viernes, 1 de junio de 2012

EL ESCÁNDALO WATERGATE ( I )

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El 17 de junio, se cumplen cuarenta años del hecho que originó el más grande escándalo político que remeció a los Estados Unidos de Norteamérica y que llevó a Richard Nixon, trigésimo sétimo presidente de ese país, a convertirse en el primero que renunció a su mandato. Esta es una serie de artículos que describen de manera sucinta esa historia.

Para Mario I. Leon G., compañero de aulas universitarias,
colega y sobre todo gran amigo personal.


De aquel estanque de aguas frías y turbias,  imagen con la que se puede representar el mundo de la política interna de los Estados Unidos, afloró una muestra de su contenido, tan hedionda que asfixió por mucho tiempo a los norteamericanos:

Cinco hombres, uno de los cuales afirma ser ex miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), fueron detenidos ayer a las 2.30 de la madrugada cuando intentaban llevar a cabo lo que las autoridades han descrito como un plan bien elaborado para colocar aparatos de escucha en las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata en esta ciudad...
-Washington Post, domingo 18 de junio de 1972-

Con  este párrafo, el diario Washington Post iniciaba la cobertura informativa de lo que la historia conocería como el “Escándalo Watergate” o simplemente “Watergate”, escándalo de naturaleza política que involucró a personajes allegados al Comité de Reelección del Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, al Partido Republicano, a altos funcionarios del gobierno y al Presidente mismo, motivando su dimisión en 1974.

Complejo arquitectónico Watergate, Washington D.C.
Antecedentes

En la madrugada del 17 de junio de 1972, Bernard L. Barker, Virgilio R. Gonzales, Eugenio R. Martinez, Frank A. Sturgis y  James W. McCord Jr. fueron sorprendidos e intervenidos por agentes de la policía metropolitana de la ciudad de Washington DC al interior del número 214 del sexto piso del complejo de oficinas del Watergate (1) incautándoseles cámaras fotográficas, micrófonos y otros materiales electrónicos para escucha de conversaciones privadas, además de dinero en efectivo. El local que estos sujetos habían allanado era el Cuartel General del Partido Demócrata*.

Era época de campaña electoral.

En los primeros días después de las detenciones, a nadie le quedaba claro qué significado tenía el hecho.

¿Había sido un intento de robo, un sabotaje?

¿Quién, además de los intervenidos, podía estar detrás de todo esto?

¿Qué información buscaban los delincuentes o para qué ingresaron clandestinamente a dicho local?

Nada estaba claro.

Los cinco asaltantes del Watergate. De izquierda a derecha: James W. McCord,
 Jr., Virgilio R. Gonzales, Frank A. Sturgis, Eugenio R. Martinez y Bernard L. Barker
Cuatro de los intervenidos eran exiliados cubanos, el quinto, James W. McCord, era un ex agente de la CIA (Servicio Central de Inteligencia de los EE. UU.) (2).

De no haber sido por la sagacidad de algunos miembros de la prensa escrita capitalina, el hecho no habría dejado de ser contemplado como una aventura extravagante o rocambolesca de agitadores políticos con interés de perturbar el proceso electoral que se encontraba, por aquellos días, en las disputas por las candidaturas de cada partido (las Primarias).

La magnitud o trascendencia real del hecho fue conocida gracias a la información obtenida por periodistas como Robert Woodward y Carl Berstein, reporteros del diario Washington Post y Walter Rugaber del New York Times (3).

Algunos de los cinco sujetos estaban vinculados con miembros del equipo del CRP (Comité para la Reelección del Presidente Nixon).  James W. McCord trabajaba para el CRP. Él y algunos de los cubanos estaban vinculados con consejeros presidenciales. El dinero que se les encontró en su poder provenía de los fondos destinados a la campaña electoral releccionaria de Richard Nixon, Presidente de los Estados Unidos desde 1968 y miembro del Partido Republicano (4).

