jueves, 25 de octubre de 2012

50 AÑOS DE LA CRISIS DE LOS MISILES. LAS DOS SEMANAS EN QUE LA HUMANIDAD CONTUVO EL ALIENTO

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En la última quincena del mes de octubre del año 1962, las entonces dos potencias militares que dividieron el mundo en dos bloques tras la Segunda Guerra Mundial: los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (U.R.S.S.), se vieron enfrentados ante la posibilidad de tener que apretar el botón una contra la otra, desatando el que hubiera sido el último conflicto bélico que conocería la humanidad antes de su destrucción total. La razón de la potencial sangría atómica se encontraba en una pequeña isla al sur del estrecho de la Florida en la costa este de la unión americana: Cuba.
En ese período de dos semanas, una y otra, desplegaron toda su habilidad de disuasión, mientras que la adrenalina que corría por las venas de un joven Fidel Castro, constituido en jefe militar supremo de la revolución que lo llevó al poder en Cuba, le incitaba prestarse al juego de Nikita krushchev, para hincar de rodillas a su poderoso vecino, constituyendo el acto más estúpido de su dilatada vida política.
La llamada Crisis de los Misiles sería tal vez el  momento más álgido de la Guerra Fría y fue producto de una serie de exabruptos, decisiones apresuradas, malos entendidos, arrogancia y prepotencia.
A poco de concluir la Segunda Guerra (1939-1945), Estados Unidos planteó una política por la cual establecería un área de influencia entre países de Europa afectados por aquel conflicto a fin de impedir el avance del comunismo más allá de las fronteras de Rusia.
Es sabido que durante la Segunda Guerra, Stalin y los oficiales del Ejército Rojo, a la par de diseñar una estrategia que les permitiera liberar el territorio ruso de las hordas nazis, planificaron, paralelamente, apoyar a los partidos comunistas de las destrozadas naciones a efectos que capturen el poder y de esa manera levantar una suerte de cortina de hierro que impidiera, en el futuro, un nuevo intento de invasión y sometimiento del pueblo ruso por parte de Alemania o cualquier otra potencia. La experiencia les había enseñado que muchas naciones cercanas o con fronteras con Rusia no tuvieron dificultad para someterse fácilmente o prestar apoyo  voluntario al ejército alemán. Al fin y al cabo, los alemanes eran anticomunistas y su ataque no fue únicamente con afán de conquistar territorio, sino, acabar con el comunismo.
Una vez que Rusia desplegó el contraataque que permitió erradicar a los alemanes de su territorio, en su avance el Ejército Rojo tomó el control de cada uno de los países vecinos, con los que más adelante constituiría el llamado Pacto de Varosvia.
Rusia siempre tuvo la idea que los otros países aliados, Inglaterra y los Estados Unidos, hubieran deseado que Hitler se haga del control del territorio ruso a efecto de negociar una paz que garantice el aniquilamiento del comunismo a la vez que saciaban las ansias de expansión alemana.
La respuesta estadounidense a la actitud rusa fue llamada Política de Contención, que sería complementada posteriormente con el Plan Marshall (1947), el cual aseguraba la lealtad de los países de la Europa Occidental mediante ayuda para la reorganización de sus economías, afianzando el sistema capitalista.
Había comenzado lo que luego se denominaría Guerra Fría (1).
Por un lado teníamos a los Estados Unidos interesado en mantener su estatus de potencia militar y económica lo que le permitía a la vez garantizar la subsistencia del sistema capitalista; y por el otro, a Rusia, interesado en expandir el comunismo por todo el mundo, sea a base del convencimiento o la fuerza.
Este juego de influencias y lealtades en un primer momento se desató en la vieja y adolorida Europa para luego diseminarse por todo el mundo.
En el caso de América Latina que por su ubicación geográfica estuvo muy alejada de la conflagración mundial, los problemas eran de otro tipo. No se trataba de una economía desbastada por la guerra, pero la idiosincrasia de sus pueblos, para la primera mitad del siglo XX, la presentaba como una zona política y económicamente inestable, bocado apetitoso en un nuevo mundo que se dividía en dos bloques.
Para el momento en que América Latina comenzó a ser objeto de atención por parte de uno y otro bando, en el plano militar ya se había dado una suerte de equilibrio entre EE.UU. y la U.R.S.S. En agosto de 1949, Rusia había efectuado su primera prueba atómica con éxito. Los rojos ya tenían su bomba atómica. El apoyo ofrecido por los estadounidenses se extendería, a partir de ese momento, también al terreno militar.
El inicio de la década de los 50’s trajo nuevos actores en la escena de la política internacional y a la vez nuevas realidades. Muerto Stalin, es reemplazado, tras una suerte de golpe al interior del Partido Comunista, por Nikita Krushchev; Dwight Eisnehower llega a la presidencia de los Estados Unidos, y entre su personal trasciende John Foster Dulles, quien promueve la tesis del uso de armas nucleares contra cualquier enemigo de los Estados Unidos, ante cualquier ataque a sus intereses, en cualquier parte del mundo. Los Estados Unidos habían desarrollado un potencial bélico que posibilitaba llevar la idea de Foster Dulles al plano práctico. La U.R.S.S. no se había quedado atrás. La idea clásica de lo que era una guerra había quedado en el pasado. El poder destructor de nuevas armas en manos de estas dos potencias podía partir la tierra literalmente en pedazos.
