domingo, 20 de noviembre de 2011

LA PUESTA EN VALOR DEL RECUERDO Y NUESTRAS RADIOS LIMEÑAS

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American Pickers (Cazadores de Tesoros)
En mi curso de Derechos Reales les decía a mis alumnos que la basura que arrojan unos es la riqueza que encuentran otros. Sus rostros de sorpresa o desconfianza motivaban que yo mismo me preguntara si no estaba exagerando. Pero no, hoy más que nunca, lo afirmo y  se puede comprobar que es cierto.

El otro día llegué tarde a casa, no pude almorzar con mi familia, en consecuencia me tocó hacerlo con el televisor. Me puse a ver uno de mis programas favoritos: Cazadores de Tesoros (History Chanel). Estos no son otra cosa que una suerte de modernos ropavejeros que se dedican a comprar objetos viejos que algunos quieren deshacerse y otros lo tienen como parte de una colección que a nadie interesa, solo a ellos. Estos objetos representan en cierto modo la historia industrial, comercial y de consumo de los Estados Unidos. Cada objeto que ellos logran rescatar del pasado, ahora, en las manos de coleccionistas, diseñadores y decoradores de interiores son objetos de un alto valor. Se los venden a más del doble del precio que ellos pagaron.

Definitivamente, en los últimos años del siglo XX y en lo que va del presente se viene imponiendo una puesta en valor del pasado. A diferencia de otros tiempos, se entiende que lo moderno, lo presente no implica necesariamente un avance, un adelanto, una mejora. Cómo considerar un adelanto el hecho que el café en polvo que tomamos todas las mañanas venga ahora en sobres plásticos cuando antes venía en envases de latón con una cubierta de platina delgada que lo conservaba fresco y con su aroma original.

Lo mismo sucede con la música.

Ni la tecnología, los medios globalizados y las modernas técnicas de mercadeo han logrado imponer nuevamente a un artista o grupo de tal manera que trascienda su propia generación. Definitivamente lo que se escucha hoy en día no tiene la posibilidad de equipararse a lo producido en décadas anteriores a los 80’s. La prueba de ello es que, la música juvenil popular (el POP) está muriendo. La compra y venta de discos ha dejado de ser un hábito y un negocio. La atomización de la música ha logrado dispersar los gustos, las tendencias, las ideas y la afición misma. No existe la posibilidad de volver a medios de filtrado que alineen lo mejor de lo mejor de todas las corrientes y ordene el caos que actualmente existe.  Ya nadie vive de los discos que graba, ni las disqueras son lo que eran antes. Y nada tiene que ver la digitalización de la producción con todos sus problemas (pirateo, descargas ilegales por INTERNET, etc.), esto solo consiguió agravar la situación. Desde que algo llamado MTV incursionó como guía de gustos y modas, el rock'n'Roll (y todo lo que representa esta palabra compuesta por más que se trate de ritmos diversos) se jodió (1). Los músicos y su música pasaron, de los parlantes de los viejos gramófonos, radiolas, radios a bulbos y luego de transistores, a las pantallas del televisor. Dejaron de ser músicos para convertirse en personajes. No sorprende entonces que en estos tiempos una gran parte de los cantantes grupos de moda provengan de la industria de la televisión para pre-Teens y Teenagers. En todo caso, no sorprende que busquen las cámaras más que una buena sala de grabación para mantenerse a flote y que mezclen su arte con causas sociales por pura pose, cuando antes se hacía sólo por convicción; y que otros, ante esas mismas cámaras, repitan o imiten, sin vergüenza o empacho, el camino andado y debidamente identificado de uno anterior (como Lady Gaga lo hace respecto de Madonna).

Rebeldía de post-guerra
Hay, indudablemente, una marcada línea divisoria entre un pasado en que la música era considerado un arte y lo que hoy es solo considerado “negocio de la música”.

Mientras Janis se tomaba todo el Whisky que estaba a su alcance para que su voz sonara aún más herida; Shakira hoy nos vende perfumes.

El resultado final es que, ante esta situación, inevitablemente se recurre a viejos referentes para mantener a flote un espíritu que al parecer ya no existe en los nuevos elementos. El rock'n'roll surgió no del BluesCountrySwing, etc., surgió de la rebeldía, la inconformidad. Hoy todo el mundo parece estar satisfecho, ergo, hay escases de ideas innovadoras, por lo que, esos viejos referentes, deben asumir su rol de propulsores de nuevos tiempos, aunque resulte paradójico (2).

Es aquí donde la música del recuerdo u oldies asume importancia, abriéndose espacio dentro de la diversidad de géneros con el rótulo de Música Adulto-Contemporánea. Representa un nuevo rubro en la segmentación de la programación radial en todas partes del mundo y no resulta extraño que las nuevas generaciones formen parte de su audiencia (3). Lamentablemente, entre nosotros, como siempre, solo se difunde una pequeñísima porción de todo el espectro o universo que ha quedado registrado de los 40’s a los 70’s. De Los Panchos y La Matancera, de (los insufribles) Triny Lopez  y Neil Sedaka al comercial Chubby Checker y de Rapahael a Juan Gabriel no pasamos. Los programadores brincan, sea por ignorancia o intencionalmente, autores, cantantes y bandas, épocas, etapas, tendencias, como lo hicieron en el momento que esa misma música estaba vigente, lo que permitió (y permite) que seamos un país con escaza cultura musical (4). Yo denomino a esta actitud trivialización del recuerdo. Una simplificación que no se ve en otros lados.