Los periodistas, siguiendo los rastros del dinero como hilo conductor, hallaron una serie de vinculaciones personales y hechos conexos que en un primer momento dudaron en creer.

Richard Nixon, trigésimo sétimo Presidente de los Estados Unidos (1968 - 1974)
El hilo conductor. Vinculaciones y conexiones
Cuando se llevó a cabo la intervención domiciliaria en las casas de los “ladrones del Watergate” como parte de las investigaciones preliminares, la policía encontró agendas telefónicas donde aparecía el nombre de un tal Mr. Hunt seguido de las abreviaturas W.H. o con la frase W. House. También se encontró un cheque girado por Howard Hunt a la orden de un restaurant para el pago de una cena.

Howard Hunt
(1918 - 2007)
E. Howard Hunt, Jr. resultó ser un consejero político de la Casa Blanca.

Las iniciales W.H. o la frase W. House se referían a la White House (Casa Blanca) cede de la residencia del Presidente de los Estados Unidos en Washington DC.

Howard Hunt se encontraba bajo las órdenes de Charles W. Colson en aquella época consejero especial del Presidente, descrito por la gente allegada al poder como el hombre fuerte de la Casa Blanca.

No obstante todo esto y que James W. McCord era un ejecutivo del CRP, nadie, ni los mismos periodistas se atrevían a pensar, hasta ese momento, que la Casa Blanca y su principal ocupante estaban vinculados con los hechos del Watergate. Simplemente se lanzaban las informaciones describiendo las vinculaciones sin siquiera mencionar responsabilidades de altos funcionarios o del propio Presidente:

Uno de los hombres arrestados en la madrugada del sábado al interior de la sede del Comité Nacional Demócrata es el Coordinador de Seguridad contratado por el Comité de Reelección del Presidente Nixon...
-Washington Post, lunes 19 de junio de 1972-

La Casa Blanca en Washington D.C., sede de la residencia oficial del
 Presidente de los Estados Unidos
El que los periodistas hayan sido reacios, en un primer momento, de creer que el asunto implicaba a personajes en la cúpula del poder, puede explicarse por la forma tan burda como se efectuó la operación de allanamiento (1). La página web del Washington Post hoy describe el hecho como “Un crimen curioso”. El escritor Norman Mailer, en su libro Pieces (Fragmentos), año 1983, lo analiza y califica como “Una operación de espionaje de mayor alcance en la historia de la política interna de los Estados Unidos pero realizado por el peor equipo de espías”. Para dicho autor fue un buen ejemplo de novatez o estupidez (2).

Sin embargo, nuevos datos pondrían sobre aviso a los reporteros del Washington Post, Woodward y Berstein. Se había descubierto que días antes y días después del allanamiento, desde las oficinas de Bernard L. Barker (3) -otro de los   detenidos el 17 de junio- se efectuaron cerca de 15 llamadas telefónicas al CRP. Además, que a favor de Barker se habían extendidos cinco cheques cuyo monto total era de 114,000 dólares. Uno de 25,000 dólares estaba girado por un sujeto de nombre Kenneth H. Dahlberg, quien resulto haber sido el encargado de recolectar fondos para la campaña presidencial de Nixon en 1968 en parte del territorio de la unión (4).

John N. Mitchell
(1913 - 1988)
Sorprendidos por tantas coincidencias el dúo “Woodstein”  (5) decide ahondar las investigaciones y una de sus fuentes les hace recapacitar en el sentido que se encontraban ante un hecho mayúsculo que involucraba no solo a consejeros presidenciales sino también al Presidente, conocido por su afán de intriga y por su inclinación al “juego sucio” en política.

Pese a la desvinculación inmediata que hizo el Director Nacional de Campaña del CRP, John N. Mitchell (6), respecto del asalto a las oficinas de los demócratas, y las declaraciones del mismo Nixon en el sentido que el hecho era uno de poca importancia, el escándalo Watergate iría germinando, brotando. 