Dwight Eisenhower
Se había dado inicio a una carrera armamentista, y a la vez, surgido la necesidad de conseguir colocar estas armas en lugares estratégicos.
De la pugna ideológica se había saltado a la pugna estratégico-militar.
A mediados de esa década, la isla caribeña de Cuba venía enfrentando un conflicto interno entre la tropas del dictador Fulgencio Batista y la guerrilla, de cariz izquierdista, constituida por jóvenes barbados al mando del abogado Fidel Castro Ruz, que tenía como finalidad derrocarlo y capturar el poder a efecto de reorganizar el Estado, moralizar la administración pública y dar solución a los problemas económicos y sociales de una población sumida en la pobreza no obstante su territorio era la sede de un millonario emporio empresarial turístico para las clases acomodadas de los Estados Unidos, país del cual distaba tan solo a 130 Km. (una distancia similar entre Lima e Ica).
En los campos de Cuba, se habían instalado grandes empresas agrícolas que acaparaban el mercado de las  frutas para el consumo estadounidense, como también refinerías de petróleo que abastecían las gasolineras del gran vecino. Nada o muy poco de ello revertía a favor del pueblo cubano. La revolución que estalló el 26 de julio de 1955, tenía como finalidad hacer que Cuba y su pueblo recupere la dignidad a través de la reivindicación de sus fuentes de riqueza.
La primera semana de enero de 1959, la guerrilla de Fidel Castro ocupa la ciudad de Santiago de Cuba, instala un gobierno de consenso a cargo de Manuel Urrutia León y a la vez inicia una depuración (fusilamiento) de criminales de guerra y colaboradores desapareciendo todo vestigio del régimen de Batista.
El 17 de enero se da inicio a la reforma agraria que implicó la expropiación de enormes áreas de terreno perteneciente a empresas estadounidenses y de la oligarquía cubana para ser entregadas al pueblo. Este primer acto del gobierno revolucionario fue el que dio origen a la escalada que terminaría con la crisis de los misiles.
La guerra fría estaba en pleno apogeo, había llegado al paroxismo y la paranoia. En los Estados Unidos se había dado inicio a la tristemente célebre caza de brujas; cualquier discurso o actitud de corte revolucionario era visto por el Partido Republicano, encaramado en el poder a través de Eisenhower, como una actitud pro-comunista o simplemente comunista. Por ello, a la administración Eisenhower no le agradó Fidel Castro y su revolución, no obstante, reconoció al gobierno de Manuel Urrutia León.
Fidel Castro
La antipatía de Eisenhower hacia Fidel Castro lo llevó a desairar al líder caribeño cuando este llegó a Nueva York para dar un discurso ante la ONU, excusándose de estar muy ocupado para poder recibirlo personalmente. Quien sí recibió personalmente a Castro fue Nikita Krushchev, quien aprovechó la ocasión para ofrecerle, muy convenientemente, ayuda a su pueblo.
A pesar que en un primer momento cuba tuvo la intención de reconocer un justiprecio por las expropiaciones hechas a las corporaciones norteamericanas en la reforma agraria, estas fueron rechazadas por los Estados Unidos, quien como respuesta decretó el recorte en un 95% de la cuota azucarera que el país del norte adquiría a Cuba.
La principal riqueza cubana radicaba en los cañaverales de azúcar de la isla. La reacción norteamericana implicaba un duro golpe para su economía. El gobierno revolucionario endureció su política de expropiaciones afectando otros negocios o intereses yanquis. Del recorte de la cuota azucarera, los Estados Unidos pasaron al embargo económico contra la isla.
Nikita Krushchev
Rusia ofreció a Cuba la venta de crudo de petróleo, a través de un sistema de créditos, por un precio cómodo que despertó el interés del nuevo régimen. De inmediato, las refinerías asentadas en suelo cubano, propiedad de norteamericanos, dieron a conocer que no refinarían petróleo ruso. Castro respondió expropiando todas la refinerías extranjeras, sean o no estadounidenses.
Eisenhower dispuso que la CIA prepare un ataque a la isla para derrocar a Fidel Castro y compañía mientras se efectuaban actos de sabotaje para socavar el ánimo del pueblo cubano y a la vez despertar la antipatía contra la revolución cubana. Estos actos de sabotaje consistían en la provocación de incendios en los cañaverales de azúcar, que como se ha indicado, constituían la fuente de ingreso más importante de Cuba.
Se comenzó a gestar el intento de invasión que la historia conocería con el nombre de “Invasión de la Bahía de Cochinos”. Era el año de 1960.
El abrazo del oso. Krushchev recibe a Castro
Por su lado, Nikita Krushchev da un discurso ante el Politburó del Partido Comunista en Moscú y termina dando vivas al glorioso pueblo de Cuba y a su líder Fidel Castro. Krushchev hábilmente seducía a Castro, mientras que Eisenhower lo aporreaba. Pronto el militar estadounidense haría pagar caro a su país por sus exabruptos.
