Quienes hemos dado a conocer nuestra posición respecto de quién debe gobernar el país, seguimos adelante, no nos detenemos, ni hay desánimo, ni frustración. No hemos sido vencidos.
Nuestra alternativa fue clara, transparente. No estábamos de acuerdo con la candidatura de ninguno de los dos contendientes finales.
Por tanto, es un nuevo día en que mirándonos al espejo nos sentimos agradecidos de ser quienes somos, a pesar que nadar contra la corriente no es un lecho de rosas.
Rechazamos totalmente las expresiones de algunos medios de comunicación que hoy señalan que hay muchos que han anochecido y amanecido con miedo. Nosotros, ni nos acostamos rezando no tener pesadillas, ni amanecimos pensando en otra cosa que no fuera seguir adelante por nuestros hijos, por nuestra familia. Un día más.
En los resultados parciales, el voto blanco o viciado no supera el diez por ciento ¿Cuándo ser sincero y no mentirse a uno mismo es popular entre mucha gente, sobre todo en nuestro país?
Quienes hemos vivido gran parte de nuestra existencia alejándonos de las masas que ciegamente siguen los caminos que otros les dicen deben seguir, sabemos que la soledad de andar en contra, te permite conocer hasta que punto puedes confiar en ti mismo cuando asumes una actitud, una posición o si sólo te gusta hacer alarde; que, no obstante, seguir la corriente es lo más cómodo, tu prefieres la incomodidad de la disidencia.
Somos pocos pero somos. Nos toca estar vigilantes. Somos la base moral de éste país que no le regalamos nada a los políticos, que cada manifestación de apoyo que surja espontáneamente de nuestro ser a alguna medida, alguna actitud en beneficio del pueblo, de nuestro hijos, no es un cheque en blanco o el relajamiento de nuestra suspicacia.
Hay un resultado electoral. Nosotros seguimos vivos.
¿Así quieren plantear el juego?
Nostros sí, ahí nos tendrán.
Max Marruffo S.
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