabotaje a los demócratas y que el día de su declaración mencionó a Dwight L. Chapin.

Lo que no entendieron los periodistas del Times y el dúo Woodstein era, por qué entonces el FBI, la fiscalía y el juzgado no habían tomado medidas contra Segretti, ampliando la acusación contra él, determinando su arresto o el pago de una fianza.

Nuevamente se cayó en la cuenta que había alguien interesado en que los hechos no se esclarezcan, al menos en su real dimensión.

Dwight Chapin
Woodward y Bernstein no tardaron en conocer, que los tres órganos encargados de las “investigaciones oficiales” habían decidido centrarla sólo en la incursión al cuartel de los demócratas y al tema de la escucha ilegal de comunicaciones telefónicas. Los actos de sabotaje político quedarían de lado, en la medida que no se vinculen con lo del Watergate.

Adrede, se quería presentar el asunto del edifico Watergate como un hecho aislado. Se quería ocultar que aquello era parte de una serie de actos efectuados con evidente abuso de poder por gente relacionada con el gobierno, sino del gobierno mismo. Que en todos esos actos habían participado las mismas personas encargadas de otras operaciones, esto es, se trataba de un círculo que ejecutaba cualquier “encargo” que se le diera. Que todas estas personas coordinaban entre sí. Eso explicaba el por qué Segretti también tenía comunicación con Howard Hunt.

No obstante, algunos agentes del FBI no dudaron en reconocer esta situación a Woodward y Bernstein. Este acto de contrición fue la base para lanzar la noticia del día 10 de octubre del 72.

Luego Segretti confesaría a los periodistas del Post que el dinero para las operaciones se lo entregaba Herbert W. Kalmbach, información que fue revelada primero por la revista Time.

Herbert Kalmbach
Kalmbach había ocupado la Vice Dirección de Finanzas del Comité para la Reelección de Nixon (CRP), era abogado de profesión y su oficina principal la tenía en el Estado de california.

A la fecha en que se inició el escándalo, Kalmbach ya era abogado personal de Richard Nixon, Presidente de los Estados Unidos.

Finalmente, la investigación iniciada por Woodward y Bernstein había traspasado las puertas de la Casa Blanca.

Acreditada la vinculación de Dwight Chapin, funcionario encargado del protocolo y de las reuniones y audiencias del Presidente, con las “misiones” encomendadas a Segretti; y acreditado el hecho que Kalmbach, abogado personal de Nixon, manejaba parte de los fondos secretos del CRP para financiar los actos ilícitos, el barro salpicaba el sillón presidencial.

El secretario de protocolo de Nixon y un ex ayudante de la Casa Blanca, acusado en el caso del espionaje electrónico de Watergate, sirvieron de “contactos” en una operación de sabotaje y espionaje contra los Demócratas...

El secretario de protocolo, Dwight L. Chapin, de 31 años de edad, se ve casi a diario con el Presidente. es la persona que tiene a su cargo la distribución del horario del Presidente para recibir visitas; incluso la coordinación de sus viajes por todas partes. Chapin es uno de los pocos miembros del personal de la Casa Blanca que tiene fácil acceso al Presidente...      

-Washington Post, domingo 15 de octubre de 1972-

La revista ha obtenido información procedente de los archivos del FBI, que Dwight Chapin admitió su implicación en el contrato de Donald Segretti para sabotear la campaña de los demócratas y que los pagos a esta persona se habían acordado por el abogado personal de Nixon, el jurista de california Herbert Kalmbach, quien no lo desmitió...     

-Time Magazine, octubre de 1972-

Harry Robbins Haldeman. El cerco sigue cerrándose

H. R. Haldeman (1926 - 1993)
Una pregunta que rondaba en las cabezas de Woodward y Bernstein, como de otros periodistas, era: ¿Podía ser posible que,Dwight Chapin estuviera involucrado con las actividades ilícitas de la gente del CRP y de las personas allegadas a éste sin que H. R. Haldeman, mano derecha de Nixon y Jefe de Personal de la Casa Blanca, lo supiera?

Del mismo modo se preguntaban ¿Haldeman desconocía que el abogado personal de Nixon, Herbert W. Kalmbach, manejaba dinero de los fondos secretos del CRP para pagar las actividades ilícitas de los saboteadores?

La respuesta a estas interrogantes implicaba conclusiones inimaginables. De ser afirmativas, debía suponerse que Nixon estaba también involucrado en el asunto o al menos había tomado conocimiento de los hechos.

Haldeman había nacido en el Estado de California en el seno de una familia acomodada y criado dentro de una férrea fe cristiana, lo que formó su carácter disciplinado. En su juventud dejó sus estudios de Derecho para alistarse en la Marina de su país y combatir en la Segunda Guerra Mundial. Allí conoció a quien luego sería su compañero de trabajo en la Casa Blanca John D. Ehrlichman (Ayudante de Nixon para Asuntos Internos). Terminada la guerra consiguió trabajo en una agencia publicitaria internacional donde laboró por muchos años. En los 50’s conoció a Nixon y le sirvió como asesor de campaña en las elecciones presidenciales de 1960 y por la gubernatura de California en 1962. Luego que Nixon obtuviera la victoria en las elecciones de 1968, lo hizo Jefe de su Gabinete (Jefe de Personal).

Los empleados y funcionarios de la Casa Blanca literalmente le tenían miedo, puesto que no simpatizaba con nadie y aplicaba un código de rectitud estricto. Esta forma de ser se reflejaba en su corte de cabello que no obstante, haber dejado la vida castrense hacía muchos años, lo conservaba con un corte militar.

Haldeman se llamaba así mismo el Hijo de Perra del Presidente, lo que significaba que su lealtad no tenía límites, estando dispuesto a todo por él.

Con Nixon solo hablaban quienes Haldeman se los permitía. Él era la persona parada delante del Presidente, el muro -casi- inexorable para llegar al mandatario.

Herbert W. Kalmbach, abogado personal de Nixon, conoció al Presidente por medio de Haldeman.

El temor que despertaba Haldeman era tal, que fue la vinculación con el tema del Watergate y los actos de sabotaje político más difícil de develar por parte del Washington Post, el New York Times  y otros medios.

Como lo mencionamos en el Capítulo II, cuando se exigió a Richard Nixon que entregue las cintas grabadas de las conversaciones sostenidas en la Casa Blanca a una Comisión Investigadora del Congreso, luego que fracasara su intento de evitarlo, Nixon entrego las cintas, pero en una de ellas, existía un borrado  de cerca de 18 minutos. Esa cinta era una donde Nixon trataba el tema Watergate con Haldeman.

De izquierda a derecha, Haldeman, Chapin, Ehrlichman y Richard Nixon en la
oficina oval de la Casa Blanca
El Washington Post

Diario fundado en 1877 pionero de la prensa escrita en la Capital estadounidense, Washington DC, especializado en temas del gobierno y sus instituciones. De tendencia liberal, siempre fue acusado por los republicanos de ser el vocero de los demócratas, acusación que adquirió visos de histeria en los años del escándalo de Watergate.

Benjamin Bradlee
En efecto, para 1972, el diario estaba bajo la dirección de Benjamin Bradlee, conspicuo simpatizante del Partido Demócrata.

Esta simpatía fue el fundamento de los ataques de los republicanos y de la administración Nixon para acusar al Washington Post de librar una guerra sucia en su contra con el fin de apoyar la candidatura de George McGovern, su rival en la pugna electoral por el Partido Demócrata.

Cuando la investigación periodística del dúo Woodstein determinó la implicancia de Dwight L. Chapin, Herbert Kalmbach, y más delante de H. R. Haldeman, el objetivo del Partido Republicano, del CRP y de la Casa Blanca fue enlodar al diario de tal manera que pierda credibilidad y desaparezca del medio. Se lanzaron amenazas contra sus reporteros, sus directivos y su propietaria, en aquel entonces, Katherine Graham (1).

Había motivos para que Nixon y su gobierno tengan en la mira, desde hacía tiempo, a la Graham y a su diario.

Katherine Graham
(1917 - 2001)
En 1969, un ex analista militar del Pentágono, Daniel Ellsberg, sustrajo documentos relacionados con la Guerra de Vietnam que ponía al descubierto una serie de hechos que los militares y el gobierno americano habían ocultado -desde la década de los 60’s- para evitar se atice el rechazo contra dicha guerra. Los documentos pasaron a la historia con el nombre de Los papeles del Pentágono y fueron entregados a miembros de la prensa a fin que sean publicados en 1971. Muchos dueños de diarios se rehusaron a hacerlo. La Graham y su competidor New York Times no.

Si bien, estos documentos habían sido elaborados durante el régimen demócrata de Lyndon B. Johnson (reemplazante del asesinado John F. Kennedy), su revelación sería contraproducente para el gobierno de Nixon puesto que incrementaría la protesta y la violencia de grupos radicales a los que Nixon venía enfrentando sin éxito.

El New York Times y el Washington Post fueron llevados ante los tribunales por los procuradores de la administración Nixon a efecto que se les impida publicarlos.

John Mitchell, en su condición de Fiscal General,  presentó la demanda ante la Corte quien ordenó al Times, mediante una medida temporal, que deje de publicarlos hasta que el juicio se resuelva en definitiva. Por primera vez la autoproclamada democracia modelo atentaba contra un derecho fundamental.