Cabe mencionar que si bien la revolución cubana tenía un matiz de izquierda, el gobierno de Manuel Urrutia León podía ser considerado un gobierno de múltiple tendencias, y aunque en el papel Castro fuera el que gobernaba, hasta ese momento nada permitía llamar a dicha revolución una revolución de corte comunista.
Estando ya en la presidencia de los Estados Unidos John F. Kennedy (1961), llegó el momento de proceder a la invasión gestada en el gobierno de Eisenhower.
Durante un par de años, grupos de exiliados cubanos fueron adiestrados militarmente en Centroamérica. Ellos serían los encargados de invadir Cuba, habiéndose previsto, en un primer momento, un apoyo aéreo norteamericano.
Poco antes de ejecutarse el ataque, Kennedy comunicó al mundo que su país no intentaría invasión alguna contra la isla, sin embargo, unos cuantos aviones norteamericanos, camuflados como aviones cubanos, invadieron espacio aéreo de Cuba y efectuaron un bombardeo contra algunas bases aéreas dañando unos cuantos aviones y matando algunos civiles. Era el día 15 de abril de 1961. Había comenzado la operación Bahía de Cochinos.
John F. Kennedy
Al día siguiente, Fidel Castro dirigiéndose al pueblo cubano dijo “los imperialistas no nos perdonan que estemos aquí, y que hayamos establecido una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos”. Fidel Castro declaraba así que la revolución cubana era una revolución comunista, de paso pedía ayuda a la Unión Soviética.
Tremenda realidad no podía ser permitida por los Estados Unidos. Cuba, una pequeña isla a escasos kilómetros de distancia de sus costas implicaba un peligro para su sistema, y a la vez, un peligroso ejemplo que podía cundir en el resto de América Latina.
Irregulares capturados
El 17 de abril se produce el desembarco de los irregulares en la Bahía de Cochinos. Inicialmente estaba programado que aviones estadounidenses los apoyen con bombardeos, sin embargo, Kennedy había cancelado esta posibilidad en el último minuto. La milicia de la isla pensó que se trataba de una invasión generalizada por lo que recurrió a todo su potencial bélico proporcionado por Rusia. La invasión fue un fracaso y los irregulares fueron derrotados en unas cuantas horas.
Castro había obtenido una victoria política enorme, y a la vez, humillado a su poderoso vecino, quien, no obstante, radicalizaría los intentos de desaparecerlo del poder.
En una actitud matonesca, poco práctica o carente de habilidad política, en la primera mitad de 1962 los Estados Unidos llevan adelante un ejercicio de maniobras militares, con todo su potencial bélico, simulando una invasión a una isla del Caribe. El mensaje no podía ser más claro y así lo recibieron los líderes cubanos, quienes pidieron ayuda a Rusia temiendo esta vez un ataque abiertamente norteamericano.
Por ese entonces, los militares soviéticos, si bien confiaban en la calidad de sus armas nucleares, eran consientes que estas no estaban preparadas para efectuar un ataque a grandes distancias, por lo que su preocupación se centraba en establecer puntos de despegue de sus cohetes que posibiliten un golpe certero a sus potenciales enemigos de la OTAN, el tratado que congregaba a todos los países de Europa alineados con los Estados Unidos. La situación presentada en Cuba, más la actitud prepotente de los Estados Unidos, inesperadamente les dio a los soviéticos la posibilidad de colocar sus misiles a solo unos pasos de distancia de su gran y mayor enemigo. Krushchev le propuso a Fidel Castro la implementación de rampas de despegue de cohetes con cabezas nucleares en el suelo cubano con el fin de disuadir a los Estados Unidos de una invasión a la isla.
Lo cierto es que Rusia había tomado conocimiento, por aquellos días, que los Estados Unidos habían colocado misiles nucleares en Turquía, muy cerca del suelo ruso, y lo de Cuba se le presentaba muy oportunamente para equilibrar la balanza.
Fidel Castro cayó en el juego estratégico y aceptó diciendo: “si los rusos están dispuestos a entrar en una guerra por nosotros, si están dispuestos a morir por nosotros, sería un acto inmoral, un acto cobarde, no permitir la construcción de aquellas rampas en nuestro territorio”.
Sin perder tiempo, Rusia comienza a enviar barcos debidamente camuflados transportando misiles y material para la construcción de rampas de despegue de cohetes de corto y mediano alcance, además de personal militar capacitado para ello. Más de 40,000 soldados rusos fueron trasladados al territorio de Cuba.
En una actitud poco entendible, todo el material que iba siendo descargado de los barcos era dejado a la vista y paciencia de las personas en las cercanías de los puertos, como queriendo que los estadounidenses se enteraran, a través de sus agentes de inteligencia, de lo que estaba sucediendo.
La CIA pronto informó al gobierno norteamericano que se sospechaba de la presencia de militares rusos en Cuba como también de armas ofensivas de alto poder. Este primer reporte fue desestimado por la administración de John F. Kennedy.


El día 14 de octubre de 1962, un avión U-2 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobrevoló la isla de Cuba y tomó fotografías de lo que aparentemente eran bases con rampas de despegue de misiles nucleares. El día 16, las fotografías fueron mostradas al Presidente, quien inmediatamente convocó a sus asesores a una reunión de emergencia.
Para la dirigencia norteamericana no se trataba de armamento disuasivo, sino, ofensivo, que destruiría gran parte de su territorio. Se había dado inicio a la crisis de los misiles, aunque por ahora, la situación sólo era conocida por el gobierno norteamericano, quien decidió mantener la situación en secreto.
Kennedy y asesores discutiendo qué actitud asumir
Kennedy y sus asesores discutieron largamente que paso dar ante descomunal peligro. Se planteó un ataque aéreo contra las bases de lanzamiento de los misiles o la invasión de la isla o una cuarentena o bloqueo marítimo a fin de evitar la llegada de más barcos con pertrechos nucleares a Cuba. Esta última fue la opción adoptada.
Mientras tanto, requerido el embajador de Rusia en Washington, este negó la existencia de los misiles en la isla, indicando que solo se trataba de armas de carácter disuasivo y no ofensivo.
La decisión de optar por la cuarentena o bloqueo tuvo como finalidad no agravar la situación y apresurar cualquier decisión que implique la exposición de un ataque a territorio estadounidense.
Por la cuarentena o bloqueo, la armada norteamericana detendría el avance en alta mar de cualquier nave que se dirigiera rumbo a Cuba, , sin importar su bandera, para su registro. Mientras tanto, se llevaban a cabo preparativos para una invasión a suelo cubano, si fuera necesario.
Uno de los objetivos de la cuarentena o bloqueo era persuadir a Krushchev de no quedar en evidencia ante la opinión mundial si se descubre que está enviando armamento nuclear a Cuba.
Pero había el peligro que la Unión Soviética reaccione belicosamente ante el abordaje de una de sus naves. La administración Kennedy decidió que ya era necesario comunicar a su pueblo y al mundo en general lo que venía ocurriendo, sobre todo a efecto de advertir del peligro y poner a buen recaudo a sus ciudadanos.
Se había fijado que el día 22 de octubre Kennedy se dirija a través de radio y televisión al pueblo estadounidense. Antes se le comunicaría al embajador de Rusia en Washington, que los Estados Unidos ya sabían de la existencia de misiles en suelo cubano y que tenían prueba de ello y que Krushchev debería saberlo.
A las siete de la noche del día 22, Kennedy señaló que la presencia de los misiles en Cuba ponía en grave peligro la seguridad de occidente y que la responsabilidad de lo que ocurra solo recaería en la dirigencia de la Unión Soviética.
Krushchev respondió ordenando a las fuerzas del Pacto de Varosvia, como al ejército ruso prepararse para el combate. Por su parte, las fuerzas cubanas fueron puestas en alerta máxima. Castro albergó la sospecha que Estados Unidos, a la par de invadir la isla, desataría un ataque nuclear contra Rusia.
La isla se alista para el combate
Pocas horas después del mensaje de Kennedy, Cuba quedó completamente rodeada por la armada norteamericana; mientras tanto, los navíos rusos continuaban rumbo a la isla. El Pentágono comunicó que la orden impartida a la armada era utilizar la fuerza si algún navío se negaba a ser detenido o registrado
La humanidad contuvo el aliento.
El día 24 de octubre, los navíos rusos frenaron su avance hacia Cuba, pero el hecho no significaba un retroceso en la actitud soviética. Krushchev comunicó a Kennedy que no retiraría los misiles de Cuba y que más bien estos entrarían en acción ante cualquier ataque norteamericano. Estados Unidos, por primera vez, declaraba el estado de alerta máxima en su propio territorio, paso previo para entrar en guerra.
El 25 de octubre se intercepta a un buque petrolero con el propósito de enviar un mensaje a Moscú: estamos firmes en nuestra decisión.
Ese mismo día, en la Asamblea de las Naciones Unidas se produce un cruce de palabras entre los embajadores de Estados Unidos y Rusia. Requerido el embajador ruso para que desmienta que su país había colocado misiles en Cuba, más allá de negarlo, simplemente dijo que no respondería como si fuera un reo de una corte norteamericana. Acto seguido, se procedió a mostrar a la Asamblea las fotografías tomadas por los aviones norteamericanos.
Son mostradas las fotos en la ONU
La Unión Soviética quedó en evidencia ante la comunidad internacional.
A primeras horas del día 26, Castro fue informado por parte del comando soviético que todo estaba listo para efectuar un ataque contra territorio estadounidense, sin embargo, en horas de la noche, los soviéticos darían un paso atrás.
Krushchev envió un mensaje escrito a Kennedy exigiéndole que públicamente se comprometa a no invadir Cuba a cambio de retirar a sus efectivos militares de aquella isla. Pocas horas después, siendo ya el día 27 de octubre, mejoró la oferta a favor de no llegar a una hecatombe nuclear. Le propuso a Kennedy que retire los misiles que tenían los Estados Unidos en Turquía, y a cambio, se retirarían los misiles de Cuba.
Krushchev había revelado la verdadera intención detrás el ofrecimiento que le hizo a Castro de construir una base de lanzamiento de misiles en suelo cubano.
No obstante parecía que la crisis estaba llegando a su fin, inesperadamente se le comunicó a Kennedy que un avión U-2 estadounidense había sido derribado por un misil tierra aire ruso, en circunstancias que dicha nave había violado espacio aéreo cubano.
Avión U-2 derribado por Rusia
Kennedy desplegó todos sus esfuerzos para convencer a sus asesores y militares norteamericanos para que no se responda el ataque. Quería obtener la aprobación de la OTAN, a efecto de retirar los misiles de Turquía y acabar de una vez por todas con la crisis. Ello, bien valía el sacrificio de la nave aérea.
Para Castro, el derribamiento del avión U-2, significaba un ataque inminente de los Estados Unidos a la isla. Exigió vehementemente al comando soviético que inicie ya un ataque aniquilador contra los Estados Unidos. Los soviéticos no le hicieron caso.
Manuel Marruffo B. (1) y Robert Kennedy (2) en Lima 1965
Para poner paños fríos a la situación, John y su hermano Robert Kennedy decidieron enviar un telegrama a Krushchev indicándole que estaban considerando su oferta.
Robert Kennedy efectúa una visita secreta al embajador de Rusia en Washington, comunicándole que existe un enorme malestar -de parte de los asesores del Presidente y los militares estadounidenses- debido al derribo del avión U-2, y que todos ellos exigen el bombardeo de la isla. Robert Kennedy le tira la pelota diciéndole: ¿Qué podemos hacer?
Anatoly Dobrynin
El embajador Anatoly Dobrynin le respondió: ¿Y qué pasa con Turquía?
Dando por confirmada la propuesta de Krushchev, Robert Kennedy dice: Bueno si esa la única condición que evita que lleguemos a un acuerdo, tengo autorización del Presidente Kennedy para informarle que aceptamos.
Conocido el acuerdo, Krushchev, inmediatamente en la mañana del 28 de octubre, a efecto de impedir que se esfume la última posibilidad de una solución pacífica de la crisis, aceptó las condiciones a través de un mensaje radiofónico que se difundió por todo el mundo: Moscú ordenaba el inmediato desmantelamiento de los misiles en tierras cubanas y el retorno de sus efectivos militares.
La humanidad entera podía respirar tranquila.
El único que no podía creer que todo había terminado en paz, y que se sentía indignado por lo que a su parecer era un acuerdo bochornoso y vergonzante era Fidel Castro.
En perspectiva, puede entenderse la actitud de Castro. Sólo fue un instrumento de las dos súper potencias de la Guerra Fría.
Soundtrack:
Cuba Linda (fragmento): Orq. Cuba L.A. - 1998
El dulcerito llegó: Orq. Cuba L.A. - 1998
Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polka Dot Bikini: Brian Hyland - 1960
Master of War: Bob Dylan - 1963
Referencias:
(1) Una pugna que en sus inicios fue ideológica, y en la que tanto Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) liderada por Rusia, buscarían establecer alrededor del mundo, zonas de influencia, esto es países aliados o simpatizantes con el afán de garantizar la supervivencia de sus respectivos sistemas: capitalista y comunista. Las dos potencias jamás chocaron militarmente de manera directa aunque sí lo hicieron a través del apoyo militar prestado a sus respectivos aliados.

Notas:

- “Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polka Dot Bikini” o la Chica del minúsculo bikini amarillo con bolitas negras, es una canción escrita por Paul Vance y Lee Pockriss y que fuera grabado por Brian Hyland (el mismo de Sellado con un beso) en 1960. El tema trata de la chica que no se anima a salir de la carpa con su minúsculo bikini y cuando lo hace se sienta en la arena cubierta con una manta. Cuando entra a bañarse en el mar es consiente que ha llamado la atención de los chicos y se rehúsa salir del agua aun cuando comienza a ponerse cianótica. La historia es contada por un testigo presencial a quien la quiera escuchar. El tema alcanzó la ubicación nº uno en la Billboard y el puesto ocho en el Reino Unido.

- El Bikini es un traje de baño de dos piezas que causó revuelo cuando apareció en la década de los 50’s y las mujeres dejaron de lado el traje de baño con corpiño. Fue creado por un ingeniero mecánico: Louis Réard  y estilizado en dos piezas por el diseñador Jacques Heim (ambos de Francia) en 1946. Fue tal el escándalo que una mujer luzca los senos cubiertos tan solo por un triángulo de tela, el vientre descubierto y con una pieza que recuerda una braga que en algunos países su uso fue prohibido y el Vaticano lo declaró pecaminoso. En los 60’s, estrellas de cine como Brigitte Bardot y Ursula Andress ayudaron a su uso masificado. Con el paso de los años las dos piezas de las que está compuesto fueron reduciéndose en tamaño.