Así, en nuestro medio, existen radios del “recuerdo” que sólo hacen girar una cantidad limitada de canciones como si en todos esos años se hayan producido sólo 10 ó 20 temas de importancia y calidad (una de esas es Radio Mágica). Otras combinan los 60’s y los 70’s con los 80’s sin entender que se trata de historias distintas e incompatibles (Doble 9 ya no es lo que era antes). Hay de las que difunden oldies latinos con la idea que esta es música sólo para gente de la tercera edad y no muestran interés de motivar su gusto en los jóvenes como sucede con la música anglosajona (La Inolvidable y Felicidad) (5).

A diferencia de los Cazadores de Tesoros, no se busca una puesta en valor del recuerdo, solo atosigar y acelerar su extinción. De seguir así, lograrán que el Bolero deje de escucharse con la muerte física del último de sus contemporáneos. Parece tema de una novela de ficción, pero tal y como se enfoca el asunto aquí, muy probablemente ocurrirá así.

Qué lástima.

Referencias:

(1) Por ello que suelo marginar la década de los 80’s porque produjo música con otra orientación, constituyendo otra historia que alguna vez tendrá alguien que se encargue de evaluarla y justificarla por lo que se hizo durante ella.

(2) A Dios gracias que a la fecha, se está dando un fenómeno que se autodenomina INDIGNADOS tanto en Europa como en los Estados Unidos. Es probable -y ojala así fuera- que éste movimiento encuentre su combustible nuevamente en el arte musical. Quizás, sería el comienzo otra vez de todo.

(3) También se abre paso como contenido de series de televisión. La más importante hoy por hoy: Glee.

(4) Que se agrava con la escasa circulación de revistas especializadas.

(5) Un caso excepcional (hasta patético) es el de Radio Mar Plus que pasa, como si fueran actuales, temas de los 80’s pertenecientes a la onda de la Salsa Sensual muy en boga aquellos años. Incluso forman parte de sus rankings de éxitos. El problema ahí es que no se atreven a poner material nuevo que vaya más allá de los patrones de la Salsa tal y como se ha conocido siempre en el Perú.

Notas:


Jackson Brown
The Load Out Stay son dos canciones contenidas en el álbum Running on Empty de Jackson Brown, año 1977. La primera escrita por él; mientras que la segunda es un cover de un clásico del año 1960, escrito por Maurice WilliamsThe Load Out es el surco número 9 del álbum; Stay, el surco número 10, pero siempre han sido tocadas (o pinchadas) juntas como un mix y así han trascendido la barrera de los recuerdos y así es como la interpreta Jackson Browne en vivo.

La versión que Ustedes escuchan es una presentación hecha en Londres en 1978.

Las dos canciones del álbum Running on Empty se grabaron originalmente también en vivo, pero en el año 1977, en el Merriweather Post Pavillion - Columbia, estado de Maryland (EE.UU.).

The Load Out hace referencia al ambiente  que existe luego de acabar un concierto, a los trabajos de desarmado del escenario, las luces, el equipo de sonido; al traslado y transporte de un lugar a otro de todo ello. Descripción que se hace desde la perspectiva de un músico, que solo siente estar vivo cuando está tocando, momento que no quiere que termine nunca.

Stay, por su parte, se refiere a las ganas de no acabar con el show, no obstante el músico recibe la orden de su mánager de hacerlo. Se queda y le da una canción más a su público. Es una suerte de homenaje al Bis, esto es, a la canción que se canta a pedido del público luego de concluir la presentación y cuando el artista o la banda ya se habían retirado.

El contenido de esas letras es lo que motivó a Jackson Browne a interpretarlas juntas, puesto que se complementan.

Estas dos canciones, además, bien pueden ser una suerte de Declaración de Principios de la música del recuerdo, la que, por más que la tecnología haya avanzado desde que muchos de los discos que la integran se grabaron en condiciones primitivas, mantiene aún vigencia no solo en la mente y recuerdo de sus contemporáneos sino también en la de muchos jóvenes de los cuales ni sus padres habían nacido cuando por primera vez fueron tocadas en la radio.

La afición y difusión de música del recuerdo u Oldies no tiene como finalidad desplazar lo contemporáneo ni reciclarla como nueva. Su finalidad es servir de inspiración para mejorar algo que indiscutiblemente anda mal. Es el segundo Renacimiento al que se somete la cultura universal.

Frank Fritz y Mike Wolfe 

Tema musical:
The Load Out/Stay: Jackson Brown-BBC In Concert Live At Shepherd’s Bush Teather-Londres 1978.
Para más información sobre éste tema ir a: Fichero de canciones

MAX MARRUFFO S.

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