Definitivamente el dinero involucrado en la operación sería el hilo conductor para “destapar la olla”.

un cheque por $25,000, aparentemente destinado a la campaña de reelección del Presidente Nixon, fue depositado en el mes de abril en una cuenta bancaria de uno de los cinco hombres arrestados por el allanamiento de la sede Nacional del Partido Demócrata en esta ciudad...
-Washington Post, martes 1 de agosto de 1972-

Referencias:

Antecedentes

(1) Ubicado en el 2600 de Virginia Ave., barrio de Foggy Bottom, de Washington D.C. Forma parte de un conjunto de edificaciones (complejo arquitectónico) denominado Watergate que además de un hotel y edificios de oficinas alberga edificios de departamentos, caracterizados por un diseño futurista, de líneas serpenteantes. Asentado en un terreno de 40,000 m2 su construcción comenzó en 1963 y concluyó en 1971. Por lo general ha sido habitado por funcionarios de la administración pública americana.


(*) N.E.: Lo cierto es que, antes, el día 28 de mayo de 1972, el cuartel general del Partido Demócrata en uno de los edificios del complejo Watergate, había sido visitado por espías que colocaron aparatos de escucha telefónica y micrófonos. La incursión del 17 de junio, tenía como finalidad cambiar uno defectuoso y verificar la existencia de nuevos documentos.


(2) En realidad los otros detenidos también habían trabajado o colaborado con la CIA, pero a diferencia de ellos, McCord era un agente del servicio.


(3) Es necesario señalar que hubieron otros diarios que aportaron informaciones importantes que permitió al pueblo norteamericano y al resto del mundo conocer la verdad, pero el Washington Post y el New York Times destacaron gracias a la cantidad de fuentes que contaban al interior del FBI, la CIA, el Gobierno, la Casa Blanca, el Congreso, el Poder Judicial y la Fiscalía.


(4) Richard Milhous Nixon fue miembro del Congreso de los Estados Unidos desde 1946. En 1952, siendo senador, fue convocado por el entonces Presidente Eisenhower a formar parte de su plancha electoral como Vicepresidente, cargo que ejerció hasta que en 1960 fue electo candidato presidencial por el Partido Republicano para las justas electorales de ese año rivalizando con el candidato del Partido Demócrata, John F. Kennedy. Este último fue electo Presidente por un escaso margen de votos que anidó en la mente de Nixon la idea que la presidencia le había sido “robada”. En 1962, se presentó como candidato de los republicanos a las elecciones para la gobernatura del Estado de California, siendo derrotado, por el también demócrata Edmund G. Brown. Fue la génesis de su aversión al Partido Demócrata. No obstante se le consideraba un “cadáver político” se presentó en las elecciones generales de 1968. La situación reinante en la sociedad americana causada por el rechazo a la guerra de Vietnam, los conflictos raciales y la violencia política había dañado seriamente la imagen de los demócratas, situación a la que Nixon aprovechó en describir como un descontrol al que nunca se había sometido a los Estados Unidos. Este ambiente, contrario a todo pronóstico facilitó la llegada al poder del Partido Republicano en la persona de Richard Nixon, ayudado, además, por la acefalía dejada entre los demócratas tras el asesinato de su candidato Robert Kennedy.


El hilo conductor. Vinculaciones y conexiones


(1) Los cinco detenidos estaban impecablemente vestidos con traje y corbata, tenían sus manos cubiertas con guantes de látex utilizados para cirugía. Por sus antecedentes estas personas eran fácilmente rastreables. Estaban hospedados en el mismo hotel desde varios días antes. Algunos habían cometido sustracciones de información dentro de las habitaciones de representantes, miembros y abogados del Partido Demócrata hospedados en Watergate con ocasión de  la realización de una convención de ese partido. El dinero que llevaban cada uno tenía el número de serie continuo, lo que hacía ver que habían sido pagados por la misma persona. Para la policía no fue difícil hallar las agendas conteniendo el teléfono y la posible dirección (en la Casa Blanca) de Howard Hunt. James McCord, el día que fue interrogado por el Juez sin necesidad de ser presionado confesó espontáneamente ser agente de seguridad y haber trabajado para la CIA.


