miércoles, 2 de noviembre de 2011

EL DULCE SEÑOR: GEORGE HARRISON

 Escucha mientras lees

A diez años de su partida.
George Harrison durante la filmación de la película Help!
Esta fotografía forma parte de la tapa (carátula) del libro
 GEORGE HARRISON: LIVING IN THE MATERIAL WORLD
escrito por la viuda de George, Olivia Arias.
Quizá el destino siempre quiso que George Harrison mantenga un perfil bajo. Su muerte misma -29 de noviembre de 2001- no tuvo un marco melodramático como la de otros héroes del rock’n’roll (Hendrix, Joplin, Jones, Morrison, Bonham, Lennon, etc.). Como cualquier persona común y corriente envejeció, enfermó y murió. Pero, como ocurre con un amigo querido, su desaparición nos llenó de honda tristeza.

Y de hecho, esto es lo que George siempre buscó y agradeció, el respeto y la admiración moderada y franca, no el fanatismo irracional y cómplice. Por ello, el haber muerto por causas naturales no le debe haber desagradado en lo absoluto. El haber sido considerado el beatle de atrás, menos.

Desde su lecho de muerte, a través de Olivia -su mujer- transmitió a sus seguidores un mensaje de despedida sin grandilocuencias ni aspavientos: “Amaos los unos a los otros” el mensaje cristiano válido también para la fe que profesó con fervor, la fe en Krishna.

De haber muerto por una sobredosis, acribillado a balazos o asfixiado con su vómito luego de una borrachera, difícilmente hubiera podido decir algo con sentido, algo que trascienda, que nos llene y que nos permita darnos cuenta lo grande que fue.

Harrison era una persona muy inteligente, observadora, reflexiva, caustica, profundamente espiritual y de muy buen sentido del humor.

Sin él, la música de The Beatles hubiera tenido otra suerte. Es harto probable que él supiera y fuera consiente del valor de su aportación. Por ello nunca le molestó el protagonismo de sus compañeros. Sabía quién era.

En la segunda etapa del cuarteto, sus canciones tuvieron la sensibilidad que iban perdiendo las de John y Paul enfrascados en su lucha de egos.

Su creatividad permitió para la música pop abrir rutas de experimentación con sonidos del mundo.

Hoy, que la posibilidad de ver reunido nuevamente al mejor grupo de rock’n’roll de todos los tiempos es naturalmente nula, entre los beatlemaníacos se viene dando una suerte de revisión al mensaje, a la música, al fenómeno, pues la historia casi terminó. No queda mucho por esperar.

Y esta revisión concluye siempre resaltando la figura de George Harrison, rescatándola, trayéndola hacia el frente, alineándola con las de Lennon y McCartney, ya no más dejándola detrás de ellos.

Algo de esto se materializa en las palabras de David Aames (Tom Cruise) el personaje principal de la película Vanilla Sky. Tras reflexionar sobre su grupo musical preferido termina confesando un secreto: "siempre mi favorito fue George".

Del mismo modo, en I am Sam película con Seam Penn y Michelle Pfeiffer. Sam Dawson (Penn), que adolece de retardo mental, con el propósito de alentar a la desesperanzada abogada  que patrocina su causa (Pfeiffer), le cuenta que George siempre se quejaba que no sabía escribir canciones y concluye: "pero terminó escribiendo Here Comes the Sun". Ella le responde: "¿Sabes? A mí siempre me gustó George".

Hoy, a mis 49 años, beatlemanìaco desde los 11, ya cónyuge y padre, en que mis alardes de revolucionario no han cejado pero si se han moderado, también digo: "Mi beatle favorito es George".

“Los Beatles no volverán a tocar juntos mientras John siga muerto”
George Harrison

The Beatles: "I'm Happy Just To Dance Whit You"

George Harrison, Eric Clapton y otros: "While my Guitar Gently Weep"

Presentación de Paul McCartney en Lima (09-05-11).
Una de las canciones más aplaudidas y acompañadas
por el público fue esta, Something, de George Harrison,
donde Paul pone mucho corazón.


VER VÍNCULOS RELACIONADOS:




Soundtrack:

You: George Harrison (1975)

Para más información sobre este tema leer Fichero de Canciones

MAX MARRUFFO S. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario