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lunes, 13 de junio de 2011

Una canción para evadirnos IV

Hace poco tiempo pude leer una noticia que daba cuenta que un conocido cantante de nacionalidad española se había convertido en padre de un par de niños gemelos. Hasta allí, todo no pasaba de un acontecimiento natural de mucha importancia en la vida de un hombre. Pero siguiendo la lectura me entero que la madre de los niños no era ni su novia, pareja o conviviente, ni su esposa. Era una mujer a la que había pagado para que conciba en su seno a los niños (un vientre de alquiler). Él es un padre soltero. Algo similar a lo que hizo otro cantante latino, boricua él.
Me pregunté, qué es lo que algunas estrellas de la música tratan actualmente de decir, demostrar o probar con este tipo de cosas. No discuto la libertad que esas personas tienen para hacer de su vida lo que quieran, pero, no sé si será porque ya tengo algunos años, yo no las entiendo.
Será tal vez un proceder por la vida agitada, extrema que muchos de estos artistas tienen. Será que ellos han encontrado, descubierto cosas que el resto de los mortales no ha logrado. O tal vez tratan de llamar la atención cuando se dan cuenta, después de muchos años de trabajo, que no son trascendentes.
Ese cantante español de hecho puede haber grabado una o más canciones de amor muy buenas, pero ninguna de ellas pasará a la historia como una canción de amor a la mujer de su vida, a la compañera de sus correrías, a la madre de sus hijos. Canciones que se convierten para el resto de la gente en himnos de amores verdaderos, reales.
Calico Skies -Cielo encapotado -  (Paul McCartney, año 1997)  es una canción de un amor que se reafirma para la eternidad. Es un canto de despedida a la mujer de su vida.
Paul dice que la canción la escribió el año 1991 cuando el  huracán Bob afecto Long Island ciudad en la que se encontraba de paso, lo que le permitió vivir la tragedia de forma directa. Cuenta que las familias salían a las calles en medio de los estragos dejados por el fenómeno  natural a preparar sus alimentos en fogones improvisados, permaneciendo hasta tarde a la luz de las velas, lo que le permitió por pocas horas vivir nuevamente de una forma tan simple. Señala además que la lírica de la canción se convierte luego en un tema de protesta de los años 60’s.
Estuve consultando en algunas páginas y blogs, y es cierto que puede entenderse también como un canto de amor a la madre, a una hija.
Sin embargo, por el año de su grabación y por frases como:
Siempre buscare maneras de amarte
y nunca dejare de luchar a tu lado
mientras los ángeles del amor nos protejan
de los secretos que escondemos

Te abrazare tanto como tú quieras
Te abrazare por el resto de mi vida

Larga vida a todos nosotros que fuimos soldados
que nacieron bajo los cielos de algodón
Te Amaré por el Resto de Mi Vida…
Coincido con lo opinado por muchos, que es una canción que se animó a grabarla para los últimos días de Linda, su compañera por cerca de 30 años y que muriera a causa de un cáncer de seno en 1998.
Nada puede reemplazar a un padre o a una madre, la presencia de estos es fundamental para el desarrollo espiritual de los hijos. La familia es, tal vez, lo único que no pasa y no debe pasar de moda. Lo demás son extravíos, gritos desesperados para llamar la atención.
Max.

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