(2) En su obra, Norman Mailer deja entrever que lo del Watergate tuvo como finalidad desprestigiar a Nixon y su gobierno. Mailer era un ferviente opositor a Nixon y a su política dura.


(3) Bernard L. Barker era un anticomunista confeso, domiciliado en Miami, dedicado al negocio inmobiliario con oficinas en el mismo Miami, de donde se hicieron las 15 llamadas telefónicas. En los primeros días de su detención por la incursión en el Watergate, se recepcionó información que Barker había intentado conseguir los planos del local donde, en el mes de mayo del 72, se iba a efectuar la Convención Demócrata en Miami, a efectos de conocer el sistema de aire acondicionado.


(4) Kenneth H. Dahlberg le confió a Robert Woodward que el cheque se lo había entregado a Maurice H. Stans, Director de Finanzas del CRP, ex Secretario de Comercio (para nosotros, Ministro de Comercio).


(5) Nombre que se les dio, en conjunto, a Robert Woodward y Carl Berstein.


(6) John N. Mitchell había sido Fiscal General durante el mandato de Richard Nixon. El cargo de Fiscal General es el equivalente del Ministro de Justicia para nosotros.

Randy Newman
- La canción Mr. President (Have Pity On the Working) fue escrita por Randy Newman y apareció como parte de su quinto álbum titulado Good Old Boys que fue lanzado a la venta el 10 de setiembre de 1974 bajo la etiqueta de Reprise Records. En general, los temas del álbum tratan temas sociales desde el punto de vista de un habitante del Sur de los Estados Unidos pero con letras ingeniosas y mordaces. En Mr. President (Have Pity On the Working) se hace referencia a la crisis económica que venía afectando a los Estados Unidos desde inicio de los 70's con su secuela de desempleo y escasez. El presidente a quien se dirige no es otro que Richard Nixon: "Hemos hecho todo lo que nos pediste, pero cada vez se hace más difícil ganarse la vida, Sr. Presidente tenga piedad del trabajador, no pedimos que nos quiera, puede Ud. sentirse por encima nuestro, pero Sr. Presidente tenga piedad del trabajador...tal vez ha engañado, tal vez ha mentido, tal vez ha perdido su conciencia, tal vez está pensando sólo en sus propios problemas, demasiado tarde para correr, demasiado tarde para llorar, ha llegado el momento de decir adiós, tenga piedad del trabajador".

Randy Newman además de su carrera dentro del mundo de la música pop ha resaltado como compositor de bandas sonoras para películas. A él le pertenecen, entre otras, la banda sonora de Toy Story 1, 2, 3; Bichos; Monsters Inc. y Monsters Unversitary; Cars; La Princesa y la Rana, etc.

Ha sido  nominado en más de veinte ocasiones al premio Grammy, forma parte del salón de la Fama de los Compositores y del salón de la Fama del Rock & Roll; forma parte de la Leyendas Disney entre otros reconocimientos.

Richard Nixon renuncio a la presidencia de los Estados Unidos un mes antes de la aparición del álbum Good Old Boys.

Mr. President (Have Pity On the Working) formó parte de la banda sonora de la película Forrest Gump, año 1994, Paramount Pictures, dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks.
Soundtrack:
Mr. President (Have Pity On the Working): Randy Newman (Good Old Boys) - 1974. 

Ver Cap. II III - IV - Final - Pag. Principal

Ver Richard Nixon. La entrevista final.

Este post fue reeditado el 12 - 06 - 2014

MAX MARRUFFO S.

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