El Times y el Post apelaron la decisión ante la Suprema Corte y ésta, en un fallo dividido, levantó el impedimento y proclamó que estos diarios no violaban ningún secreto de Estado ni ponían en riesgo la seguridad nacional (2).

En 1973, gracias a la investigación de los reporteros Woodward y Bernstein sobre el escándalo Watergate, el Washington Post fue premiado con el premio Pulitzer a la Investigación Periodística.


Las víctimas de los Republicanos, los Demócratas

¿Tenían fundamento las acusaciones de los hombres de Nixon que el Washington Post había iniciado una campaña demoledora contra de su reelección y a favor del candidato del Partido Demócrata?

George McGovern
A George McGovern, candidato por los demócratas, las elecciones de 1972 se le habían escapado de las manos hacía tiempo, tanto por sus propios errores como por el sabotaje a la que fue sometida su candidatura.

McGovern era un político que no medía las consecuencias de sus propias declaraciones, como cuando señaló que de llegar al poder, dispondría en forma inmediata el retiro de las tropas americanas de Vietnam; la reducción del presupuesto militar; y, en el plano de la salubridad pública, legalizaría el aborto.

Estados Unidos, terminado los años 60’s, buscaba un punto de equilibrio y conciliación al interior de su sociedad luego de la serie de acontecimientos políticos funestos (como los asesinatos de los hermanos Kennedy y Luther King); de las luchas de las minorías por el respeto de sus derechos civiles;  y de la revolución contracultural que llevó a sus hijos irse de sus casas y enfrentarse contra los valores que sus padres quisieron inculcarles.

La posición de McGovern resultaba ultra liberal y a criterio de los votantes y de los mismos colegas de partido, en nada beneficiarían el afán de regreso a la calma que tanto se necesitaba para la nueva década.

Desde su postulación en las primarias, miembros del Partido Demócrata habían desautorizado su candidatura advirtiendo del riesgo que ella implicaba. Jimmy Carter, futuro Presidente de los Estados Unidos y también demócrata, señaló que McGovern era demasiado liberal tanto en política exterior como interna, lo que le valió a McGovern ser sindicado como el político más izquierdista de toda la historia norteamericana.

Thomas F. Eagleton
(1927 - 2007)
Por estas razones, los electores vieron a Mcgovern mendigar por quién quisiera ocupar la plaza de Vicepresidente en su plancha electoral. El único que aceptó fue Thomas F. Eagleton, pero a finales de julio del 72, tuvo que despedirlo porque se había filtrado en los medios de comunicación que Eagleton había sido tratado por fatiga mental y que en su historial clínico lo reportaban como maníaco depresivo con tendencias suicidas.

Cabe señalar, sin embargo, que el desprestigio de la candidatura demócrata se originó antes, cuando para las primarias se presentaron cerca de quince postulantes para la presidencia, hecho que fue satirizado por la prensa que dijo que había más candidatos demócratas a la presidencia que electores en el país.

McGovern en la actualidad
cuenta con más de 90 años
Entre los demócratas oponentes a McGovern que también lucharon por la candidatura, estuvo Ed Muskie, que desde la perspectiva de la historia, era el mejor y con más probabilidad de haberse llevado la presidencia. Muskie tuvo que dejar la competencia debido a que “alguien” había falsificado su firma en una carta que contenía expresiones agraviantes contra los estadounidenses de origen irlandés, conocida como la “carta cannuck”, perdiendo el apoyo de un amplio sector de votantes.

Otro que se presentó a la nominación de la candidatura presidencial fue el sureño George Wallas, contrario a la política integracionista impulsada en los 60’s por sus compañeros de partido, los hermanos Kennedy. Wallas, también tuvo que dejar la competencia debido a que fue víctima de un atentado homicida. En algunos medios de comunicación, se quiso vincular a un integrante de la campaña de McGovern con este hecho (1).

Con todo esto, resultaba absurda la idea que las investigaciones del Washington Post, respecto del escándalo Watergate, estaban orientadas a minar la candidatura reeleccionaria de Nixon. Los demócratas habían perdido toda posibilidad y nada ni nadie los podía ayudar, tan es así, que pese al escándalo, el día 7 de noviembre de 1972 Nixon ganó por un amplio margen de 60,67% contra un 37,52% de McGovern. Fue la primera vez que un candidato ganaba por tan amplia mayoría. Mientras que por Nixon votaron 49 estados, por McGovern solo lo hicieron Massachusetts y el Distrito de Columbia (Washington DC).

Dupla Eagleton - McGovern, campaña electoral de 1972
Referencias:

El Washington Post


(1) Una de las amenazas contra Graham era que sus testas las aplastarían a través de un rodillo de lavadora.