- El nombre de Bikini lo tomó Louis Réard del nombre del Atolón de Bikini ubicado en el Océano Pacífico, conjunto de pequeñas islas formadas en sentido circular y que forman parte de las islas Marshall, República de las islas Marshall, donde en julio de 1946, tres días antes de dar a conocer su creación, los Estados Unidos efectuaron la primera de una serie de pruebas de estallido de bombas atómicas. Esto es, quiso dar a entender que el Bikini como prenda femenina de baño iba a resultar un tremendo bombazo, como efectivamente ocurrió.

- “Masters of War” es una canción protesta escrita por Bob Dylan y que forma parte de su segundo álbum The Freewheelin’ Bob Dylan del año 1963 en donde también se encuentran incluidos dos de sus temas clásicos, “Blowin’ in the wind” y “Corrina Corrina”. En un texto que aparecía en la presentación original, Dylan señaló:

“Creo que entre el gran número de criminales que existen, se pueden contar los que vuelven la cara cuando ven el mal y saben que es el mal. Yo no tengo más que veintiún años, y sé que ha habido demasiadas guerras. Vosotros que tenéis más de treinta, lo deberíais saber mejor que yo”.

La letra de la canción es directa y brutal, al mejor estilo del Dylan de los inicios.
Vengan señores de la guerra,
ustedes que construyen todas las armas,
ustedes que construyen los aviones de muerte,
ustedes que construyen las grandes bombas,
ustedes que se esconden detrás de paredes,
ustedes que se esconden detrás de escritorios,
sólo quiero que sepan
que puedo ver detrás de sus máscaras.

Ustedes que nunca hicieron nada
excepto construir para destruir,
ustedes juegan con mi mundo
como si fuera juguetito de ustedes,
ponen un arma en mi mano
y se esconden de mis ojos
y se dan vuelta y corren alejándose
cuando vuelan rápidas las balas

Como antes Judas,
mienten y engañan.
Una guerra mundial puede ganarse
(me quieren hacer creer)
pero veo a través de sus ojos,
y veo a través de sus cerebros,
como veo a través del agua
que corre por mi alcantarilla.

Ustedes ajustan los gatillos
para que otros disparen
y luego retroceden y observan.
Cuando el número de muertos asciende
se esconden en sus mansiones
mientras la sangre de los jóvenes
se escapa de sus cuerpos
y se entierra en el barro.

Ustedes arrojaron el peor miedo
que alguien pudo haber lanzado:
el miedo a traer niños
al mundo
por amenazar a mi bebé
aún no nacido ni nombrado
no merecen la sangre
que corre por sus venas.

¿Cuánto sé
como para hablar cuando no corresponde?
Ustedes podrían decir que soy joven,
podrían decir que no tengo educación,
pero hay una cosa que sé,
pese a ser más joven que ustedes:
incluso Jesús nunca
olvidaría lo que ustedes hacen.

Déjenme preguntarles una cosa:
¿el dinero que tienen es tan bueno
como para comprarles el perdón?
¿Piensan que tendría ese poder?
Creo que encontrarán
cuando les llegue la hora de la muerte
que todo el dinero que hicieron
nunca servirá para recuperar sus almas.

Y espero que mueran
y que la muerte les llegue pronto;
yo seguiré sus ataúdes
en la pálida tarde,
y observaré mientras los bajan
hasta su lecho último,
y me quedaré parado frente a sus tumbas
hasta asegurarme que estén muertos.

Master of War (Bob Dylan)
Post reeditado en 02 - 07 - 2014

MAX MARRUFFO S.

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