(2) Nixon y su gente, para evitar que vuelva a suceder la sustracción de documentación de carácter secreto, infidencias y filtración de información comprometedora a la prensa, crearon un grupo denominado Los Plomeros, el cual también formaba parte de los grupos clandestinos que entre otros actos allanaron el cuartel del Partido Demócrata en el complejo Watergate. La función de Los Plomeros era detectar a servidores y funcionarios que pudieran ser sospechozos de ser informantes de los medios de comunicación.
El nombre de Los Plomeros se aplicó por el hecho que a la gente que integraba este grupo se le había asignado oficinas en el sótano de la Casa Blanca.

Las víctimas de los Republicanos, los Demócratas


(1) Durante las investigaciones del escándalo Watergate, se descubrió que la “carta cannuck” que motivó el retiro del candidato Muskie, y la vinculación de un miembro de la campaña de McGovern con el intento de homicidio del candidato Wallas, fueron “operaciones” de la gente del CRP.

- El escándalo de Watergate fue motivo para que una legión de músicos y compositores grabaran temas relacionados con él a través de pequeños sellos discográficos locales, a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Muchos no se iban con rodeos al momento de decir lo que pensaban e incluso mencionaban el nombre de los asesores presidenciales implicados en lo hechos haciendo uso de letras corrosivas.

Les Waldroop compuso "Big Watergate Bug" (1974, Me Too Records) algo así como bichos del Watergate, refiriéndose a los pequeños micrófonos introducidos en el cuartel de los demócratas en el edificio Watergate, y a la paranoia que se generó entre los estadounidenses de ser escuchados clandestinamente. Parte de la letra decía: "De seguro hay un olor extraño en Washington, ojala supiera la respuesta al enigma de los bichos, si el bicho de Watergate, no veo que necesitemos los bichos de Watergate; Eeny, Doli, Miny, Moe hay un bicho Watergate en mi radio; Eeny, Doli, Miny ¿qué es esa línea en mi televisor? Es un bicho Watergate...".

Tom T. Hall grabo "The Watergate Blues"  (1973, Mercury Records) canción que narraba en plan de joda la historia de la candidatura de McGovern y del sabotaje que sufrió gracias a los hombres de Nixon: "McGovern dijo: muchachos creo que me voy a lanzar, tengo un montón de trabajo que hacer en Washington; y habló con la gente pobre, con los negors y los jóvenes; Humprey dijo: George, creo que vas a perder; él dijo igual quiero ese trabajo; ahí estuvieron Kennedy, Wallace y Muskie; McGovern no conseguía alinear a todos tras de sí; Alguien disparó a Wallace; Muskie se derrumbó y lloró; les digo chicos, es una vida muy dura...".

En 1973, The Waves grabaron "At The Watergate" (Vibration Records) tema que se centra en la incursión a las oficinas del partido Demócrata en el Watergate: "En la ciudadela de la ley y el orden, la santificada Washington, todos los chicos se reunieron para tener un poco de diversión inofensiva; en la oscuridad de la noche se colaron en el perlado Watergate para sembrar bichos a la oposición y estropear a su candidato... Gran cantidad de personas están mojadas con el Watergate a medida que la verdad viene brotando... Oh, se puede engañar a algunas personas algún tiempo, y se puede engañar al pueblo por algún tiempo, pero la verdad está allí; Ud. no puede engañar a la gente todo el tiempo, porque cuando se destapó el Watergate, la verdad viene brotando...".

Jay Lee & Michael Vee grabaron "Ballad of Watergate" (1973, Ripp-Off Records) con una letra directa en la que aluden a Nixon como Dicky (diminutivo de Richard) y mencionan por su nombre a algunos de sus asesores (Haldeman, Ehrlichman, Magruder), al igual que la canción "The Watergate Blues": "A principios del verano del 72, ahí había un montón de gente sin nada que hacer; así que decidieron hacer un plan y trazaron un esquema de como matar el sueño americano; pusieron un bicho por aquí y por allá, hasta que dijeron <<que demonios, vamos a ponerlos por todos lados>>; luego se dijo que era un robo de segunda, para luego ser conocido como Watergate; Haldeman, Ehrlichman, Magruder y más, los acusados están cayendo como moscas en el suelo, pero es difícil que lo haga Dicky, porque él dice que no sabe nada, la gente no cree en su coartada...".

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Ver Richard Nixon. La entrevista final

Este post fue reeditado el 13 - 06 - 2014
Soundtrack:
Big Watergate Bug: Les Waldroop - 1974
The Watergate Blues: Tom T. Hall - 1973
At The Watergate: The Waves - 1973
Ballad of Watergate: Jay Lee & Michael Vee - 1973

MAX MARRUFFO S.

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